Y creer que todo comenzó en el segundo recseso de la escuela primaria, mientras que un pequeño castaño leía plácidamente su libro y un rubio jugaba al basketball con sus amigos.
Peter cumplió hace días ya sus diez bellos años, aunque su tierno y adorable rostro confudia a las personas, creyendo que tenía entre siete, ocho años; y ni hablemos de su estatura. Era el más enano de su clase, literalmente.
En estos últimos días, Peter comenzaba a sentirse extraño consigo mismo, no llegaba a comprender el porque se sentaba a ver como un niño en especial jugaba con sus amigos al basket, porque lo miraba a el y sólo a el. Pensó que sólo era un tipo de admiración, pero, ¿lo admiraba sin siquiera saber su nombre?
Comenzó a ir más seguido cerca de la cancha, la cual estaba en el centro del patio, abierta al aire libre. Se sentaba en una banca y agarraba un libro que sacó de la biblioteca, para "disimular un poco". No quería que aquel niño se sintiera algo incómodo por tener siempre la mirada en el.Aunque aquel niño no se había ni enterado de la presencia de Peter.
Un día como cualquier otro, Peter volvió a sentarse cerca de la cancha, pero esta vez no estaban jugando, estaban sentados en el suelo tomando agua. Esto le preocupó, no quería que lo vieran o lo llamen sin razón alguna; era muy tímido para hablar. Suspiró y sólo fijo su vista en el libro entre sus manos, tratando de no desviar la mirada hacia el rubio.
Aquel grupo de niños comenzó a hablar entre si, y Peter no pudo evitar tratar de escucharlos.--¿Creen que le pego?- un niño de, aproximadamente doce años, cabello marrón oscuro y ojos ligeramente verdes; apuntaba con la pelota hacia alguien.-- ¿Lo intento?
--No, Beck.- Contestó otro de los chicos, quien era un poco más serio y daba un poco de miedo.
--Quiero ver si mi puntería mejoró.- Aquel chico llamado Beck se encogió de hombros e iba a tirar la pelota, pero un rubio lo detuvo a tiempo.-- ¡Wilson!
--Beck, hijo de perra, ¿le ibas a pegar a aquel niño quien no está haciendo absolutamente nada además de leer un indefenso libro?
--Puede ser. Quien sabe.
--Eres un idiota.
Peter había escuchado aquello y quería irse antes de terminar con los lentes rotos por culpa de ese tal... Beck. Pero, simplemente, no lo hizo. Se quedó allí, queriendo escuchar un poco más.
--Legolas, ¿porque ves tanto a ese chico?- Preguntó un chico del grupo, llamado Pietro.
--Esta sólo... Wilson, hazle compañía.
--¿Porque yo?
--Porque si, hazlo Wilson.
--Ni lo conozco.
--¡Wilson!- Llamó Logan, el que anteriormente había dicho que daba un poco de miedo.-- Se buen chico y trae la pelota.
--Pero si la pelota está...
--No, no la tiene Beck. Ahora buscala.
Wilson miró hacia donde la tiró y noto que estaba cerca del castaño. Suspiró y miró a Logan, con sus cejas unidas.
--¿Porque así como así?
--Parece no tener amigos. Tu ve y hablale, pregúntale si quiere ser amigo nuestro.- Le propuso el pelirrojo del grupo, llamado Matt.
Wilson tiró su cabello hacia atrás y se levantó del suelo.-- Bien, iré.- Dijo para luego acercarse al castaño.
En la mente de Peter sólo daba vueltas aquel nombre o apellido que los chicos dijeron. "Wilson, Wilson,... ¿así se llamará?", se preguntó así mismo, sin darse cuenta que esa persona en la que estaba pensando, estaba ahora mismo sentada al lado suyo.
--Hola.
Peter se estremeció en su lugar, quedándose helado, casi sin aire. No podía verlo, no podía saludar tampoco... A veces se preguntaba el porque tenía que ser tan tímido para llegar a este punto.
--¿Hola?
--H-hola...- Dijo en un hilo de voz.
--Ah, si hablas. Que bien. ¿cómo te llamas?
El rostro de Peter comenzaba a tornarse rojo y ni el sabía el porqué.
--Peter...
--Wade, un gusto.
La situación se tornó incómoda al no saber que decir. Peter tenía muchas ganas de hablarle y decirle lo bien que jugaba, pero sus nervios se lo impedían por completo. En cambio, Wade, sólo quería irse.
--Si, bueno, me tengo que ir...
--E-espera...
--¿Si?
--Te he visto jugar y... juegas bastante bien. Eres bueno con tu puntería y los saltos que das son fantásticos. Tu forma de esquivarlos y quitarles la pelota... Eres un genio jugando.
Ahora, Wade era el que no podía hablar. Quedó asombrado y en parte se sintió bien por los halagos. Sonrió y Peter lo miro, haciendo que este también soria un poco y sus mejillas se coloreen.
--Gracias. Mis amigos siempre me dicen que juego de la verga.
--Eh...
--Que juego mal, pero bueno, así son. ¡Ah, si! ¿quieres conocerlos? Dos de ellos son medios jotos entre si, uno es ciego, el otro puede darte miedo así que no le robes las galletas, y el último es muy perra, así que no te le acerques.
Peter lo miraba con los ojos iluminados, estaba feliz de querer ser parte de ese pequeño grupo y por fin... tener amigos.
--S-si... Me gustaría conocerlos.- Finalizó, sonriendo de forma dulce. Wade extrañamente sintió algo en su pecho, pero lo ignoró por completo.
--Bien, te los presento. Ven...
Sin saberlo, este sería el comienzo de una hermosa amistad entre el grupo y el pequeño Peter.