Capítulo 4

99 14 17
                                    

La mañana de mi primer sábado en Nueva Orleans no había sido como en un principio lo pensé, ya que, mi idea no era conocer a personas tan rápido. Sin duda, mi idea no era salir de fiesta y emborracharme hasta tal punto de besarme con una mujer para provocar a tres hermanos, pero lo había echo. Aquello lo cambiaba todo. Ya no podría pasar desapercibida después del desastre que había montado la noche anterior. La vergüenza me comía por dentro, pero no debía cohibirme por eso. 

A las once de la mañana le envié un mensaje de texto a Noah, dónde recibí una corta respuesta que ponía "prepara tus cosas, voy a por ti. Te divertirás, Abril" y comencé a preparar una pequeña bolsa con mi toalla, unas cremas solares y algunas cosas que podría necesitar.

Mi pelo oscuro caía en ondas rebeldes hasta mis caderas; mi cara estaba ausente de maquillaje, dejando mi pálido rostro a la vista. Sobre mi cuerpo llevaba una pequeña falda negra y un top blanco de tirantes que combinaba con mis sandalias a la perfección.

A las doce en punto, el auto de Noah ya se encontraba estacionado enfrente de mi casa, esperando por mi presencia para poder ir camino a la playa. 

La media hora que pasamos juntos de camino, estuvimos hablando sobre cosas banales, mientras soportaba los graciosos chistes de Noah que siempre me quitaban una pequeña sonrisa. Aquello era nuevo, ya que, de primeras no solía ser tan sincera y abierta a la hora de conversar pero, con Noah me salía de forma natura. Sin forzarlo.

- Tendrías que unirte a nuestro grupo después de este día- Cambió de tema drásticamente, sacándome una pequeña sonrisa- si el día de hoy te sientes cómoda y te diviertes, déjame asegurarte que no se asemejará a otras quedadas. En nuestra última quedada fuimos a montarnos en kards, tenías que haber llegado antes, Abril- Finalizó con un puchero en sus labios que me hizo soltar una pequeña risa. Se veía tierno.

- Los acontecimientos me hicieron llegar a mitad de año, pido perdón por ello- Contesté sin mostrarle demasiada importancia porque tampoco quería que supiera la razón de mi retraso en el curso. Con que supiera lo justo sería suficiente.

Zanjé aquella conversación, observando como Noah estacionaba el auto en el parking de la playa para luego, sacar la llave del contacto y bajar del coche, cogiendo ambos nuestras bolsas y comenzando a caminar por la arena, buscando a los amigos de Noah.

En la distancia, observé como una morena con pelo marrón rizado se levantaba para recibirnos. Portaba un pequeño bikini amarillo que resaltaba sus curvas y su flaqueza. Era una belleza latinoamericana.

-Ey, hola!- Nos saludó, dándole un beso en la mejilla a Noah, al igual que yo me gané un pequeño abrazo, lo cual me sorprendió pero lo acepté con amabilidad.

Se volvió a sentar en la arena y, en ese momento, me permití detallar a los presentes. Al lado de la morena se encontraba un chico rubio de mirada celeste, una mirada igual a la mía, solo que sus rasgos eran más definido y portaba pequeñas pestañas y cejas pobladas. Enfrente estaba una chica con el pelo teñido de rojo fuego, los ojos oscuros como abismos y belleza delicada. A su lado estaba otro chico, este tenía el pelo castaño rizado, sus ojos del mismo color y su piel era morena, resaltando su torso y sus definidas piernas. Parecía deportista.

Por último, a unos metros estaban dos chicos fumando que ya conocía a la perfección, un pelirrojo y un rubio que me intimidaban con una simple mirada. Estaban hablando como si fueran amigos de toda la vida, riéndose mientras expulsaban el humo del tabaco recién inhalado. 

¿ Por qué sentía que a cada paso que daba esos dos siempre tendrían un paso por delante dado? ¿ Qué hacían aquí?

Por un segundo, la mirada del ojiazul coincidió con la mía, mostrándome un rostro neutro sin poder averiguar lo que realmente pensaba por mi presencia allí, en cambio, el pelirrojo no disimuló la sorpresa pero, en cambio, me miró con una pequeña sonrisa traviesa.

El Recuerdo de Abril Jones ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora