《D i e z》

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 Daniela

—Esto lo eligió Isco, la verdad es que tiene buen gusto.

—Pues la verdad es que sí, creía que Sara lo había elegido todo para tus sobrinos.

—Y lo hizo, yo sólo le di una pequeña oportunidad.—comenté antes de reír.

—Ah, buena esa.

¡Eh, que todavía tengo que darte lo que Marcos y yo hemos comprado!—oímos decir a Leire, ya que teníamos la llamada puesta en manos libres.

—Miedo me da ir a por ti al aeropuerto, te estoy viendo cargada de bolsas.

Exagerada, sólo llevo tres.

—Y demasiado me parece, te dije que no comprases nada.

Y yo te dije que iba a hacer lo que me diese la gana.

—Es una batalla perdida esto contigo.

—No, es la guerra directamente. La guerra perdida.—añadió Kera riendo.

Exactamente, gracias Kera por su apoyo.

—De nada hermana, para eso estamos.—de pronto, se empezó a escuchar muchísimo jaleo desde la otra línea.—¿Leire? ¿Estás bien?

Sí, yo sí, pero...

—¿Pero qué? ¿Leire que está pasando?

Luego os llamo.—sin pensarlo dos veces, colgó la llamada. Kera y yo nos miramos preocupadas.

—¿Qué cojones acaba de pasar?

—Te dije que el ambiente allí no era el mejor.—comentó la rubia antes de suspirar. Agarré de nuevo mi móvil y llamé a Pau, que tras cinco toques, descolgó la llamada.

—Pau, ¿va todo bien por allí?

La verdad es que no me has pillado en un buen momento, te llamo después.

—Ni se ocurra colgarme, dime qué está pasando.

Daniela, no puedo hablar ahora, de verdad.

—Pau... ¡Pau!—sin dar ninguna explicación, me colgó.—Me acaba de colgar. ¡Que estoy embarazada, no puedo estar en tensión!

—Cálmate, ¿quieres? Seguramente sean los chicos con cualquier tontería de las suyas, no te preocupes.

—Kera, mi hermana y mi novio han colgado sin venir a cuento, y tú también has escuchado el follón y los gritos.

—¿Pero cuánto tiempo vas a estar ocultándolo, Dani? No sólo te preocupan ellos, Álvaro también.

—¡Pues claro que me preocupa Álvaro, joder! Tengo a su hija en mi barriga. Espera...—tras pensarlo unos segundos, llamé a Álvaro. Daba señal, pero no lo cogía.—Vamos Morata, por favor...—murmuré mientras daba vueltas por la habitación.

El teléfono al que llama...—directamente colgué.

—Mierda, buzón de voz.—tiré el teléfono a la cama y me dejé caer de espaldas.—¿Que habrá pasado allí?

—No lo sé, Dani. Pero no pienses en eso, ¿vale? Venga, vamos a ver una película. ¿Cuál te apetece?—salió de mi habitación y yo fui detrás de ella.—En Disney+ hay muchas que querías ver. El Gran Showman, Moulin Rouge... Podemos ver también Dirty Dancing en Netflix.

—Lo único bueno que tiene la última es el baile, y la canción del final.

—Bueno, venga, pero la última vez que vemos Mamma Mía, que nos sabemos hasta los diálogos.

Demons [Álvaro Morata]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora