Harry Potter mi vida tras la guerra

Magister Morte PT 2

Dos personas dieron unos pasos tomados de la mano colocándose al frente del grupo antes de que alguien pudiera decir o hacer algo cayeron sus capuchas dejando a Sirius, McGonagall, Remus y Tonks en estado de shock y al borde de las lágrimas por lo que tenían ante sus ojos – imposible ¿cómo? Esto debe ser una broma de pésimo gusto -- pensaron todos, aunque si bien Tonks nunca los conoció había escuchado innumerables historias de estas dos personas ambos eran demasiado conocidos y famosos desde sus años en Hogwarts hasta sus años en el ministerio además de haber visto sus fotografías en el álbum de Harry.

Harry era un poema emocional completamente su cerebro se había roto tan pronto como vio a las dos personas frente a él había soñado durante mucho tiempo con esto ¿sus padres frente a el? Su varita finalmente bajo desde que habían entrado los misteriosos extraños.

El azabache tenia demasiadas cosas en su cabeza alegría, incredulidad, esperanza, amor, asombro, enojo y curiosidad eran algunas de las muchas emociones que recorrían su cuerpo a toda velocidad en ese momento chocando entre si mientras sus ojos se comenzaban a cristalizar amenazando con expulsar copiosas lagrimas frente a el finalmente estaban sus padres James y Lily Potter.

Lily Potter era una bruja hermosa en toda la extensión de la palabra, estatura promedio con aproximadamente 1.65 metros de altura delgada con curvas en los lugares correctos que la hacen parecer un reloj de arena con un rostro ovalado con hermosas mejillas coronadas con algunas pecas que resaltaban gracias a su tono de piel pálido, una nariz afilada que daba un tono de elegancia pura con una hermosa cabellera rojo oscuro hasta la cintura bajo su nariz se posaban unos péquennos labios carnosos en color rosa toda la perfección que era Lily Potter era coronada por las hermosas esmeraldas que llevada por ojos.

A la vista de Harry su madre era simplemente hermosa, una mujer elegante que deslumbraba con solo verla con una sonrisa amable y amistosa y una mirada que prometía amor incondicional y una furia incontrolable contra cualquiera que intentara dañar a alguien que ella amaba.

James Potter un mago atractivo con una estatura aproximada de 1.80 metros fornido con un rostro cuadrado, nariz afilada, ojos marrón con una mirada intensa pero a su vez cordial enmarcados por unos lentes cuadrados de armazón de pasta en color negro un cabello negro azabache indomable igual al de Harry aunque un poco más corto.

Harry estaba total y completamente atónito, frente a él estaban sus padres una escena que siempre había deseado con el corazón durante tantos años aquello con lo que solamente podía soñar y ahora se había vuelto realidad.

Los presentes estaban en estado de shock nadie decía nada solo observaban el silencioso intercambio la pareja veía a su hijo con gran adoración como lo más grande en el mundo y el solamente los veía con un rostro embobado listo para entregar su vida por ellos los observaba tan detenidamente como si tuviese miedo de hacer cualquier movimiento y que en ese momento ellos desaparecían.

Los tres Potter se observaban el uno al otro sin decir una palabra ni hacer movimiento alguno solo la mirada que cambiaba entre la pareja y el joven mago parado frente a ellos el primero en salir de su estado de conmoción fue Harry quien intento apresuradamente conectar cerebro y boca.

-- ¿M... ma... maa... Maaamá? ¿P... pa... paa... Paaapá? – dijo el azabache con voz entre cortada por el mar de emociones que amenazaban con dominarlo.

Antes de que pudiera decir algo más se vio envuelto en un gran abrazo por sus padres, todo se derrumbó sus emociones salieron a la superficie un discreto sollozo comenzó a salir de su interior y lentamente sus rodillas se debilitaron cayendo al frio suelo del castillo, sus padres soportaron su peso y bajaron junto con el quedando abrazados de rodillas sobre el suelo.