CAPÍTULO | 06

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MIÉRCOLES, 18 DE DICIEMBRE, 2019.

En clase de historia la profesora Dickman nos estaba dictando, pero un toque en la puerta la interrumpió. Dejé el lápiz en la mesita y levanté la mirada para ver cómo la profesora camino a la puerta y la abrió, por un momento no puedo ver que estaba pasando pero la señorita Dickman se hizo a un lado y dos oficiales entraron al aula.

Bueno, pues creo que la función acaba de comenzar.

Uno de los oficiales comienzó hablar.

—Buenos días chicos, el día martes 17 de Diciembre se ha reportado la desaparición de una de sus compañeras, su nombre es Irina Baeva y nos gustaría saber cualquier tipo de información que nos pueda servir de ayuda, cualquier detalle nos serviría muchísimo, algo extraño que hayan visto afuera del instituto.

Los jadeos y chillidos por parte de mis compañeros no se hicieron esperar.

—Si saben cualquier información no duden en ir a la comisaría.

Ahora sí puedo disfrutar agusto mi último día de clases.

Después de que los oficiales salieron del aula, la clase ya no transcurrió con normalidad. En todos lados a los que iba había alguien llorando por Irina.

Mi preciosa Irina, nunca fue la chica popular. Siempre estuvo en la sombra de su prima Erin y ahora estará en la boca de todos.

Dicho y hecho.

Afuera de la dirección había un gran mural donde ponen todo tipo de recados y el volante con el rostro de Irina Baeva no podía faltar. Despegue unos de los tantos que había en la pared, lo doble a la mitad y lo guarde en mi mochila. En mi siguiente clase todos estaban hablando sobre la desaparición de Irina, y uno que otro estaba llorando.

Que tiernos, sí supieran que está en el sótano de mi casa, se volverían locos.

Tome asiento en el lugar de siempre, de mi mochila saqué mis auriculares y los conectó en el móvil y me los coloque en los oídos, en el móvil seleccioné la aplicación de música y busque la canción que quería y la reproduje.

Por un momento cerré los ojos y moví la cabeza lentamente al compás de la música, pero no pasó mucho tiempo cuando abrí los ojos de golpe al sentir que me tiraron de los auriculares. Y entonces miré a la prima de Irina quién había cometido ese grandísimo error. Con confusión fingida me senté derecho en la silla.

—¿Por qué has hecho eso? –pregunte.

Erin estaba parada frente a mí, sus ojos estaban rojos por el llanto y estaba pálida.

En su mirada había odio.

Los pocos compañeros que estaban en el aula dejaron lo que sea que estuvieran haciendo y nos miraban.

—No se porque, pero estoy bastante segura de que tú tienes algo que ver con la desaparición de mi prima.

Por la acusación que me estaba haciendo Erin, se escucharon jadeos de sorpresa.

—No sé de qué diablos estás hablando, pero si crees que yo tengo retenida a Irina te has vuelto completamente loca –hable con molestia fingida.

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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