Es tu culpa ✧ KookV

03

Habían pasado exactamente 5 meses desde que había comenzado una investigación y juicio en contra de Ji Eun, por presunto intento de homicidio de su menor hijo.

Y aunque parecía que para Jungkook el caso era favorecedor, pasaba todos los días ocupado y sin dormir.

Su rutina era simple: Pasaba toda la mañana en la facultad terminando sus últimos trámites de titulación y tesis.
En la tarde se dirigía a su primer trabajo en una pizzería de la familia de un amigo que había hecho en su segundo trabajo.
En la noche volvía a ir a trabajar, para salir de madrugada y pasar las primeras horas del día observando a su pequeño.

Había perdido su trabajo anterior, al tener más de tres faltas sin previo aviso al jefe. Lee Min Ho no quería escuchar las razones del chico y sólo lo botó cómo si de un desperdicio de tratara y eso era lo que para Min Ho eran todos sus empleados, simples objetos desechables. Así que cuando lo obligó a firmar su renuncia, Jeon supo que debía encontrar algo rápido y efectivo.

Un bar...

Fue su primera opción, sabía que era sencillo conseguir un empleo en lugares cómo esos. Y así fue como consiguió su segundo trabajo, que en realidad era el primero en tiempo, pero el segundo que hacía en su día a día.

No tenía una ocupación fija en el bar. Hacía cualquier cosa, servía tragos, acompañaba a los empresarios e incluso hacía pequeñas conversaciones con ellos.

Afortunadamente era un lugar de buena fama y destacaba por su tranquilidad, sólo personas educadas y con mucho prestigio iban ahí.
Por lo que su atención hacía ellos era especial, dejaban grandes cantidades de propinas que lo ayudaban a pagar la cuenta de su pequeño que aún estaba en el hospital por un soplo en el corazón que se había complicado.

El doctor Cha, quien ahora cuidaba mucho de su pequeño Minnie, lo mantenía informado de cualquier situación que se prestara en la vida de su hijo.
Jungkook sabía que el hospital valía la pena, por eso hacía todo lo posible por pagarlo, incluso si debía permanecer 21 horas del día despierto.

En todo ese tiempo, sólo había contado con el apoyo de su único amigo.

Su nombre era Kim Yu Gyeom.

El único en el mundo que sabía la situación real de Jungkook.
Por alguna extraña razón Gyeom se había ganado su confianza, aunque el no había logrado saber nada del también azabache.
No decía más que estar ahí trabajando por un castigo.
A Jungkook le hacía sentido porque a final de cuentas la pizzería donde trabajaba era de Gyeom.

No quería indagar más, sólo utilizaba el tiempo con el, para hacer su día más ameno e intentar no pensar en todo lo que estaba mal con el mismo. Sabía que más información sobre la vida de alguien que parecía ser mucho más que un niño mimado, sólo lo haría volverse loco.

En el bar había toda una diversidad de empresarios. Pero había un grupo que en particular llamaba mucho su atención. La familia Min.

O quizás, específicamente, el joven Min.

Era un chico muy guapo, incluso Jungkook podía notarlo.
Pero lo más intrigante de el, no era su belleza.

Era la forma en que actuaba dentro del establecimiento.

Siempre se sentaba en la misma mesa, pedía el mismo trago y sólo se dedicaba a leer y escribir cosas en su computadora, hasta que su padre y socios llegaban con él.
Y como siempre, se dedicaban a observar la barra donde Jungkook y Yugyeom atendían.

Ese día en particular, Jungkook quiso ir un poco más allá de los límites establecidos.

—¿Nunca te has preguntado por qué siempre vienen y nos miran?