MARTES, 17 DE DICIEMBRE, 2019.
Antes de irme al instituto, bajé al sótano con el desayuno de Irina.
-Buenos días preciosa, te he traído el desayuno y como no te comiste la cena anoche creo que ahora sí tendrás hambre -dije, mientras le dejaba el desayuno en la cama.
Dí un paso hacia atrás y miré como Irina se sentaba en la cama, dobla sus piernas, las pega a su pecho y las rodea con sus brazos.
-Por favor Klaus déjame ir a casa, prometo no decir nada lo juro -me rogó y comenzó a sollozar.
Me reí.
-Eso no ocurrirá ni en tus mejores sueños Irina, mejor come tu desayuno y después te puedes duchar, en el baño hay agua caliente y en el armario hay ropa.
Mientras caminaba a las escaleras la escuché gritar.
-¡Te odio!
Y me detuve, me giré en mi propio eje y con una sonrisa le dije.
-Gracias por el halago, y por cierto estoy esperando con ansias que se enteren que has desaparecido y creeme que voy a disfrutarlo mucho Irina.
Con seguro cerré la puerta del sótano y salí del armario cerrando la puerta. Del suelo tomé mi mochila y me la cuelgo en los hombros, me adentre a la cocina y miré que mi madre estaba limpiando la mesa.
-Ya me voy mamá, y por favor no bajes al sótano -le dije y beso su mejilla.
Madre puso los ojos en blanco.
-Haré el intento de no hacerlo y ten cuidado en el camino, mi vida.
Con su mano me acomodó el pelo y después sonrió.
-Ya vete que se te hará tarde.
Con un pequeño empujón de su parte salí de la cocina.
Abrí la puerta de casa y salí cerrándola con llave, del bolsillo de mi Jens saque la llave de mi coche. Por 20 minutos aproximadamente conduje hasta llegar al instituto, estacioné el coche y del asiento del copiloto tomé mi mochila. Al entrar a las instalaciones del instituto me dí cuenta de que aún no se había corrido el rumor de Irina.
Si eso no pasa, el día será aburrido.
Cada vez que cruzaba las puertas del instituto, me encontraba con Irina y lo más gracioso de eso es que siempre que la veía sus mejillas se ponían coloradas. Y por último pero no menos importante fueron sus cartas. Todas cursis, llenas de corazoncitos.
En el aula no había casi nadie así que tome cualquier lugar del fondo, la mochila la dejé en la mesita y de mi pantalón saque mi celular y los auriculares. Me los coloque y le puse reproducir cualquier canción de mi lista.
Por la puerta miré que entró mi compañero de asiento, al verme me saludó con un movimiento de cabeza. Y yo hice lo mismo para no ser grosero.
Cuando Sebastián se sentó a mi lado me quitó uno de los auriculares.
-Erin me habló anoche -fue lo primero que escuché.
Tal vez no sea tan aburrido el día.
El modo ganador de un Oscar activado y me hice el desinteresado y pregunté.
-¿Y qué paso, te invito a salir?
Aquí mi amigo presente le gusta la prima de Irina y bueno a ella también pero mi preciosa Irina lo usaba de pretexto cuando salía conmigo.
-No seas idiota Klaus, me llamó llorando.
En la voz de mi amigo se notó la preocupación, que lindo.
Con mi actuación presente y con interés de verdad me quité el otro auricular y con un poco de burla le pregunté.
-¿Se le rompió una uña y por eso te llamo llorando?
Sebastián negó con la cabeza y se inclinó un poco y me habló con la voz tan baja que apenas lo escuché.
-Creen que Irina ha desaparecido.
Con sorpresa fingida pregunté.
-Oh diablos, ¿Y por qué creen eso?
Antes de que Sebastián pudiera responder a mi pregunta el timbre de inicio de clases sonó y el profesor de literatura entró al aula.
Bueno, creo que me quedaré con la duda sobre lo que le contó Erin a Sebastián por un rato.
En toda la clase, Sebastián estuvo muy inquieto. Movía las manos de un lado a otro y estaba muy pendiente de su móvil.
Después de eso las clases transcurrieron con normalidad, la prima de Irina faltó a clases el día de hoy. Y eso lo sé porque compartimos varias clases juntos, a la hora del almuerzo todo fue tranquilo como de costumbre.
Serena, una compañera de clase me miraba como sí quisiera comerme. Se que está coqueteando conmigo, ya que cada cinco minutos sé pasaba la mano por el cabello y se mordía el labio inferior de manera lenta cada vez que me miraba.
Por supuesto que es guapa, pero en este momento no tengo cabeza para estar con una chica y menos con una que es muy superficial.
Y su voz es como un grano en el trasero, te duele la cabeza con tan solo escucharla.De forma burlona le guiñe un ojo y sonreí al ver cómo sus mejillas se volvieron coloradas.
Para la última clase nos salieron con que tendrían junta de profesores y que podíamos ir a casa temprano.
Bueno, eso no es ningún problema para mí.
Antes de conducir a casa me fumé un cigarro para entrar en calor. También me detuve en la cafetería favorita de Irina, en cuanto abrí la puerta del establecimiento se escuché una campanita sonar.
En el lugar no había tanta gente, con una sonrisa me acerque a la caja.
-Buenas tardes Sol.
La mujer detrás del mostrador me sonrió.
-Buenas tardes muchacho, ¿que vas a querer ordenar? -me pregunto.
-Una rebanada de pastel de chocolate, un café de sabor a vainilla y cuatro donas, dos con glaseado de chocolate y las otras que sean rellenas con Nutella, por favor.
Sol asintió con la cabeza mientras prepará mi orden.
-Bien, en un minuto estará tu orden.
Cuando mi pedido estuvo listo, le entregué el dinero.
-Muchas gracias -le agradecí a la mujer.
Y salí de la cafetería con dos bolsas de papel con el logo del establecimiento y el vaso de café. Tarareando una canción conduje a casa y sonreí al imaginar papeles pegados en todos lados con el rostro de Irina.
ESTÁS LEYENDO
OSCURIDAD PERVERSA
RandomLa vida es cómo la porcelana frágil y delicada y en cualquier segundo se puede romper. El Diablo puede lucir de cualquier manera y en está ocasión luce el cuerpo y el rostro de una mujer hermosa con sonrisa encantadora y con una menté totalmente ret...