La canción principalmente no me gusta, pero la letra si. Se me hizo muy bonita y me los imaginé a Peter y Wade sjdkssk si.
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El castaño le agradeció tiernamente a Wade, ganándose una sonrisa de su parte, la cual hizo que se pusiera nervioso y su corazón se estrujara de ternura. Algo que Peter no percató, era que una de sus manos se encontraban entre las manos de Wade, quien lo acariciaba lentamente con su dedo pulgar. Wilson no sabía el porqué lo hacía, pero lo que si sabía era que las manos del castaño eran muy suaves.
--Eh... ¿vamos a sentarnos por ahí?- Propuso el rubio, soltando la mano del menor.
--Eh, si, bueno.
Tomaron camino uno al lado del otro, sin decir ninguna palabra hasta llegar al banco del patio. Peter se ponía nervioso cada que sus manos chocaban, cuando habían miradas de reojo o cuando el rubio le acariciaba el cabello inconcientemente.
Y Peter no era el único que se ponía nervioso.
Desde aquel día en el que Wade fue el primero en hablar, prácticamente fueron inseparables. Se tenían tanto cariño, pasaban el máximo de tiempo juntos y a veces no paraban de hablar. Peter estaba muy feliz con esto; aquella persona que admiro por un tiempo ahora era una de sus mejores amigos.
El rubio de orbes azules comenzaba a sentirse extraño cuando estaba al lado de Peter; sentía que todo estaba bien y sus malos días dejaban de serlos. Quería estar cada segundo de su vida junto al castaño, no paraba de pensar en el, llegando a la conclusión de que si, quizá este medio enamorado. Doce cortos años de vida y nunca se sintió así por alguien.Dejando sus pensamientos de lado, ambos llegaron al banco y se sentaron juntos, no tanto, casi, más o menos.
Wade lo miró y le pregunto lo siguiente:
--¿Tuviste un pequeño accidente en el pasillo?
--Beck me empujó. No se si fue sin querer o queriendo, pero, no me interesa.
--Peter, Beck es así contigo porque cree que lo dejamos de lado desde que llegaste. Y no es así.
--Oh...
--Igual, no te preocupes, se le pasará. Ignoralo.- Dijo para finalizar ese tema y empezar uno nuevo.-- Peter...
--¿Si?
--¿Sabes cuando te gusta una persona?- Preguntó, mirando al frente. Peter negó.-- Sientes que quieres estar todo el tiempo posible con ella, piensas mucho en esa persona y hasta te sonrojas cuando hablan de el.
Al escuchar esas palabras, Peter reapondio la duda que rondaba por su cabeza hace tiempo; si, le gusta Wade.
--¿A qué quieres ir con todo esto?
--Me gusta alguien, Pet. Alguien que hace que mi día se ilumine cuando me sonríe de forma dulce...
Wade fruncio el ceño al escucharse.
--Dios, hasta me pone cursi pensar en el.
Peter abrió los ojos de sorpresa, ¿acaso dijo "el"? Ya no sabía que pensar ahora mismo.
--¿El?
Wade cerró los ojos y se froto el rostro con sus manos.
--Si... Me gusta alguien, un chico. ¿Eso te molesta o...?
--No, no. Porque, a mi igual me gusta un... chico.- Sintió un cosquilleo en su barriga al decir aquello.
--Oh, y... ¿Quien?
--B-bueno, pues... E-es... Eres tú.- Declaró de forma tierna y nerviosa, mientras cubría su rostro con ambas manos para cubrir el sonrojo.
Wade estaba que saltaba de la felicidad, pero a la vez estaba helado si siquiera mover un dedo. Estaba contento, demasiado. Quería abrazarlo y decirle lo que siente por el, pero no puede.
--¡Wilson!
El grito de su amigo Logan lo sacó de su burbuja. Le agradeció mentalmente, sino fuera por el, Peter y Wade estarían en una situación incómoda en donde el rubio no hablaría después de minutos.
Suspiró para bajar los nervios y abrazó a Peter por los hombros, haciendo que este ahora sea el que se quede helado.
--Pet, tú también me gustas.
El castaño lo miró con sus ojitos caramelo más que abiertos e iluminados. Su corazón estaba a punto de estallar y su rostro no daba más de lo rojo que estaba en ese momento.
--Y-yo... W-wade...
Y un corto beso en la mejilla por parte del rubio, fue suficiente para dejar sin habla al castaño. Wade tiró una pequeña risita al ver que Peter quedó paralizado en su lugar. No creyó que sería para tanto.
--Pet, reacciona.
--No.
El rubio se encogió de hombros y se volvió a acercar, plantado así dos besos más en la pálida y pecosa mejilla del castaño.
Peter se olvidó como respirar.