En otra vida

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Es hora de ser feliz...

Jamás volveré a verte, aunque a veces me cueste admitirlo, sé que no volverás, sin embargo para mí siempre vivirás en mi corazón y te tendré presente en mi mente cada segundo que viva, fuiste, eres y serás el amor de mi vida. ¿Recuerdas los maravillosos momentos que vivimos juntos?

Como olvidar aquella mañana, cuando me levanté sintiéndome la chica más feliz del mundo, habías terminado por fin con Jane, y te vería de nuevo, eso bastaba para que sea feliz, tú me esperabas como siempre en la puerta de mi departamento, tan guapo, tan varonil... tan tú. No podía evitar que mi corazón lata con más intensidad al verte, removías todo dentro de mí tan solo con una mirada.

Según parece ahora, poco nos interesó el amor que vivimos cuando estuvimos juntos, esos besos robados de los cuales ambos preferíamos pensar que no significaban nada, que solamente era un beso en los labios como cualquier otro beso en la mejilla, tal vez si te hubiese confesado mis sentimientos mucho antes, las cosas serían distintas, tu seguirías conmigo.

Sé que no tengo la culpa de lo que paso, pero a veces me es difícil evitar que ese horrible sentimiento se apodere de mí, no solo por tu muerte, sino también por que el niño, fruto de nuestro amor, no podrá conocer a su padre, es algo que lamentaré toda mi vida.

Me costó mucho superar tu partida, después del accidente no hubo un día en que no derramara lágrimas deseando que estuvieras conmigo, no tienes idea lo mucho que te extraño. Solo hubo una persona que siempre y en todo momento estuvo conmigo, John. Sé que lo querías y el también a ti, sufrió igual o tal vez más que yo por tu partida, como saberlo. Juntos pudimos superar aquel fatídico acontecimiento. Gracias a él, ahora yo y James, nuestro hijo, podemos vivir tranquilos.

Quién lo diría, a veces la vida puede ser muy impredecible, tan impredecible como para que el día de mi boda con John sea realidad. Si, hoy es el día en que mi vida se unirá para siempre a la de John y eme aquí, sentada frente al espejo de mi habitación, vestido de novia encima, escribiendo esto. No te mentiré, al principio no quise saber nada sobre el amor, pensaba que podía vivir sola con James y que JAMAS volvería a enamorarme.

Los primeros meses de mi embarazo fueron muy... dramáticos, los mareos, las náuseas, los antojos, pero todo eso al menos mantenía mi mente ocupada para no sufrir todo el día pensando en ti. Al octavo mes nació James, fue un parto muy difícil, no podía más con los dolores, pero cada vez que me sentía desfallecer, tan solo cerraba los ojos y te recordaba, eso era suficiente para tener la fuerza necesaria. Lo recuerdo claramente, se veía tan frágil, tan pequeño, sentí de inmediato la necesidad de protegerlo, cuando abrió los ojos y me miro por primera vez no pude evitar que mis ojos se inunden en lágrimas, ¡y es que te vi en ellos!, tiene tus mismos ojos color avellana tan hermosos. Demás está decir que John estuvo conmigo en todo momento, durante mi embarazo, en el parto, en los primeros 5 años de James (Y seguramente en los que siguen también) y todo eso hizo que yo empiece a sentir algo más que agradecimiento por él. No sé si llegue a amarlo como te amé a ti, pero con saber que él me ama y quiere a James como si fuese suyo me basta y me sobra para vivir feliz.

Y para terminar todo este palabreo no me queda más que agradecerte, gracias por vivir conmigo los momentos más felices de mi vida, gracias por compartir mi locura, mis sonrisas, mis lágrimas, y sobre todo, gracias por regalarme a James, el niño más lindo del mundo (Se parece tanto a ti).

Y es que así debía ser, no se nos podía permitir un final feliz. Pero el más feliz de los finales era este, el terminar con lágrimas en las mejillas y el maquillaje arruinado, trágicos, como deben terminar las verdaderas historias de amor, como acabo la nuestra. En fin, mi amor, mi vida, mi Paul, te había amado tanto, de verdad, solo quería decírtelo por última vez antes de casarme y dejarte en mi mente como un bonito recuerdo, te había amado tanto...

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- Anne, tienes diez minutos para terminar de arreglarte -Maureen entro de improviso a la habitación y se preocupó al no recibir respuesta de su amiga - ¿Paso algo? -Preguntó acercándose a ella.

- No, nada -Musitó Anne, tratando en vano de limpiarse las lágrimas.

- Pero querida, estas llorando -Le dijo Maureen con cierto tono de compasión.

- Estoy emocionada, solo es eso -Dijo Anne tratando de sonreír.

- Soy tu mejor amiga, sé que esas no son lágrimas de emoción. Es por Paul ¿verdad? -Anne se quedó en silencio, con la mirada perdida en algún punto de la habitación -. Aun lo amas -Insistió Maureen logrando que Anne la mire.

- Lo extraño -Dijo con una expresión alicaída en el rostro.

- Anne, si aún no sientes que estas lista para dar este paso, todavía estas a tiempo de arrepentirte y...

- No, Mo -Interrumpió Anne -, yo quiero a John... y quiero casarme con él.

- Lo quieres, sí. Pero no lo amas.

- Yo sé que, con el tiempo, llegaré a amarlo, él es una buena persona y me ama, eso es lo que importa, sé que a su lado podré ser feliz.

Maureen la miro con cierto dejo de tristeza pero al final tuvo que comprenderla y apoyarla como la buena amiga que era.

Las campanas sonaron en la iglesia de la ciudad, mientras que la novia se dirigía al altar donde John la esperaba con la sonrisa más bella del mundo. Anne sintió un extraño revoloteo en el estómago al verlo cada vez más cerca, sonrió también, a pesar de todo estaba feliz. Llegó al altar y se paró junto a él. El sacerdote comenzó a hablar y durante todo ese tiempo John no despego ni un segundo su mirada de su amada novia, y Anne a través de sus ojos pudo sentir el inmenso amor que él sentía por ella.

Hasta que llegó la pregunta decisiva, John respondió el "Acepto" de inmediato, sin pensarlo, en cambio Anne, lo miró a los ojos y allí se quedó por algunos segundos. Todo era silencio y solo se escuchaba la vocecita de James preguntándole a su abuela cuando comería pastel.

"Si, acepto" pronuncio al fin Anne haciendo de John el hombre más feliz del mundo. Se besaron, celebraron y pasaron una espectacular noche de bodas en la que no entraré en detalles.

La llave de mis sueños (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora