Capítulo 2

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—Era de un hospital.

Ranpo fue el primero que se atrevió a decir algo cuando se reunieron con Fukuzawa. La mayoría aún seguía en shock, incluido el propio presidente, quién tras ver las grabaciones de las cámaras de seguridad, sintió un nudo en su garganta al ver como la cara seria del joven pasaba lentamente a una rota.

—Pero a él no se le ve enfermo... Bueno, se le nota mal, pero no enfermo. —dijo confundido Atsushi.

—Yosano, busca expedientes médico., Kunikida y Ranpo, buscad si tiene algún familiar cercano vivo, aunque lo dudo mucho. Kenji y Kyouka preguntad por los alrededores si alguien ha visto algo extraño. El resto, ayudadme a localizar todos los hospitales cercanos.

Todos asintieron antes las palabras serias de Fukuzawa y se pusieron manos a la obra.

Tras una parada para comer, y mas de 3 horas de investigación, apenas lograron reunir algo importante. Ningún familiar vivo. Ni cercano, ni lejano, cero.  Sin enfermedades físicas importantes, mentales ya era otro tema en el que preferían no entrar.

—Esperemos a mañana, intentaremos ayudarle de forma sutil. Dado el estado mental de Dazai, presionarlo solo empeorará su condición, si es que eso es posible.

Dicho y hecho, el sexto día llegó, mas Dazai no lo hizo. Bueno, en realidad si que llegó, solo que dos horas tarde. Todo seguía igual, pero ahora también tenía los ojos rojos, llorosos e hinchados.

Atsushi tuvo que abandonar su puesto nada más verlo. Con la escusa de que Fukuzawa le había llamado se metió en la oficina del mayor, quien extrañado por la interrupción poco común del hombre tigre le miró interrogante a los ojos. Atsushi rompió en llanto sin poder hacer nada para detenerlo, dolía ver a su héroe destruido. 

El resto de la jornada laboral estuvo dentro de lo normal, si un Dazai trabajador y silencioso cuenta como normal, todo se fue a la basura cuando Ranpo le pidió al de vendas que le acercara unos papeles que estaban en la mesa de Atsushi; quien no había sido capaz de volver. 

Cuando Dazai estaba a medio camino de llevarle los informes al de gafas, un mareo le nubló la vista, y antes de que alguien fuese capaz de ayudarle, su vista oscureció y su cuerpo impactó contra el suelo de baldosas.

Con calma, Kunikida avisó al presidente mientras que un alarmado Junichirou iba a informar a la doctora de la agencia.

Tras la negación del presidente para usar su habilidad directamente, Akiko se vio obligada a realizar una exploración para ver que estaba mal. Todo delante del resto de la agencia para asegurarse de que no usara su poder. 

 —Necesito quitarle las vendas, al menos las de las de los dedos, de algún sitio tendré que sacarle sangre.

Con un asentimiento por parte de Fukuzawa, Akiko empezó a desprender las típicas vendas que Dazai había empezado a usar en sus manos desde hace 4 años, ninguno se sorprendería si un día viniese con la cara vendada, como ese personaje de una serie llamado Zack.

Cuando terminó de quitar las vendas de la mano derecha, la mayoría frunció el ceño al ver que no había ni heridas, ni cicatrices. Todos sabían que las vendas del castaño ocultaban cicatrices, quemaduras o cosas similares. ¿Por qué vendar algo tan incomodo como los dedos para nada?

Con curiosidad, el propio Fukuzawa cogió una tijeras y corto las vendas de la mano izquierda, empezando por la muñeca, donde se podían apreciar algunas cicatrices de cortes o quemaduras de cigarrillos. Cuando llegó a los dedos, empezó por el pulgar. Seguía sin haber nada, y ya todos entendieron que esas vendas eran mas por decoración.

Un ruido metálico resonó en todo el cuarto cuando las tijeras de metal chocaron contra el suelo. Más de uno soltó un grito y otros se llevaron la mano a boca sin palabras.

—¿Me quieres decir que el esta casado y yo no? —se quejó Kunikida—. Otro molesto evento no planeado que tendré que añadir a mi libreta.

Con delicadeza Doppo quitó el anillo del dedo anular de Dazai. Todos se pusieron al rededor. Era un anillo precioso, y sin duda muy... Dazai. Era completamente negro, con una piedra también negra rodeada por lo que parecía algún tipo de mineral rojo semi-opaco. Lo que le daba el toque final, eran cintas azules que rodeaban la piedra. Curiosamente, las cintas se parecían a las que emitía Dazai al cancelar la habilidad de alguien.

Mirando dentro del anillo, vieron la fecha de la boda. Dazai llevaba mas de 4 años casado, y nadie sabía nada. Ni siquiera Ranpo.

—Pobre de la mujer que lo aguante —fue lo último que dijo Kunikida antes de volver a ponerle el anillo a Osamu.

Tras cinco minutos, Akiko volvió con un cubo de agua fría y 3 paños.

—Kyouka, Kenji, poned un paño mojado en cada muñeca, intentad no mojarle mucho las vendas— a pesar de que fue ella quien aviso, fue la primera en mojar las vendas, y casi que hizo bien.

Otra vez, mas secretos de Dazai salían a la luz, y la gente se preguntaba cuanto conocían realmente al chico que estaba inconsciente sobre un sofá de la agencia. Todos vieron como dos de los paños quedaban manchados con maquillaje. El primero fue el que tenía Akiko en el cuello del castaño, el segundo, el que tenía Kyouka en la muñeca derecha.

—Kyouka, cariño, frota la muñeca para quitar el maquillaje, con cuidado.

Akiko cortó unas pocas vendas del lado izquierdo del cuello, asustada cuando vio manchas negras aparecer.

—¿Tatuajes? ¿En serio?

Todos miraron a Ranpo, y luego a Akiko y a Kyouka deshacerse de los últimos rastros de maquillaje.

Ranpo hizo de traductor humano, ambos tatuajes estaban escritos en francés, provocando que todos dudaran de si era por gusto o si Dazai realmente sabía hablarlo.

—El del cuello quiere decir pequeño mafioso, desde mi punto de vista, un apodo para ... lamento decirte Kunikida, que quien lo va a tener que aguantar no es una mujer. Pobre hombre. El de la muñeca es una frase "la ley de la atracción es mejor que la de la gravedad"  No entiendo que quiere decir, así que seguramente sea algo entre él y su pareja.

Unos balbuceos llamaron la atención de todos, provocando el silencio en toda la oficina.

Con los ojos aun cerrados, Dazai se llevo la mano derecha a la cabeza. Al notal la falta de vendas en sus dedos, abrió los ojos y se sentó de golpe. Asustado toco su cuello notando la ausencia de otras vendas. Con los ojos abiertos, miro el anillo y el tatuaje al aire, luego miro a todos sus compañeros.

—¿Qué paso? —preguntó lo mas calmado posible.

—Cuando me ibas a llevar los doc...

Antes de que Ranpo pudiera explicar que pasó, y Kunikida pudiera anotar todas las respuestas a sus preguntas, una dulce voz inundo la habitación.

Et tournent, et tournent dans ma tête 
Les images du long métrage 
Où tu es belle et moi la bête 
Et la belle n'est jamais sage 
Quand tu diras que c'est ma faute 
Que je n'ai jamais su t'aimer 
Au diable toi et tes apôtres 
Je m'en vais.

La pantalla del móvil de Dazai se encendió con el nombre "Mon chéri" en medio de la pantalla, provocando una sonrisa en la cara de Ranpo.

Cuando Dazai se iba a levantar para coger su teléfono y poder salir a atender la llamada fuera del edificio, una mano le agarro del hombro y no le permitió levantarse. Sin entender que quería decir, Dazai miro confundido a Fukuzawa, quién solo señaló el sofá y le extendió el teléfono, como un padre regañando a su hijo.

Sin molestarse, Dazai sonrió con burla a pesar de la tristeza que inundaba sus ojos y descolgó la llamada.

Una vez más, se volvieron a preguntar cuánto conocían realmente al castaño al escuchar como empezaba a tener una conversación en un fluido francés, que solo fue entendido por Ranpo y, en parte, por Fukuzawa.

¿Qué está pasando? || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora