Capítulo 4

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Bueno...

Ranpo no esperaba eso.

Nunca pensó que volvería a sorprenderse con algo después de notar sus sentimientos por cierto hombre.

Pero, tras seguir los charcos de agua, y mandar el número de la puerta donde acababan, tanto a Poe como al misterioso número dado por el director (que ya había adivinado a quien pertenecía), no esperó que el cartel donde se escribía el nombre de paciente al lado izquierdo de la puerta le sorprendiera tanto.

"Dazai Nakahara Tatsuya"

A paso lento y con leves temblores sacudiendo su cuerpo, golpeó levemente la puerta frente a él.

Una voz infantil contestó un suave "Adelante" con un tono cansado.

Mientras abría la puerta, una figura masculina se asomó por un esquina del pasillo, y Ranpo no puedo hacer nada más que sonreír tenso.

—Nos estamos metiendo en la boca del lobo, es un niño pequeño, Poe. —dijo Edogawa señalando el cartel y la habitación.

Tras eso, ambos hombres entraron a lo que... fue de todo menos una habitación de hospital normal.

Un largo pasillo con paredes azul cielo daban lugar a una amplia habitación con grandes ventanales desde los que se podía apreciar gran parte de la ciudad, una minicocina con microondas y nevera adornaba una de las esquinas, además de haber un minisalón con dos mullidos sofás blancos, una televisión de unas 60 pulgadas y una mesa con un portátil encima.

Golpeándose mentalmente, Ranpo dejo de mirar la decoración del cuarto para centrarse en el motivo por el que estaba allí.

Escaneo al niño que, sentado en una camilla, le miraba con curiosidad. No sabían como, pero tanto Poe como Ranpo no tenían dudas de que era hijo de Dazai y Chuuya.

Ranpo sonrió con sarna al notar que el pequeña se parecía más al mafioso que a su compañero de trabajo. Su estatura, forma de cara, y gestos, sin lugar a dudas eran herencia del pelirrojo.

De Dazai, poco había a primera vista, el color de piel y el de pelo. Luego, si lo fijabas bien, podías notar que los ojos del niño tenían la misma forma que los del Nakahara, pero el color de la pupila era una mezcla desigual del marrón de Dazai y el azul de Chuuya.

Mientras Ranpo analizaba visualmente al niño, Poe fruncía el ceño ante la boca abierta y el sonrojo que cubrió al infante al mirar fijamente a su compañero.

—¿Eres Ranpo Edogawa? —apuntó Tatsuya con su dedo en dirección al de gafas.

—Así es, encantado Tatsuya-kun. Él es Edgar Allan Poe, mi compañero, llámale Poe. ¿Dazai te habló de mi?

—Papá siempre me habla de sus compañeros, me dijo que si alguien llegaba hasta mi, y yo no le conocía, seguramente seria alguien con gafas y ropa marrón, que tendría una bolsa de dulces en su bolsillo y que se quedaría analizando todo, incluso a mi.

Ranpo sonrió, al parecer Dazai les tenía mas aprecio y estima de lo que nunca habían esperado, además de tener más motivos para vivir de los creían.

—Aunque papá nunca me dio una descripción física real. Siempre me había preguntado el por qué... pero teniéndote ahora frente a mi, no cabe duda de que lo hizo porque eres demasiado bello para expresarlo con simples palabras.

La boca de Poe se abrió ante la sorpresa que le provocó esas palabras. Una carcajada abandonó la garganta de Ranpo y resonó por toda la habitación, definitivamente era hijo de Dazai.

Justo cuando Poe iba a hablar por primera vez con el niño, la puerta de la habitación se abrió y un pelirrojo entró arrastrando a un castaño con vendas.

—Cariño, papá ya esta aquí.


¿Qué está pasando? || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora