YeonJun posee la misma condición genética que su padre, haciendo que sea un Omega, un Alfa y en cierto modo también un Beta.
Pero siempre rechaza a el lindo omega que va tras de él.
- YeonJun, me gustas.
- Tu a mi no, Soobin.
Si no conoces tu histor...
Nuestros padres llegaron media hora después de que la directora les llamará. Todos ellos llegaron para regañarnos pero apenas les contamos lo que pasó con el chico, todos comenzaron a defendernos.
— De acuerdo, la violencia no es para nada una buena idea pero el otro niño también fue un maldito problema.— atacó mi abuelo Seokjin en defensa de su hija menor.
— Mi hija tiene un labio roto por culpa de ese pequeño mocoso, agredió verbalmente a nuestro hijo y a sus primos. El golpearlo en grupo no estuvo bien, pero ellos no son los únicos culpables.— se quejo mi padre alfa, tocando con cuidado la mejilla de Yuna.
— El otro niño también será reprendido, al igual que sus hijos, por lo que los diez y ese niño serán suspendidos por dos semanas.— sentenció la directora a lo que rápidamente se quejo la pareja de alfas.
— ¡¿Dos semanas?!— se quejo Jimin.
— ¿No cree que es demasiado?— añadió el tío Hoseok algo exasperado por la situación.
— Sus hijos hicieron uso de la violencia, amenazas y un vocabulario vulgar. Dos semanas es lo mínimo que merecen.
Al final las cuatro familias aceptaron el castigo de sus hijos y salieron de la dirección para volver a casa.
— Papá, iré al baño.— le dije a mi papá a lo que el asintió.
Al entrar en él baño lo primero que escuche fue a alguien llorando en uno de los cubículos del baño. Me acerque a él y toque con cuidado la puerta.
— ¡E-Esta ocupado!
«Soobin...»
A mí mente llegó la voz del abuelo Lee, recordé lo que me había dicho ayer antes de que me quedará dormido.
«Aférrate a él para sobrevivir, solo para eso»
Escondí mi aroma y volví a tocar la puerta.
— Abre, soy yo.
Fue solo cuestión de segundos para que Soobin abriera la puerta. No me miraba, mantenía la cabeza gacha y su olor apestaba a tristeza.
— YeonJun...lo lamento muchísimo.— Soobin comenzó a llorar una vez más.— Estás en problemas por mi culpa, por culpa de está horrenda marca.
Mi lobo omega chillo al escuchar a su pareja referirse así de su marca. Yo por otro lado ni me inmute.
Soobin se veía destrozado, se veía realmente arrepentido por lo que había echó. Era mi destinado, no podría ignorarlo por mucho tiempo.
— Te perdonó, así que deja de llorar.— levanté mi mano y seque con cuidado sus lágrimas. Mis manos temblaban un poco así que las oculte en los bolsillos de mi pantalón, Soobin no lo noto.
— ¿De verdad?
— Si...tengo que irme ahora pero ve a mi casa para jugar después.
Los ojos de Soobin se abrieron llenos de anheló y sorpresa. Asintió de manera efusiva y dió pequeños saltitos de alegría en su lugar. Le di unos suaves golpecitos en su cabeza y salí del baño, corrí hasta llegar a la camioneta de mis padres. Y solo cuando estuve entre los brazos de mi padre pude permitirme soltar mi aroma.
— ¿Estabas reteniendo tu aroma? No lo hagas mucho, podría hacerte daño.— me regaño.
Ese día tomé mi primera decisión importante.
No importa cuánto tiempo pase, no importa si termino enamorado de él. La principal razón de quedarme a su lado sera, sobrevivir.
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