04.
Carlo Lorenzo.
Nunca me hubiera visto comprando trajes y ropas en la tienda donde trabajo, Rivaldo no quizo entrar por miedo a que su padre lo viera, y su novia nunca se decidió por uno, así que le termino dando igual, y así termine aquí.
-Ni si quiera se la talla...-
Tome mi teléfono un poco frustrado y me senté en el suelo echo bolita, buscando el chat de Rivaldo.
Cuando vi unas piernas frente a mi, con unos tenis blancos, bastantes sucios, mire hacia arriba y allí estaba Antonio, mirándome con una sonrisa, como siempre. Me ofreció la mano para levantarme y la acepte, ¿por que? no lo se, cállate.
Nos quedamos viendo un rato, no se lo que esta pensando y eso me estresa.
-Nunca pensé verte aquí después del trabajo, al menos no comprando algo.—Soltó mi mano y llevo la suya a su cadera—¿Es para nosotros lo que sea que buscas?-
Si le digo que no es para mi no va a creerme, y si digo que solo vengo a ver va a hacerme comprar algo que se que nunca voy a usar.
-Eh...Si... Yo... Pensaba tal vez en algún traje... pero tal vez sea estupido, no tengo la piel mas blanca para estos trajes tan claros, ¿nos vamos?-
-Se verían lindas algunas cosas con tu tono de piel-
-Ay no...—Carajo, ¿pensé en voz alta?
-¿Disculpa?—Decía entre pequeñas risas—Vamos, compremos algo y te lo pruebas mas tarde, y si quieres podemos usarlo cuand-.-
-B-Bien—Lo interrumpí antes de que terminara la frase—Pero ya deja de imaginarme con algo de esto, se lo que haces en tu mente pervertida, escoge algo para que podamos irnos-
Angel asintió con una sonrisa muy tierna para la situación, y mientras escogía, yo rezaba que fuera algo adecuado para Rivaldo y su novia.
Y entonces tomo un traje directamente de hombre, claro, eso según la etiqueta, porque era un vestido extrañamente esponjado de colores pasteles, me miro, como esperando aprobación, solo asentí con la cabeza y fue directo a pagarlo.
Salí del lugar para esperarlo afuera, rezando que el vestido no tenga corte para hombre y lo pueda usar la novia de Rivaldo.
(...)
Llegue a mi casa, con la bolsa de la tienda en la mano, mi Papa parecía no haber llegado todavía, así que entre a mi cuarto y volví a encerrarme. Abrí la bolsa y saque el vestido. Ya sin etiquetas ni plásticos envolviéndolo, lo extendí y llore un poco, el torso era para un pecho plano, mierda, si era para hombre.
Lo puse en la cama mientras tiraba la bolsa y los plásticos del envoltorio, no puedo regresarlo, es una tienda que vende productos con fines sexuales, nunca me dejaran devolver esto.
Me senté otra vez delante del escritorio y ahora si le mande mensaje a Rivaldo, preguntándole por la talla, para mañana ir y comprarlo directamente.
Mientras esperaba a que respondiera, gire en mi silla y vi el vestido otra vez, si iba a tenerlo escondido en mi closet el resto de mi vida, no haría daño saber como me veo con el ¿no?
Termine por ponérmelo y mirarme frente el espejo como por 15 minutos, realmente no me veía mal, el color pastel no se veía extraño con mi piel trigueña, incluso mis piernas se veían lindas usando las medias con liga.
Me tome unas fotos antes de quitármelo y aventarlo por completo a mi closet, y entonces me llego un mensaje de Rivaldo con la talla.
Le di las gracias y por fin, después de trabajar y gastar mi dinero en algo que nunca usare, me acosté en mi cama, viendo el techo, y trataba de imaginar como seria el sexo con Angel, era extrañamente cómodo imaginar como nos besábamos, pero en el momento en el que todo se tornaba sexual me sentía raro, decidí rendirme y mejor dormir con la mente en blanco.
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¿Hay un Asexual en la Sex Shop?
Teen FictionDelante de la ferretería había un establecimiento de venta de objetos sexuales. Bueno, después de todo necesita el dinero, ¿no? No, no hay cojidas, pervertidos(quizá si halla, no lo se). Pero teniendo en cuenta que literalmente la historia esta...