Cartas a una extraña

Mentiras y engaños

En los días siguientes, había pensado en ella. La persona que me hizo creer en el amor pero destrozo toda creencia que tenía. Día tras día pensando en ella, era difícil olvidarla.
Pasaron los días, hasta que llego la última semana en la que se iba a quedar Eli. Una parte de mi quería despedirla, sin importar lo que paso, pero otra, no podía por el malito orgullo.
Antes de decidir que iba a ser, alguien tocó la puerta.
-Hola- dijo Mona alegremente después de que abriera la puerta.
-Hola, todavía estoy ocupado, pero la otra semana te llamo por teléfono.
-Lo que te voy a decir es importante, sentémonos-dijo. La seguí hasta los sillones que tenía en la sala.
-Espérame, voy a cerrar la puerta- dije levantándome del sillón.
-La puerta puede esperar después, lo que te tengo que decir es urgente- me volví a sentar.
-Okay, dime
-Primero que nada, ¿por qué estabas tan ocupado?
No sabía que contestar, así que dije lo que se me vino a la mente.
-Ya sabes trabajo- lo dije tan nerviosamente, que creo que Mona sospecho- y bien, ¿que es lo que me ibas a decir?- dije cambiando de tema.
-Quiero decirte que... Aun te amo- dijo, me me acarició mis labios lentamente y me beso. Debí alejarme, pero quería que siguiera. Nos besamos como a mi me pareció una enternidad, y creo que hubiera seguido así si no me hubiera apartado lentamente. Nos quedamos mirando, pero me llamo más la atención la persona que estaba en la puerta. Eli. Traía un ramo de flores, con una nota. Su expresión fue de sorpresa, pero poco después cambio a enojo.

-Eli, no es...- empecé a decir, pero ya era demasiado tarde.
-Te iba avisar que ya había terminado con Jake, pero veo que ya tienes novia- se iba a dar media vuelta pero se lo impedí.
-En los días que a pasado, solo eh pensado en ti- le tome la mano.
-¿Y por qué te besuqueas con otra chica?- me aparto su mano bruscamente.
-Pero...
-Déjame, nunca me vuelvas a enviar cartas, jamás- dijo eso y se marchó.
Me sentía despedazado, mutilado, como si muriera una y otra ves.
-Vamos, te puedes desquitar conmigo- dijo Mona. Me empezó a besar otra ves, y lo peor de todo me deje. Sabia que por culpa de ella Eli nunca jamás me iba hablar, pero ella no sabia que iba a venir. Nos empezamos a acurrucar en el sillón, me empezó a quitar la ropa y yo la de ella hasta quedar completamente desnudos.
-Suerte que siempre traigo protección.
Y fue maravillosamente desagradable.

Desperté con un mensaje de texto. Me levante, me puse unos calzoncillos y fui hasta el celular. El celular era de Mona, y el mensaje era de Jake que decía "Felicidades, conseguiste separar a ellos dos, no soportaba la idea de que se enviarán cartas. Ven a mi departamento, te ganaste un premio, ya sabes a lo que me refiero con la palabra premio."
Entendí tres cosas, a Mona no le gustaba, intentaba y con éxito destruir la relación o amistad que tenía con Eli y que la palabra premio se refería a sexo.