Amor Infiltrado

Primera Misión con el Clan Dragón

POV Jimin

Ya va un mes desde que me infiltré en el clan dragón. Me he acercado al jefe, pero no tanto. Hoseok no me deja acercarme, cada vez que lo voy a hacer, me bloquea el camino. Puedo sentir como me odia, pero no entiendo sus razones. No le he hecho nada, es más, ni siquiera le dirijo la palabra. Sin embargo, él se ha convertido en el obstáculo más difícil de superar. Por eso lo único que he hecho es esperar en las sombras y observar desde la distancia. Con toda la observación que he realizado este último mes, me he dado cuenta de que ese exterior cruel que muestra Yoongi es solo un muro para alejar a las personas, una máscara para ocultarse. ¿Tendrá miedo de salir herido? No sé. Ni siquiera sé porque estoy pensando en esto. Tengo una misión en mente, un objetivo que cumplir, pero mi mente ha estado divagando estas últimas semanas. Cuando lo veo serio no puedo dejar de pensar en lo solo que se debe de sentir y cuando lo veo sonreir, solo veo falsedad. No dejo de pensar en que ninguno de sus gestos es real, él no está siendo genuino. Pero, ¿en qué estoy pensando? Él es un criminal y yo soy un policía. Somos de mundos diferentes, yo velo por la seguridad de las personas y él pone en peligro esa seguridad. Tengo que controlar mis emociones y pensamientos si quiero que esta misión tenga éxito. No me puedo dejar llevar por el momento, debo recordar que él es igual a los que mataron a mi padre. Por estar divagando en estos pensamientos no me di cuenta de que Hoseok estaba a mi lado. Tuvo que chasquear sus dedos frente a mi rostro para captar mi atención, al parecer mi mente se fue muy lejos.

-El jefe quiere verte en su habitación ahora.-

¿Que el jefe quiere verme? ¿En su habitación? Esto es lo más extraño que ha ocurrido desde que estoy aquí. Yoongi nunca me ha llamado a su habitación. Rayos, ¿qué digo? Nunca he visto que nadie entre en su habitación, solo Hoseok entra. ¿Para qué me llamará?

POV Yoongi:

-Hoseok, dile a Park que lo quiero ver ahorita mismo.-

-¿En dónde quiere que lo vea?-

-Dile que vanga hasta aquí.-

-Pero, jefe, nadie entra a su habitación a excepción de mí.-

-Hoseok,  cumple la orden. Que sea más flexible contigo no te da derecho a cuestionar mis decisiones. Quiero hablar con Park y lo haré aquí. Así que ve y traelo.

Sé que mi decisión trae un poco aturdido a Hoseok, pero es que hay algo en Park Jimin que no logro descifrar. Sé que durante este mes me ha estado observando porque yo he hecho lo mismo. Es que hay algo en su aura que no me termina de cuadrar. Quizás estoy siendo paranoico, pero siento que esconde algo importante. Siento que es peligroso y que me puede herir en cualquier momento. Sin embargo, no puedo dejar de sentir una especie de atracción hacia él. Es como si él fuese el imán y yo fuese el pedazo de metal que no se puede resistir. Puedo sentir que debajo de toda esa rudeza y cautela se esconde una sonrisa genuina. Quiero saber más de él para poderme proteger. Dicen que hay que tener a los amigos cerca y a los enemigos más cerca, y Park Jimin es un enemigo. Puedo ver que este chico fácilmente puede ser mi destrucción. Por eso lo he llamado hasta aquí, pienso darle un poco de confianza y ver hasta donde me lleva eso. Quizás logre que se abra un poco y pueda conocer parte de su secreto. En esos momentos se escucha el toque de la puerta y la voz grave de Hoseok anunciando que él y Park Jimin entrarían a la habitación. Park estaba como siempre impecable y vestido de negro. Sus facciones se encontraban todas serias y su lenguaje corporal estaba en modo defensivo.

-Hoseok, ¿podrías hacerme el favor y dejarnos a solas?-

Hoseok me miró como si estuviera loco, pero no me dijo nada. Sin embargo, pude ver como le daba una mirada amenazante a Park y como este último le contestaba con una sonrisa de triunfo. Al parecer mis pensamientos no son incorrectos, Park quiere algo y lo quiere de mi. 

-¿Por qué sonríes?- Con tan solo esa pregunta todo el lenguaje de Park volvió a cambiar. Se volvió serio y adoptó su postura de en guardia. Le pedí que se ascercara a la mesa porque ahora tenemos negocios que atender.

-¿Sabes por qué te llamé aquí?-

-No, jefe.-

-Bueno, Park, esta noche vamos a llevar a cabo un operativo. Solo tres personas vamos a conocer la información completa: tú, yo y Hoseok. Se te informa de esto porque trabajarás mano a mano con Hoseok para asegurar el motín y mi seguridad. ¿Has escuchado de Seokjin?

-Solo conozco que también pertenece a este mundo.-

-Seokjin es el líder del nuevo clan escorpión. Se hizo jefe al asesinar al antiguo líder y ha empezado a controlar su pequeño flujo de armas ilegales. El problema es que Seokjin es muy hablador y se rumora por las calles que anda diciendo que me puede vencer. Inclusive, muchos de mis clientes se han a cercado a decirme que Seokjin los ha contactado para que cambien de proveedor. Claro está, ninguno lo ha hecho porque todos saben lo que cuesta ir en mi contra. Sin embargo, a este nuevo jefecito al parecer nadie le pasó el memo y anda alardeando demasiado. Y como soy tan bueno, no quiero dejarlo que siga cometiendo errores, por lo que voy a ayudarlo a estar en el camino correcto.

Park nunca parpadeó ante ninguna de mis palabras y mucho menos me interrumpió. Es como si estuviese hablando con una estatua. Es como un soldado listo para acatar las órdenes y eso me gusta. Veremos si será capaz de cumplir su misión de protegerme o me entregará al mejor postor.

-¿Qué piensas hacer, jefe?-

-Vamos a darle una bienvenida al estilo de nuestro clan para que sienta el calor del vecindario. Haremos que conozca su lugar y que desista de sus tontos sueños. No es necesario llevar muchas personas porque el clan escorpión es pequeño, con diez de nuestros hombres bastará. Además, tú y Hoseok estarán al mando de la operación y de mi seguridad en todo momento. Así que quiero que te reportes con Hoseok quien te dará más detalles y alisten sus armas. Nos vamos cuando el sol se ponga.-

-Sí, jefe.-

Con esas simples palabras Park abandonó la habitación. Esta noche probaré que tal leal eres Park Jimin. Tengo que saber que ocultas. Tus verdaderos colores  tienen que salir a la luz antes de que sea demasiado tarde.