Special ; 𝖩𝗂𝗇𝗌𝗈𝗇 : Pausada

❝ Nuevo Interés ❞

.
.
.

JiDo se estaba hartando del trato del niño brabucón de su aula. Cada vez que intentaba jugar con alguien más este se molestaba como si tuviese algo en su contra y lo empujaba lejos, o también cuando tomaba alguno de los juguetes que el vio primero, este llegaba y le empujaba. Intentaba ignorarlo, por que no le gustaba dar problemas a nadie ni tampoco continuarlo cuando se los buscaban.

Estaba más irritante y odioso, que en verdad le hacía sentir triste y ya no quería ir a la guardería. El día anterior le puso excusa a su mamá de que estaba enfermo y no deseaba ir. Pero le dijo que debía asistir por que escucho decir a las maestras que darían premios dulces.

Pero ahora estaba pensando si fue buena idea sacrificiarse por dulces. En verdad que no, esos se los podían comprar Jackson o su papi si se los pedía por favor. Así que pensó que sería buena idea fingir estar enfermo de nuevo y que su mamá venga por él, así que en la hora de la comida las Nonnas sirvieron su almuerzo.

Se veía delicioso, era arroz con un poco de huevos cocidos, fruta por un lado y como postre su helado favorito. Estaba contento, en realidad no supo cómo sus Nonna adivinaron que le encantaba el helado de vainilla. Le tendieron sus palillos entrenadores para que comenzará a comer, con una sonrisa lo haría, pero rápidamente se borro al ver que llegó el niño odioso que le molestaba, Adam-a.

— Quielo tu helado.

— No, ete e mio! ¡Tu tienes el tuyo. — dijo de la misma manera intentando defender lo único que es preciado de su almuerzo.

— Pelo tu tiene choco, yo no. — exigió Adam acercándose cada vez más.

— Dile a Nonna que te ponga. — le dijo de vuelta JiDo, tomando rápidamente su envase donde tenía su helado y querer huir.

Pero le fue imposible por que las manos del otro niño en su cabello le hicieron regresar, cayendo al suelo por resbalarse con lo poco que salpico del helado. Vio aterrado el helado que escurría en el piso, sus lágrimas se juntaron en sus ojos viendo como no pudo salvar al helado. Miró a Adam y este soñó comenzó a reírse. Eso le dio mucha rabia, apretó sus manos haciéndolas puñitos dispuesto a darle su merecido.

— ¡NO! — exclamó antes de tirar se encima del pequeño brabucón, estando arriba de él. Abrió sus palmas de sus manitas y comenzó a darle golpes en toda su cara. — ¡Eres malo! ¡Malo! ¡Malo! ¡Malo!

— ¡Déjame! ¡Nonna, ayuda!

No pasó mucho hasta que dos profesoras del jardín llegarán hasta ellos y los separaran. Tomando principalmente a un incontrolable JiDo que sólo quería lanzar manotazos y patadas al aire que no fueron topadas por el cuerpo de Adam.

Ambos fueron llevados a lugares distintos, preguntándoles que sucedió para que llegasen a ese extremo. El más afligido que se veía era el pequeño JiDo que comenzó en llanto en los brazos de la Nonna quién le sostenía, se oculto en su delantal no queriendo ver a nadie, solo a su mami, papi, Jackson y Baehyo.

Sabía que estaría en problemas después y posiblemente lo regañarían terriblemente, al igual que su mami no estaría orgulloso de él y su comportamiento, ojalá y esperaba que no se molestara.