Caminaba a paso lento por el parque, cada árbol, cada persona, cada pajarillo que pasaba volando a su lado le recordaba a ella, a sus hermosos y resplandecientes ojos cual brillo tan solo era comparable al de la estrella más brillante del firmamento, su sonrisa... esa sonrisa que era capaz de iluminar completamente su día y lo hacía sonreír también, su primer y único amor.
Su mirada perdida y su caminar sin rumbo reflejaban la profunda tristeza que invadía su espíritu, tal vez lo había arruinado en ese instante en el que le confesó que la amaba, sí, eso fue lo que hizo, esperaba ser correspondido, lo soñaba, ¡lo anhelaba! pero no, no recibió respuesta alguna, tan solo silencio, abrumador silencio que lo obligo a doblegarse y a desistir.
La amaba, pero su amor nunca pudo ser y cualquier intento por arrancársela del corazón fue en vano, se había adherido tanto a él que le resultaba imposible hacerlo. Aún viven es su mente aquellos recuerdos del ayer, cuando todo era perfecto, cuando el amor era un juego fácil, en donde las palabras sobraban y con tan solo mirarse a los ojos podían darse cuenta del inmenso amor que sentían el uno por el otro. Sintió como si una estaca se le clavara en lo más profundo del corazón haciéndolo sangrar al recordarla.
No la volvería ver, se había ido ¿por qué?, no lo sabía, no se lo dijo, simplemente desapareció de su vida sin anunciarlo, no dejo ni una huella, ni una pista, ni un rastro de su destino, tan solo su corazón resquebrajado de dolor, lo dejo completamente solo con una sombra cerniéndose sobre él, de pronto sentía que ya no era ni la mitad del hombre que solía ser.
Paró de caminar y alzo su vista al cielo, cerró los ojos y suspiro recordando aquel fatídico día.
*Flashback
Paul se acercó a la puerta y sin meditarlo mucho toco el timbre de la casa, a los pocos segundos la puerta se abrió y detrás de ella apareció la perfecta silueta de la pelirroja quien al verlo sonrió.
— ¡Paul! ¿Qué haces aquí? —Preguntó ella claramente sorprendida por su presencia.
— Yo... necesito hablar contigo —Dijo él con voz temblorosa, Jane lo miró confundida y lo invito a pasar. Ambos se sentaron en los sillones de la sala.
— Bueno, ¿Qué es lo que quieres decirme? —Preguntó Jane impaciente, Paul respiro hondo.
— Jane, yo... —Suspiró —. Esto es difícil.
— ¿Pasa algo malo? No me asustes —Dijo Jane preocupada.
— No, sí... no lo sé —Balbuceó con torpeza, estaba muy nervioso y no encontraba las palabras adecuadas para decírselo.
— Paul, habla de una vez, estas alterándome —Pidió Jane. Él la quedo mirando serio por unos segundos, suspiró.
— Dicen que el peor error que puede cometerse, es enamorarse de tu mejor amiga, porque, ¿qué pasará si se pierde esa amistad? Y a la vez es tan difícil dejar de sentir esa corriente eléctrica recorriendo todo tu cuerpo por alguien tan cercano a ti —Dijo Paul de un porrazo, Jane lo miró muy confundida sin saber a lo que se refería su amigo con aquellas palabras.
— ¿Qué quieres decir con eso? —Preguntó la pelirroja ya sospechando las intenciones de Paul al venir hasta su casa.
— Quiero decir que... —Tomó una pausa para respirar —Estoy profunda y locamente enamorado de ti, siempre lo estuve, desde que te vi por primera vez aquel día en la feria no pude dejar de pensar en ti, no nos conocimos de casualidad como siempre lo creíste, yo lo planeé todo, hasta el más mínimo detalle, sentía unas ganas tremendas de acercarme a ti y hablarte, imaginaba lo hermosa que sonaría tu voz saliendo de esos delicados y rosados labios que adornan tu perfecto rostro —Dejó de hablar al ver que Jane se encontraba algo aturdida por sus palabras —. Jane, te amo, siempre quise decírtelo pero cada vez que me proponía a hacerlo el miedo me invadía creyendo que me rechazarías, y sí así lo haces estará bien, solo quería que sepas que hay alguien que te ama con todo su ser y sería capaz de sacrificar todo por ti con tal de que seas feliz, con tal de ver esa hermosa sonrisa que hace que me olvide de todos mis problemas y es capaz de iluminar hasta el día más gris. Estará bien si solo me quieres como un amigo, lo único que te pido es que no te apartes de mí — Terminó de decir con la voz a punto de quebrársele, miró a Jane esperando una respuesta, pero ella se encontraba inmóvil en su sitio, notó como sus bellos ojos de repente se cristalizaron y una traviesa lágrima se escapó de uno de ellos, resbalando fina por su mejilla. Jane lo miraba angustiada y el nudo que se había formado en su garganta impidió que pueda articular palabra alguna, de pronto esa expresión de angustia que se dibujaba en su rostro cambio a una de ira.
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La llave de mis sueños (The Beatles)
Fantasía¿Que pasaría si nuestros más profundos e imposibles sueños se hicieran realidad?