𝔠𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 4

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—Todos a detención, ahora —dijo de forma escalofriantemente dura hacia el círculo de personas que peleaban. Ese tono inquebrantable y fuerte daba miedo, realmente nadie desearía desobedecer a ese sujeto. Todos se miraron entre sí, algunos con odio, otros reteniendo una risa, otros asustados o sorprendidos, hundidos en un temeroso silencio luchando para no llamar en lo más mínimo la atención de aquel hombre, con su ropa desordenada y manchada.

Taehyung vio a Jungkook, con su nariz sangrando, el hematoma en su pómulo y su cabello alborotado, esta vez sí se veía terrible, y amaba esa sensación. Quizá era un sádico, pero eso no importaba ahora, por primera vez sintió el miedo de ser expulsado de la única oportunidad de surgir que tenía en su vida, esto era grave, se habían pasado y lo sabía. Cuando el pelinegro lo miró también a los ojos, vio su expresión de incertidumbre y miedo, pero a la vez parecía querer matarlo con la mirada.

Como si el coraje se desvaneciera, hicieron caso y se dirigieron cabizbajos y en silencio a detención.

Taehyung llevaba alrededor de una hora sentado fuera de la oficina del director, sosteniendo una botella de agua congelada sobre su rostro y una bandita de Ben 10 en la mejilla izquierda. Jungkook estaba sentado a unos metros de él mirando de frente, mantenía una pequeña bolsa de gel frío en el hematoma de su barbilla y pómulo, con una cremita en la herida del labio. Permanecía mirando a cualquier lado aburrido, Taehyung intentaba evitar mirarlo, parecía estar inmerso en sus pensamientos mientras miraba el suelo.

Unos minutos antes, la sala estaba llena de los alumnos involucrados que habían ido, otros se habían conseguido escapar, mezclándose entre los testigos inocentes, y al ser tantos, el director no lo notó, o eso creían.

Cada vez iba quedando menos personas por entrar, todos salían con una expresión confundida, aliviada o asustada, pero Taehyung no alcanzó a entender por qué. Jeon y Taehyung fueron los últimos en entrar, y a diferencia del resto, el director los hizo entrar juntos.

—Siéntense —. El hombre parecía confiado.

La oficina de paredes color beige, tenía un ligero olor a café en el aire, con fotos en los estantes a espaldas del director, y una gran ventana a la derecha. Un cuadro de marco oscuro lucía un certificado de título con el nombre del director, sin rastro de polvo y perfectamente cuidado. Taehyung sintió miedo al pensar qué pasaría con su matrícula, estaba consciente de que aquel problema  no era menor.

—Chicos... ¿quieren explicarme qué pasó ahí fuera? —. El hombre mantenía una expresión atenta, subiendo ambas cejas con los ojos cansados.

—Él empezó, me dijo "taradokook" —. Jungkook se cruzó de brazos sosteniendo el gel sobre el chichón de la cabeza.

—¡Eso no es cierto!, él me dijo "cabeza de semen".

El señor ya mayor, parecía estar sorprendido por la similitud de aquella pelea con una discusión de niños de diez años.

—Basta, he hablado con cada uno de sus compañeros, y todos dicen que el origen de la pelea fueron ustedes —. Entrelazó sus manos por sobre el escritorio.

"Chismosos...", pensó Taehyung con decepción.

—Chicos, al parecer no es la primera vez que se pelean, espero que entiendan las medidas que voy a tomar. Uno de sus compañeros casi se rompió una costilla al ser aplastado por cuatro estudiantes más sin razón alguna. La enfermería colapsó y tuvimos que atender a los estudiantes realmente enfermos en colchonetas.

Los dos chicos lucían arrepentidos, cabizbajos, Taehyung lucía más enfadado que triste. Ambos escuchaban expectantes las palabras de aquel hombre, con el corazón en la mano. Taehyung sintió su corazón latir fuerte, su espalda sudar, le subía un calor al rostro. Mientras el pelinegro estaba a punto de querer soltar lágrimas con sus ojos asustados llenos de incertidumbre.

My Biggest Enemy | 𝙺𝚘𝚘𝚔𝚟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora