YeonJun posee la misma condición genética que su padre, haciendo que sea un Omega, un Alfa y en cierto modo también un Beta.
Pero siempre rechaza a el lindo omega que va tras de él.
- YeonJun, me gustas.
- Tu a mi no, Soobin.
Si no conoces tu histor...
«Juro por Dios que si esto sale mal me voy a volver loco»
Hoy era mi aniversario de tres años con Soobin y se supone que toda mi familia me iba a ayudar a preparar una fiesta sorpresa para el como la noche en la que me declaré.
— ¡No, no! ¡Jungwon, no juegues con las luces!— le regañe.
— Solías ser alguien genial, ¿Qué paso contigo?— se quejó.
— Y tu solías ser lindo, ¿Qué paso?
El rodó los ojos y se fue tras Eunha y Jeongin.
— ¡No papá! Eso no combina con las flores azules.— regañe a mi padre alfa.
— YeonJun, estás exagerando cariño.— me regaño.
— No, no exageró.— dije quitándole de las manos el adorno.— El primer año lo dejamos de lado por qué Donghae cumplió un año desde que se fue, el segundo año estuvimos muy ocupados con nuestra mudanza, este año debe ser perfecto.
Apenas cumplimos los dieciocho años, ambos nos mudamos a la casa que solía ser de Donghae. Así que a diferencia del día en el que me le confesé, este día celebrariamos en nuestra casa.
— ¿Y si mejor como regalo le das una marca?— dijo el abuelo SeokJin pero yo rodé los ojos ante su comentario.
— Ni Soobin ni yo queremos marcarnos, a diferencia de otras personas no necesitamos de una marca para hacernos sentir cerca del otro o saber que no nos separaremos. Somos una pareja, no le pertenecemos al otro como si fuéramos animales.
— Una marca es para que sus lobos se sientan cercanos, para que estén juntos en cuerpos separados.— trato de explicarme el tío Jimin.
— No necesitamos tal cosa, nos hacemos marcas temporales de vez en cuando y con eso es suficiente.
— ¿Seguro?— dijo el tío Hoseok antes de que todos se fueran por su lado para terminar los preparativos.
Eso último me hizo dudar toda la tarde. ¿De verdad estaba seguro de que él no tener una marca era lo que Soobin también quería?
Cuando se hizo de noche Arin trajo a Soobin de vuelta a casa. Y recreo el mismo recorrido que hizo esa noche hace tres años, con el camino de velas y flores en el césped.
Y cuando estuvo en el jardín trasero yo le extendí mi mano para que la tomara y bailaramos con “0X1= LOVESONG” de fondo.
El río antes de tomar mi mano y yo lo pegue a mi pecho moviéndome de lado a lado y haciéndolo girar al ritmo de la canción.
— Esto es hermoso, gracias y te amo.— dijo sonriendo en grande para mí.
— Yo también te amo, me alegra que te gustará.— dije besando su mejilla.
— Pero no debiste hacerlo, se que hoy es un día difícil para ti...fue el día que perdiste a tu papá.
— Tienes razón, pero este año decidí no lamentarme y mejor...sentirme feliz de que nosotros estamos otro año juntos y de que Donghae está entre las estrellas con su familia. Y por eso...¡Papá!
Mi padre junto al resto de mi familia salió de mi casa con las linternas voladoras en las manos aún sin encender. Fue un costo algo alto...pero valió la pena apenas vi el rostro completamente maravillado de Soobin al verlas. Todos encendimos una y nos preparamos para soltarlas.
— Esto es por ti, papá. Y por otro año al lado lado que él hombre que amo.— dije para que después todos soltaran las linternas, haciendo todo un espectáculo en el cielo.
Abrace a Soobin por la espalda, viendo como las linternas poco a poco se alejaban de nosotros. Aspire su aroma y al ver su blanco cuello sin marcas la pregunta volvió a asaltar mi mente.
— Soobin...
— ¿Si?
— ¿Quieres una marca?
— ¿Qué?— el se volteo para verme con extrañesa.— No, ¿Tu la quieres?
— No, solo quería saber si tú la querías o solo...me das por mi lado.
— Oh cariño.— el paso sus manos detrás de mi cuello y me miró con una pequeña sonrisa.— ¿Recuerdas como me pediste que fuera tu novio?
— Por supuesto, te pregunto si me dejarías ser tu decisión.
— Exacto, si me marcaras...esa pregunta ya no tendría sentido. Dejarías de ser una decisión, te convertirás en una necesidad y yo lo único que quiero es poder elegir despertar todos los días a tu lado.— me dió un pequeño beso en los labios y se separó riendo un poco.— Si quieres “atarme” cásate conmigo en unos años.
Yo reí un poco ante eso y asentí.— Bien, pero te advierto que no quiero una boda tradicional.
— Losé, yo tampoco quiero una.
— Por eso te amo.— dije volviendo a besarlo esta vez alargandolo más.
Este era uno de los muchos aniversarios que celebraría a su lado, por qué era nuestra decisión quedarnos al lado del otro...
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