Algún tiempo ha pasado, dos días después de tener aquella plática con Mingi él tuvo que irse de nuevo a su universidad, pero vuelve cada vez que puede a visitar a su familia y a mí, hemos salido bastante y a este punto no sabría decir que tipo de relación tenemos, hemos salido a el cine, a comer juntos y hemos salido también con los chicos y (con Minha claramente) a restaurantes a pasar un buen rato ya que ninguno perdió contacto con ellos, para ser sincera que estuvieramos mas cercanos últimamente me tenia muy contenta.
Ayer el pelirrojo llegó a Seúl y me dijo que hoy en la noche estaría en mi casa. Son las 8:10 p.m. así que estoy terminando de maquillarme un poco cuando escuché el timbre, me rocíe perfume y salí a abrir la puerta para encontrarme con el susodicho.
—Buenas noches, señorita.— dijo apenas me vio.
—Buenas noches señor dos metros.— dije jugando, él río y me abrazó.
—Hueles bien...— dijo entrando. —Y te ves bien.— siempre que nos veíamos resaltaba lo bien que me veía.
—Tú también te ves muy bien.— dije riendo levemente. —Y siempre hueles bien.
—Gracias.— dijo riendo levemente también.
Entro directo hacía mi cocina dejando en la mesa dos bolsas.
—¿Qué es todo esto?.— pregunté viendo las bolsas, veía comida, cruda.
—¡Hoy te cocinare!— respondió entusiasmado y yo abrí un poco mis ojos sonriendo. —Bueno, cocinaremos.— aclaró.
—¿Y qué haremos?— la verdad me parecía algo divertido para hacer juntos.
—Pues sé que te gusta la comida mexicana.— dijo buscando algo entre las bolsas —¡Haremos tacos!— dijo otra vez entusiasmado con una bandeja de carne en sus manos sosteniéndola como si fuera un trofeo.
—¿En serio?— respondí yo también entusiasmada.
—¡Y traje helado!— saco un bote de helado grande, esto parecía la casa de los emocionados y los que gritan por comida.
—¡Siii!— dije dando saltitos y lo abracé.
Después de emocionarnos por la comida que Mingi trajo nos pusimos a cocinar escuchando música y hablando de lo difícil que era la universidad y crecer y lo horrible que parecía ser la vida adulta.
—Entonces él dijo algo como "tú no eres de aquí no deberias opinar ni siquiera" y yo obvio me molesté.— Mingi me contaba un problema que había tenido con un chico en su universidad mientras sostenía una paleta en la mano y fingía ayudarme a cocinar.
—Que horrible persona.— opine.
—Ni te lo imaginas.
—No me imagino lo cansado que debe ser viajar siempre de tu universidad hasta aquí.— y era cierto, no sabía como este chico lo hacia, apenas ayer llegó y ya hoy estaba aqui en mi casa después de haber comprado comida para cocinar, no sabía de donde sacaba tanta energía, yo no podría.
—Pues si es agotador...— dijo sentándose en una de las sillas atras del mesón. —Pero siempre vale la pena cuando vengo a verte.— apagué la cocina y me voltee hacia él, apoyando las manos en la mesa al frente de Mingi.—Y a mi familia obvio.— reí. —Es bueno ver a mamá y a los chicos.— asentí.
—Es bueno tomarse un descanso también.— dije volteando para empezar a armar los tacos.
—Tú eres mi descanso Hyesu.— dijo, paré mi caminar y voltee a verlo. —A veces mamá tiene problemas con mi papá y es desesperante y pues los chicos son mis amigos siempre estamos riendo cuando estamos juntos y estoy muy agradecido de tenerlos a todos en mi vida pero cuando llego aquí y estoy contigo...— me miró. —me siento en mi lugar tranquilo, mi lugar seguro es junto a ti.— dijo y yo juraría que si no para de hablar empezaré a llorar.
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Heather; Song Mingi
Fanfiction¿Por qué llegarías a besarme? No soy ni la mitad de bonita Le diste tu suéter Es solo poliéster Pero ella te gusta más Desearía ser heather...