Sentir

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Talya

Todo había ido a mejor, por extraño que pueda parecer, desde el fantasmagórico incidente que había tomado lugar en el baño de nuestro acogedor y minúsculo piso.

Desde aquello había intentado con todas mis fuerzas ser más amable, abierta y escuchar más a Kai, para conocerle. Quería conocerle desde aquella mañana tras el suceso, y por lo que parecía había ido bien, pues nos habíamos acercado un poco el uno al otro, empezábamos a entendernos e incluso podría decirse que a apreciarnos.

Pero no quería pensar en nada más que eso, no quería recordar lo que había pasado antes que aquello, en el baño, aún me negaba a aceptar lo que había visto, a aceptar en lo que me estaba convirtiendo, lo que me estaba pasando a causa de pasar tiempo con él. Y cada vez que le miraba a esos azules ojos que me atrapada, me absorbian y me hacían olvidar lo que sucedía fuera de ese apartamento, se me hacía más complicado ignorar todo aquello, ¿acaso era culpa suya? Kai no parecía tener idea de lo que estaba sucediendole pero tal vez algo de él hubiera pasado a mí la noche que pasamos a aquel frío mundo de árboles, ese bosque infinito.

***

El sonido de las llaves abrir la puerta del piso me sacó de mis pensamientos, Kai acababa de regresar del trabajo en la biblioteca y a mí me tocaba una misión aquella tarde, no estaba preparada para lo que vendría después de eso, volver al bosque, a ese bosque.

-¿Qué tal la mañana Lya? ¿Me echaste de menos?-. Dijo Kai en cuanto me vio de pie en medio del salón, su actitud hacia mí había cambiado mucho, se mostraba divertido, tranquilo e incluso a veces me parecía que estaba demasiado cómodo conmigo. Por otro lado lo que yo conseguía era dedicarle más de tres palabras cada vez que hablaba con él y le sonreía, le sonreía de verdad, nada de sonrisas sarcástica o falsas y parecía que había sido suficiente para mejorar nuestra relación.

-Bueno, todo bien supongo, ¿hambre?-. Me dirigí a la cocina donde había unas sobras de una pizza que había llegado hacía una hora y media a la que yo ya le había hincado el diente.
Kai me siguió hasta allí y puso a calentar un par de trozos antes de mirarme.

-Esta noche tenemos que volver...-. empezó diciendo y pude notar como ambos nos tensabamos al instante, yo más que él. Me las arreglé para asentir y suspirar.

-¿Estás listo?-. Miré al suelo y me fijé en una de las baldosas. -Claro que sí, es la única forma que tengo de averiguar más sobre todo esto-. Dijo él y yo levanté la vista para decir algo pero entonces sonó el pitido del microondas y la conversación se desvío a lo buena que estaba la pizza y como hacían el pan tan crujiente.

Cuando quise darme cuenta era la hora de la misión.

***

Kai

Ben Cho, perteneciente a un grupo conocido como "Las Serpientes Esmeralda" y un peligroso criminal que, como muchos otros en Nueva York, había logrado escurrir de las manos de la policía creando una fachada de empresa de importación y exportación. Lo que le hacía un criminal, en esa importación y exportación se trasladaban toneladas y toneladas de armas y todo tipo de material de contrabando.

Y esta noche había muerto a manos de mi compañera de piso, la increíble Agente Valkorov. Y ahora me tocaba a mí y a ella, como la propia muerte o el propio lucifer haría, llevarlos a un infierno eterno, creado a su medida, desvaneciendolos por completo de este mundo, el mundo humano. Tal vez esta vez tendría tiempo de encontrar respuestas en aquel lugar repleto de sombras y cuchicheos aterradores.

Talya había llegado hacía una media hora con el cuerpo a rastras, que había escondido en el coche hasta entonces.
Cuando ella salió de nuestra habitación, chaqueta en mano, supe que era el momento, y un nudo en mi estómago que no había sentido hasta el momento empezó a notarse y hacerse paso en mis entrañas.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2021 ⏰

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