El amor cuando llega

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Cuando te llega no te avisa, sólo entra y ya es tarde para pensar con la cabeza fría y sientes otra vez el mundo del revés, loca por volverlo a ver. 

Y es que sus manos te congelan los huesos y los calienta con sus besos que te llenan de ternura, te hace tener insomnio y no es nada extraño si sientes emoción al tenerlo cerca.

Él es como la magia que te hechiza y te embruja, te quedas en la luna, como una enfermedad sin cura, sus caricias tu vacuna, sus piernas tu cuna, su mirar es el vértice de tu locura, es posible que el amor ronde tu interior, dándote malos ratos y otros lleno de emoción a tu corazón.

Y a veces, le lloras por un mal acto, un engaño o un mal pensamiento y sabiendo que él jamás lucharía por tus huesos, sigues por el sufriendo.

Porque es verlo y amarlo y amarlo y no tenerlo, es la llave que abre la puerta  a lugares muertos, es sentir fuego dentro y al verlo producirse un incendio y es que odias sus silencios, sus palabras y sus miradas, porque te encanta todo y el tacto de su espalda y no quieres sentir nada.

Tú, le das lo que tienes a pesar de que te hiere el saber que le amas y él a ti ni te quiere, es una condena que vives por perseguir su sombra y sus torpezas, es tu camino a la paciencia por no quererlo perder en la distancia.

Lanzas besos a su foto y estás loca, según él, y te da igual. 
Él tiene todo lo que a ti te puede conquistar. 

Es quererlo tener día y noche, estar con él y qué te toque  y que cuándo te bese, mueras y vivas en colores.

Carmen Delia

Escribiendo...1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora