Capítulo 13

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Hiiii everybodyyyyyyyy.
El otro día una lectora de Olivia y Allyson me dijo que era "Claudier" y la verdad me pareció muy gracioso porque, ¿Yo teniendo fans? Por favor, si esta es la primera vez que escribo en wattpad (bueno, en realidad estoy escribiendo otra historia a la vez pero no le he dado a "publicar", con lo cual de momento no la podréis leer y tampoco sé si en algún momento la colgaré...) así que de verdad, os agradezco todo esto muchísimo porque, se necesita un escritor/escritora para realizar una historia, pero también se necesitan lectores que te animen a continuar con ella, ese punto de apoyo, que para mí sois todos y cada uno de vosotros.
Bueno por ahí me han comentado un par o tres de veces que aquí hace falta una escena de amor... Bueno a ver, que os he dado varias ya pero igualmente entiendo a que os referís jejejé.
Tiempo al tiempo babes.
Este capítulo es de lo que yo llamaría "que fuerte" o sea, que lo tenéis que leer sí o sí.
No es fuerte en el sentido de sangriento (ya sabéis que por lo menos, en estos momentos de la historia, no lo va a ser, pero más adelante... quien sabe...) pero lo es en el sentido de que pasan cosas a absolutamente todos los personajes que son protagonistas o más o menos lo son en la historia.
Y ya no os digo más, que ha llegado el momento de leer.
Muchos besos, abrazos, gracias y os quiere,

Clau xx

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- ¡Olivia! ¡Que llegamos tarde! ¡Que es tu fiesta de cumpleaños, tienes que llegar la primera obligatoriamente!
Olivia miró a su madre mientras descendía por las escaleras.
- ¡Que ya voy, mamá! ¡Necesito ayuda con la cremallera del vestido!
Al fin, llegó a la planta baja, frente a su madre.
- Estás guapísima, hija. -dijo ella subiendo con cuidado la cremallera del vestido.
Ella sonrió.
- Ese chico... Tu amigo... ¿Cómo se llamaba...? -su madre se dió una palmada en la frente tratando de recordar.
- ¿Josh? -preguntó Olivia, sonriendo por ese "tu amigo".
Algún día, cuando sus padres tuviesen tiempo de sentarse y pudiesen hablar tranquilamente, les contaría lo que era en realidad Josh para ella.
- Sí, ese. Te está esperando en la entrada y ha alquilado una de estas... limusinas para fiestas. Se debe de haber gastado una pasta.
- Oh, vaya. -dijo ella sorprendida.
- Tu padre está en el coche, fuera, decidido a llevarte al local, pero le he dado indicaciones al conductor de la limusina para que sepa llevaros así que... Elige transporte...
- Pero es que si le digo que no a papá se enfadará o decepcionará y si le digo que no a Josh, habrá perdido mucho dinero con la limusina...
Su madre sonrió dulcemente.
- Mi niña... A tu padre le parecerá bien todo y además... -dijo casi susurrando.- es tu fiesta de los dieciséis, te mereces celebrarla por todo lo alto con tus amigos. Ya hablaré yo con tu padre, tranquila.
- Vale. -respondió ella, con una amplia sonrisa.
Abrió la puerta principal tras ponerse el abrigo (especialmente comprado para la ocasión) y la cerró tras de sí.
Lo primero que vió fue a su padre aparcar el coche en la plaza al aire libre de su casa y mostrarle su pulgar hacia arriba mientras sonreía, como dándole el visto bueno.
Y luego vió a Josh, apoyado en la parte exterior de la limusina, a menos de tres metros de ella, que la miraba sorprendido y que sólo logró decir:
- Wow.
Ella rió y avanzó hacia él.
La verdad es que la reacción de Josh estaba perfectamente justificada.
Tras la comida, había ido a la peluquería y habían dejado sus rizos perfectamente definidos, tenía el pelo perfecto. Su vestido no se quedaba atrás. Y en realidad era todo, todo en general. Olivia no podía haber ido mejor a su fiesta de cumpleaños.
- Perdona es que... Estás increíble.
Olivia le sonrió.
Por fin, Josh reaccionó y le abrió la puerta de la limusina.
- Gracias. -dijo ella entrando.
Ya había viajado un par de ocasiones en este tipo de vehículos, pero aun así el interior le sorprendió para bien.
Una vez sentados al lado en esa especie de sofás, la chica besó suavemente los labios de su novio.
- Ya sabes, mis padres estaban delante y...
- No pasa nada, lo entiendo. -dijo él, y continuó su beso.
- ¿Te apetece tomar algo? -preguntó Josh luego.
- No, gracias, ya tendré tiempo de comer en la fiesta.
- Bueno, en ese caso... -dijo Josh sirviéndose algo que Olivia supuso era un refresco mezclado con algo de alcohol.
No hablaron mucho más en el resto del transcurso del viaje.
Al fin, oyeron la voz del conductor anunciándoles que habían llegado a su destino.
Luego, bajó del coche y les abrió la puerta a la pareja, que dieron las gracias al chófer y subieron las escaleras que los llevaban hacia el lugar donde la fiesta iba a dar comienzo en escasos minutos.
Olivia introdujo las llaves en la cerradura y se maravilló una vez más de lo bien que había quedado todo.
Unos cinco segundos más tarde un chico de unos veinti-pocos años llamó a la puerta y Josh abrió.
- Eh, hola... Soy James, el DJ.
Olivia se adelantó unos pasos.
- Hola... Encantada, yo soy Olivia, la cumpleañera.
- Vaya... -James la miró fijamente y luego miró a Josh.- Tu novia es muy guapa, tienes suerte.
Josh asintió con cara de pocos amigos, poniéndose ligeramente celoso con la mirada que le dirigió Olivia al DJ como respuesta.
- Bueno... Tras estas presentaciones... Necesito poner esto en algún sitio. -siguió James indicando el maletín que llevaba consigo y que contenía su mesa de mezclas.
- Claro, por allí. -respondió Olivia.
El chico se alejó hacia donde ella decía.
Tras diez minutos, tiempo en el que todo estaba a punto para el comienzo de la fiesta, se volvió a oír como llamaban a la puerta, pero esta vez, se oían muchas voces tras ella.
Olivia abrió rápidamente.
Todo el equipo de fútbol americano y de béisbol y las animadoras, con Jessica al frente gritaron:
- ¡Hora de la fiestaaaa! ¡Síííííííí!
Y, dejando abrigos en las perchas y regalos en una mesa al lado de Olivia, entraron.
- ¡A esto le llamo yo una fiesta! -chilló alguien.
Jessica se acercó a Olivia, con un par de chicas del equipo de animadoras y cuatro chicos del de béisbol al lado y la llamó.
- ¡Eh, Olivia! ¿Dónde ponemos esto? -dijo balanceando unas bolsas repletas de bebidas alcohólicas.
Vaya. Lo que ella había supuesto.
- Ehmmmmm... En la última mesa, hay suficiente hueco... Al lado de los vasos...
- ¡Vale!
Olivia sacudió la cabeza e inspeccionó la sala con la mirada en busca de su novio.
Al final lo divisó, hablando con varios chicos de su grupo.
Durante la siguiente hora y media, la gente siguió llegando, hasta el punto de concentrarse algo más de cien personas en la fiesta.
A partir de ese momento, nadie más hizo su aparición, pero mucha gente comenzó a beber y algunos incluso abandonaron la fiesta.
Olivia se dejó llevar por la música y comenzó a bailar en el centro de la pista y a ella se le sumó mucha gente.
El DJ era muy bueno y había seleccionado a la perfección las canciones.
Cuando sus pies ya no soportaban más, Josh se aproximó a ella y la sacó de allí, oportunamente.
- ¡Escuchadme todos! ¡Silencio, por favor! -gritó él.
James paró la música y las luces dejaron de parpadear hasta que todo el mundo se los quedó mirando.
- Quiero que todos agarréis vuestro vaso y brindéis por Olivia, que hoy cumple dieciséis años y que es la responsable de esta magnífica fiesta. ¡Feliz cumpleaños, Olivia!
- ¡Feliz cumpleaños! -se oyó a todos decir al unísono mientras alzaban su vaso.
Luego la música se reanudó y todos siguieron gritando mientras se movían al ritmo.
Olivia besó a Josh.
- Gracias.
- Te quiero. -le dijo él, visiblemente afectado por el alcohol.
Ella, tristemente, no supo que responderle y solo se le ocurrió besarle de nuevo.
Pasaron un par de horas más y llegó la una de la madrugada.
Olivia había comenzado a beber hacía una hora y se encontraba bastante... Contenta...
Seguía bailando y observó como Jessica trataba de ligarse al DJ, aunque no estaba obteniendo resultado alguno.
Entonces, Josh y algunos de sus amigos se le acercaron de nuevo.
- Nosotros ya nos vamos. -dijo.- Buenas noches, cariño, no me encuentro demasiado bien, pero llama a la limusina, vendrá a por ti, tienes hasta las cinco de la mañana.
- Vale, mis padres me han dicho que puedo volver muy tarde.
- Pues buenas noch... -Josh fue a terminar la frase y a darle un beso pero salió corriendo para lo que Olivia supuso, vomitar.
Se dió media vuelta tras observar como hasta el último de los chicos del grupo que iba con Josh -diez en total.- salía por la puerta.
Luego volvió a la pista de baile y comenzó a bailar, quitándose los zapatos, pues el dolor provocado por los tacones ahora era difícil de soportar.
Cerró los ojos mientras se movía al son de la música.
De pronto, notó unas manos que descendían por sus hombros hacia sus brazos y que acababan entrelazando sus dedos con los de Olivia.
Ella ladeó la cabeza y la persona pegó sus labios a su cuello y luego le susurró al oído:
- ¿Lo estás pasando bien, Olive?
El cuerpo de Olivia se estremeció con un escalofrío.
- Muy... Bien...
- ¿Has bebido, Olive?
- No... No me acuerdo... Y me llamo Olivia.
- Conque no te acuerdas eh...
- No...
El chico acercó los labios a sus hombros y los besó cuidadosamente.
- Olive... ¿No quieres girarte y saber quien soy?
- Yo... Para, por favor... Tengo... Novio... Yo... Yo quiero a... Josh.
- ¿De veras? ¿Y por qué permites que te toque entonces?
- No... No lo sé.
- Sí que lo sabes.
Ella, por fin se giró, para descubrir la media sonrisa increíblemente atractiva de Kyle.
- Kyle yo no... Yo no te he... Invitado.
- Tienes un brillo en los ojos que... Olive, estás borracha.
- Tal vez. -rió ella nerviosamente.- Pero no lo suficiente como para no darme cuenta de las cosas que hago o para recordar que no estás invitado a mi fiesta.
Kyle sonrió de nuevo.
- ¿Cómo iba a perdérmela?
Ella sonrió.
- Tengo... Tengo ganas de...
Kyle la miró fijamente.
- ¿Quieres vomitar? ¿Vamos fuera?
- No, no es eso.
- ¿Entonces que quieres?
- Quiero... Quiero algo que no puedo hacer.
- Vaya, la pequeña Olive quiere hacer algo prohibido. Yo soy experto en esas cosas.
- En primer lugar, me llamo Olivia. Otra vez. Y en segundo lugar, lo que quiero es...
Y sin poder aguantar más, Olivia saltó a los brazos de Kyle y enrolló sus piernas en la cintura del chico. Luego acercó sus labios a los de él y los besó por segunda vez en su vida.
Kyle ni siquiera se mostró sorprendido.
Caminó con los brazos sujetando la espalda de Olivia y alejándose de las luces y del exceso de gente de la pista de baile y se acercó a una pared, donde aprisionó a Olivia entre ésta y su cuerpo.
Ella sólo continuó con su beso, haciéndolo todavía más intenso.
Kyle trasladó sus manos hacia el pelo de la chica y se lo retiró con cuidado, acariciando sus mejillas.
Siguió bajando sus manos volviendo a la espalda de la chica, introduciendo su lengua en la boca de ella.
Cuando iba a llegar al punto límite, entre la parte más baja de la espalda y sus piernas, Olivia despegó sus labios de los de él.
- Espera. Esto no está bien. Para, Kyle.
El chico retiró sus brazos y manos y Olivia deshizo el abrazo que había creado con las piernas alrededor de la cintura de él y puso sus pies descalzos sobre el suelo.
- ¿Qué pasa? -preguntó Kyle.
- Que tengo novio. Que ese novio no eres tú y que estoy borracha y...
- Ah, no. No, lo siento Olivia, pero esa última excusa no me sirve. Tú antes has dicho que te dabas cuenta de las cosas que hacías.
- Me has llamado Olivia. -fue lo único que dijo ella, para después salir huyendo en dirección a la puerta del local, sin esperar a que el último de sus invitados abandonase la fiesta, como había decidido hacer en un principio.
La limusina estaba fuera esperando y ella se precipitó a su interior, mientras daba las indicaciones exactas al conductor para que la llevase a casa.

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Allyson no conseguía conciliar el sueño.
"Que raro en mí" pensó con ironía.
Se puso a recordar los acontecimientos del día anterior con frustración.

*FLASHBACK*

Allyson se inclinó hacia delante.
No estaba segura, no estaba nada segura, pero tenía que aclararse, tenía que darle ese beso a Liam porque si no se iba a volver realmente loca.
Ya pensaría en una excusa más tarde, que hiciese que si Liam no reaccionaba como ella esperaba, no se confundiese o enfadase.
Cerró los ojos e inclinó la cabeza.
Ya casi...
- ¡Eh, vosotros dos!
Liam soltó bruscamente a Allyson y tras recomponerse del susto y de la pequeña caída, ambos miraron hacia el lugar de donde la voz provenía.
Un hombre alto, rechoncho y con gesto altivo los observaba unos treinta metros más allá.
- Trabajo en el mantenimiento de la playa y me encargo también de la seguridad, ¿qué hacéis aquí?
Liam y Allyson se miraron sin comprender nada.
- No podéis estar aquí. Esta parte de la playa está reservada a pescadores y gente del hotel que se encuentra justo detrás de mí. Y mucho menos podéis comer en este sitio. Así que, si no os alojais en el hotel, os ruego que abandonéis esta playa.
- Vale, ahora mismo. Lo sentimos. -dijo Liam.
El hombre asintió satisfecho y los siguió con la mirada hasta que se marcharon del lugar y se dirigieron a la parada del autobús.

*FIN DEL FLASHBACK*

¿Qué habría ocurrido si en aquel momento el vigilante no les hubiese interrumpido? ¿Serían ahora algo más que amigos?
El tono de mensaje entrante en su móvil le hizo pegar un respingo.
Era Olly.
Deslizó el dedo por la pantalla para desbloquearlo y lo leyó.
"Hey, Allyson"
"Hola"
"¿Vas a hacer algo hoy por la tarde?"
"No, ¿por qué?"
"Bueno, hoy estrenan una película que llevaba tiempo queriendo ver y..."
"¿Y...?"
"Y he pensado que quizá te apetecía venir a verla conmigo."
"Uhm... ¿A qué hora es?"
"A las seis y media. Pero podríamos quedar a las seis en la puerta del cine porque igual hay fila para sacar entradas."
"Vale. ¿En el cine que está en el centro?"
"No, está cerca de la biblioteca. A unos dos minutos, en el lado izquierdo de la calle."
"Genial. Nos vemos a las seis, entonces."
"Perfecto. A las seis."
"Adiós, Olly."
"Hasta luego, Ally."
Allyson pulsó el botón de bloqueo y volvió a dejar el móvil sobre su mesilla.
La verdad era que agradecía tener a alguien como Olly en esos momentos, que la distrajese un rato.
Salir con Liam había estado muy bien, pero una vez que se habían separado, los pensamientos volvían a agolparse de nuevo en su mente y necesitaba hacer algo para no pensar en él las veinticuatro horas del día.
Eran las cinco de la tarde, tenía tiempo de sobra para prepararse.
Se cambió la ropa de estar por casa por algo más arreglado, pero mucho más cómodo que lo de por la mañana y observó el reflejo que le devolvía el espejo.
No estaba mal. Sus vaqueros rotos azul claro quedaban bien con la camisa negra y sus botas de siempre.
Era algo sencillo, pero bastaría para quedar con su... ¿amigo?
Hacía tiempo que no tenía la confianza suficiente con nadie como para llamarle de ese modo, pero Oliver se comportaba verdaderamente como uno.
Las agujas del reloj no llegaban a marcar las cinco y media pero, aún así, decidió salir en ese instante de la casa.
Pero nada más alcanzar la puerta del rellano de abajo, deseó no haberlo hecho.
Por el cristal de la puerta del portal divisó acercándose a Liam y a la chica del otro día.
Iban demasiado juntos para ser sólo amigos y reían demasiado para ser sólo amigos.
Entonces, la chica se apoyó en el cristal de la puerta y Liam se puso frente a ella.
Allyson no podía verlos bien del todo pero, desde la posición que estaban era obvio que se estaban besando.
Una lágrima resbaló por su mejilla.
Sus ganas de quedar con Oliver habían desaparecido, sólo quería subir de nuevo a su casa y enterrarse bajo las mantas y tomar helado y escuchar música y...
No.
Basta.
Ya era suficiente.
Se había prometido ser fría y no lo estaba consiguiendo.
Tenía que volver a ser capaz de controlar sus sentimientos.
Sacó un pañuelo, se secó las lágrimas y sonó los mocos y, tras armarse de valor, abrió la puerta.
Descendió tan rápido los escalones y corrió tanto por la calle que ni siquiera escuchó qué decía lo que parecía ser la voz de Liam que la llamaba.
En quince minutos alcanzó la puerta de la biblioteca y, en dos más, llegó al lugar acordado con Oliver, donde se sentó en un banco a la espera del chico, con el corazón sin parar de bombear sangre a toda velocidad.

OLIVIA Y ALLYSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora