IV

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-¡El desayuno está listo!- Gritó el Kuroashi desde la cocina.

-¡Voy!- Gritó Luffy saliendo del dormitorio a toda prisa, pasando por encima de Usopp y Chopper, quienes quedaron tendidos en el suelo.

Con pereza, el peliverde camino hasta la cocina, con su pecho descubierto y una toalla en los hombros, clara señal de que se había bañado hace pocos momentos.

Entró a la cocina y miro como solo faltaban dos de sus nakamas, que seguían en la cubierta por culpa de Luffy.

-Nami-swan, te preparé tu jugo de mandarinas- Llevó el cocinero la bebida hasta la muchacha.

-¡Gracias Sanji-Kun!- Agradeció con una pequeña sonrisa.

-Nami, hoy te ves suuuuper cansada-

-¿En serio? Debe ser por la guardia, aún no he dormido- Se excusó la ojichocolate.

-Cierto Navegante-San, espero que descanses mucho al llegar a la isla Gyojin-

-Yo espero que hayan muchos tesoros- Contesto con sus ojos convertidos en signos de berries.

-¡Espero ver muchas sirenas!- Comentó con ilusión el cocinero a bordo.

-Como Kokoro-obasan- Dijo Luffy comiendo un gran pedazo de carne.

-N-no arruines mis ilusiones- Pidió Sanji tirado en el piso con un aura negra al rededor.

-¿Cómo estarán ellos?- Se preguntó Usopp en voz alta.

-A veces Kiwi me escribe. Según lo que sé Paulie es el nuevo jefe de carpinteros- Comentó el cybord.

-¿No estas feliz por eso Nami?- Preguntó Usopp mirando a la susodicha.

-Bueno, me alegra pero, ¿a qué viene la pregunta?-

-Pues tú y ellos tenían algo ¿no?-

-¡¿Como?!- Gritó Franky con su posición de súper.

-Eso es mentira. Él era un tipo mojigato y avergonzado. Me cae bien pero jamás hubiera tenido algo con él- Dijo un poco molesta, recordando como ese hombre le recriminaba usar falda y cuando se cambió en el vagón del tren.

-¡Era un buen hombre! ¿Verdad Zoro?- Dijo el capitán robando la comida de Chopper sin que se diera cuenta.

-Era fuerte- Es todo lo que dijo. Por alguna razón no le gustó hablar de él.

-Tú también eres fuerte Zoro, mírate, seguro que no solo creciste en cuerpo, también en fuerza- Exclamó Brook, dándose cuenta que Zoro estaba incómodo con esa conversación.

-¿Qué quieres decir?- Entendió pero eso de cuerpo no tanto.

-Creo que lo que Músico-san quiere decir es que te han crecido los músculos y los pectorales-

-Robin-chwan, no veas a ese marino- Rogó el rubio.

Poco a poco terminaron de comer y los únicos que quedaban en la cocina eran Sanji, Zoro y la navegante que bostezaba constantemente.

-Deberias dormir un poco Nami-swan, todavía tenemos unas horas para llegar a la isla Gyojin- Sugirió Sanji.

-Tienes razón, me voy a dormir- Y con un bostezo se puso de pie, pasando por detrás de Zoro.

-Oye Zoro- Pronunció ella.

-¿Qué?- Respondió volteando a verla un poco intrigado, creyó que no le hablaría  después de aquello.

-Ponte camisa- Y salió de la cocina.

-Ponte ropa marino, no creo que Nami-san quiera verte semidesnudo-

Mi DeudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora