𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐑| 𝐓𝐇𝐎𝐌𝐀𝐒 𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒
Thomas no quería amores en su vida, sabía que la única mujer que necesitaba era a Anne, su madre, pero desde que una Morena que se transformaba a un lobo de 2 metros de alto se cruzó en su camino, algo cambio en...
┏━━━━°❀•°✮°•❀°━━━┓ MAMÁ LO SABE ┗━━━━°❀•°✮°•❀°━━━┛
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—y eso. . .sé que es egoísta de mi parte, pero. . .mamá.
No lo deje terminar, decidida me levante del sofá y camine a su lado, arrodillándome ante él, tomando su rostro entre mis manos y mirando como sus castaños ojos brillaban por las lágrimas retenidas.
—mi vida, ¿por qué nunca me lo dijiste? —pregunte.
—tu madre tiene razón —dijo Jasper agachándose a la altura de tom, dejando su mano izquierda en su rodilla, Thomas, quien estaba sentado en el sofá solo negó.
—todos sufrían, todos lloraban y yo no podía darles otra carga, no quería preocuparlos. —dijo afligido.
—estos dolores no pasarán cariño, no va haber un día donde dejes de sentirlos, simplemente aprenderás a vivir con ellos —comencé— pero, veras como se irán transformando en pequeños pinchacitos en tu corazón, dejaras de recordar a Liam con tristeza, lo recordaras con amor y alegría, como yo lo hago.
Una pequeña sonrisa surco sus labios, levantándome y provocando que tanto el castaño y el rubio se levanten junto a mí.
—cualquier cosa, por más mínima que la encuentres, me lo dices, Thomas Evans—dijo Jasper.
—sí, papá—dijo con una sonrisa.
—buenooo —dije alargando la última vocal— ¡abrazo!
Los brazos de Jasper y Thomas me envolvieron de manera rápida y fraternal, solo lograba ver el color negro de la camisa de Jasper.
—¿abrazo familiar sin nosotros?¬ —comento Scott a la vez que el, Daniel y nessie entraban al lugar.
Deja Vu.
—¿abrazo familiar sin nosotros? —escucho la voz de Daniel y una queja de Liam.
Dios, este chico ama los abrazos.
—vengan. —dijo Jasper abriendo sus brazos.
Y mis otros dos solecitos, junto con mi estrellita se unieron al abrazo, dejándonos a mi y a renesmee al centro.
Deja vu.
Al parecer no fui la única que sintió el deja vu, ya que Thomas, bajo la mirada para verme y en sus ojos lo entendí.
¿Cómo fui tan ciega?
¿Cómo no escuche los gritos silenciosos de mi primogénito pidiendo ayuda?
¿Cómo no darme cuenta de su dolor, cada sonrisa, cada “estoy bien”, cada carcajada me gritaba ayuda?
¿tan egoísta fui?
Mi pequeño sol, casi te apagas por mi falta de atención.
—¡hoy es viernes! —exclamo Scott— es el turno de papá.
