¡¿Porque no podemos escupir al otro!?

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10.

Carlo Lorenzo.

No, ya llegue a una muy extraña conclusión, pero simplemente no.

Me da miedo decirle todo esto, he llegado a la conclusión que soy un aromático asexual, si, si, quizá me adelante a algunas cosas, pero solo quiero sentirme libre de ese peso, no quiero sentirme abrumado, es todo, me siento un poco mas liviano ahora que estoy por recalcar eso.

Aunque no se como lo valla a tomar Angel Antonio; o Rivaldo; o incluso mis Padres, quiero decírselos para no tener ningún secreto, quiero que vallamos de la mano, quiero estar bien.

Y aun así sigo preocupado por Angel, de verdad estaba entusiasmado en ayudarme a todo esto, y darle una respuesta así, perecería que incluso solo jugué con el o que solo quiero estar lejos, no quiero que me quite la sonrisa cuando le diga.

Al menos tengo tiempo para pensar en todo eso, en unos días es la boda de Rivaldo y quiere que este con el todo el tiempo, esta igual de nervioso que un niño yendo por primera vez al doctor.

Igual todo esto de la boda me agarro en una semana de descanso que nos tomamos Antonio y yo, mas por mi insistencia al jefe, Antonio estaba despistado todo el tiempo, siempre insistía en que habláramos, incluso si estábamos ocupados trabajando, estaba ansioso todo el tiempo y simplemente me preocupe.

Quizá el también necesite pensar unas cosas.

(...)

No. Encuentro. El. Maldito. Recibo. De. La. Renta. Del. Puto. Traje.

-¡Ahg! ¡Mierda!...—Maldije mientras buscaba en mi mochila, bolsillos y cartera .-

-Te dije que mejor compraras uno, Lorenzo-

-Si la renta es cara, la venta lo es más-

-¿Ese es tu nuevo eslogan?—mire al novio de mala gana—Mira, debes tener algo que te quede, Ricky Ricón.*-

Rivaldo subió las escaleras, hacia mi cuarto, yo solo seguí buscando con las manos temblorosas, hasta que recordé algo.

-¡Carajo!—Grite mientras subía las escaleras con prisa, tratando de llegar a mi cuarto antes de que abriera el ropero—¡Rivaldo, espérame tantito!-

Y tan solo abrí la puerta, vi a Rivaldo hurgando entre mi ropa, ignorando la existencia del claro vestido con fines sexuales colgado en el ropero.

Quería que la tierra me tragara, era obvio el echo de que vio ese corto vestido pastel, era lo primero que se veía tan solo abrir. Seguí parado en el umbral, hasta que saco una camisa y un pantalón, ambos tan arrugados como la piel de un anciano, solo entonces volteo a verme.

-Creo que tenemos que comprarte algo, mañana no vas con estas porquerías.-

-Oh, si, oye ¿si viste el...?-

-Ah, si, se ve muy lindo de cerca, aunque no estaba seguro de que fueras tu el de insta'.—¿Que?-

-¿Yo?- 

-Si, tu, @WhiteMexicanTSkin, ¿te suena o también tengo que nombrar los corazones al final del nombre?-

Nop, recuerdo perfectamente el nickname de mi cuenta, gracias.

-Si, si, okey—Pase mis manos por mi cabello, estirandolo, casi que arrancándolo—¿Quien mas sabe que soy yo?-

-Nadie mas-

-Okey, entonces, vámonos y ni una palabra mas.—Le tome el brazo y me lo lleve hasta afuera.-

-Tienes bonitas piernas, debo aceptarlo.-

¿Hay un Asexual en la Sex Shop?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora