capítulo 8

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Jungkook llevaba diez minutos jugando con un lápiz en su escritorio. Se había levantado temprano un sábado especialmente para repasar materia que le costaba entender. Sin embargo, a pesar de que realmente se esforzaba por respetar sus horarios, no podía dejar de pensar en lo mismo mientras el lápiz giraba entre sus dedos.

-No. Es mala idea cerebro. No me importa su estúpida vida. Concéntrate.

Continuó leyendo un par de párrafos subrayando las ideas importantes. Todo iba demasiado bien hasta que llegó a esa palabra. Bueno, más bien una oración.

"Tortura, tormento, suplicio, martirio".

Jungkook vio el celular a su lado, esa idea no se iría hasta que lo hiciera. Y lo hizo. Abrió instagram con un miedo absurdo, presionó la lupita y escribió el nombre de ese peligris con el que tendría que pasar el castigo el lunes. Sabía que hace muchisimo tiempo había dado a "seguir" una cuenta con su nombre, pero fue en primaria, pensó que seguramente se había hecho otra con un mejor nombre, como todos alguna vez.

Buscó "Kim Taehyung". Jungkook creyó que, considerando su invisibilidad en el instituto, debería ser muy difícil encontrarle, seguro usa el nombre de su personaje de anime favorito o algo así. Para su sorpresa, el primer perfil sugerido era el correcto y no era para nada como creía que sería. 

 

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-Dios

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-Dios.

Sintió ganas de llorar al enterarse de que tenía un perrito, él siempre quiso uno. Era tan adorable... el perro, no Taehyung. Parecía el perfil de un chico popular de esos que se visten bonito y tienen una personalidad radiante, todo lo contrario a la realidad. Genial, ahora podía apreciar su rostro sin esa expresión furiosa que transformaba su rostro al de un horrible ser aburrido que odia el mundo y está furioso todo el tiempo, de ojos inexpresivos y opacos. Su rostro sonriendo era extrañamente cómico. Bloqueó el celular de golpe cuando llevaba 15 minutos deslizando su perfil una y otra vez.

-Basta.

Soltó abruptamente el celular, lanzandolo despacio a la cama para seguir concentrándose en el estudio. Hasta él mismo se sorprendía con cuanto se estaba esforzando por darle otra oportunidad, no debía ser tan malo, tenía que al menos soportarlo si no quería ser expulsado. Tenía la esperanza de que si se involucraba en su vida personal quizá sienta algún tipo de simpatía y podría al menos soportar tenerlo al lado.

My Biggest Enemy | 𝙺𝚘𝚘𝚔𝚟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora