Irremplazable

Confesión.

Aún procesaba las palabras, tal vez se había confundido, o quizá ni siquiera le había hablado, podría ser que los pensamientos que había estado contemplado hacía tan solo unos segundos le estaban jugando en su contra y le habían hecho creer escuchar lo que quería. Se mantenía parpadeando incrédulo sin poder llenar el vacío que de pronto se había creado en la habitación, un silencio tan pesado que no solo era incómodo sino que dolía terriblemente.

—No tienes que responder ahora— El peliblanco tomo la palabra, quizá tratando de escapar también de la fea situación, no había sido el mejor momento para hablar, tal vez tenía que haber esperado un poco más, pero no quería que el hada se hiciera ideas equivocadas sobre lo que había pasado, no había querido lastimarlo, aún que si era sincero ni siquiera el entiendia que había ocurrido en ese momento o por qué se había dejado llevar, y ahora que ya había dicho un "me gustas " tan irresponsable no había logrado más que empeorar la situación seguramente.

—No quiero hacerlo— King bajo la vista con un hilo de notable sufrimiento en su voz, claro que no quería responder a ello, no podía, aún estaba intentando entender aquellas emociones y pensamientos que lo asfixiaban, definitivamente no sabía aún si aceptar que estaba enamorado o rechazar todo aquello y continuar con sus planes de huir, después de todo el echo de que ahora viniera a decir "me gustas" no arreglaba la manera en que lo había básicamente rechazado luego de aquel extraño beso, y que sabía de sobra que muy a pesar de que Ban hubiera tomado la iniciativa de venir a hablar con el, no era verdaderamente un acto de buena fe, lo notaba, el no era ningún idiota, y aún que si, tal vez trataba de reparar el daño, le parecía más que claro que lo hacía por si mismo, quizá para evitar quedarse solo, o por qué tal como se lo dijo ... Era como ella.

Apretó sus puños una vez ese pensamiento vino a su cabeza, se mordió los labios ansioso y nuevamente rompió el silencio con pequeños jadeos temerosos — ¿Que es lo que quieres de mi ?— Si, tenía miedo a la respuesta, pero seguro solo seguir haciéndose ideas en silencio no le ayudaría.

— No quiero nada de ti— Se recostó en la cama evitando hacer contacto visual con el más bajo, solo plantó su mirada en el techo, había entendido por completo que no había respuestas correctas, todo estaba mal, y había actuado mal, sabía ya que había llevado su dolor más allá de sus propios límites y estaba empezando a afectar a los demás y aún que era cierto, ahora que ya había contemplado las palabras de Meliodas y sus pensamientos, sueños y emociones hasta ese momento, se había dado cuenta que si que sentía algo por el hada, pero no estaba seguro de como canalizar esas emociones, solo... Solo no quería que el pensara que lo había lastimado solo por qué si, que sentía algo por el aún que ese algo pudiera no ser presisamente amor.

—¿Entonces por qué?— El castaño si que busco la mirada de aquellos ojos rojos pero se negaban, y esa era otra señal de que todo aquello no era más que un piso de delgado cristal, que colapsaría en cualquier momento gracias al peso de ambos.

—¿Que deseas escuchar?— Seguro así sería más fácil, pues solo seguían tensando más y más aquel frágil hilo que aún se negaba a romperse del todo, no quería perderlo, no quería hacerle daño, pero lo hacía y además era egoísta, pues tal vez lo mejor era perderlo para que el pudiera ser libre y no se involucra con el dolor que lo mataba día a día.

—la verdad— No, definitivamente no quería la verdad, ahora sus piernas temblaban y pensaba que su corazón se detendría en cualquier momento, no quería que parara, de una manera extraña y absolutamente demente disfrutaba ese dolor que lo estaba aletargando, era mucho mejor que los sentimientos vacíos a los que estaba acostumbrado, esto aún que dolía se sentía más real, era una confirmación de que estaba vivo ¿Cómo disfrutar de algo así? No lo sabía, quería sentir un poco más, y el miedo, la incertidumbre despertaba en el más desesperacion.