CAPÍTULO 3: SERENATA.

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Los piropos recitados por Kelly no fueron suficiente para siquiera captar la atención de Yeray e Irene, así que ahí estaban Maddie y Álex, otro día más, en el patio de su instituto babeando por sus amores.

—¿Y si les cantamos algo? —Propuso Álex.

—Eso ya lo hicieron contigo y no funcionó. —Dijo Maddie.

—¿Lo dices por Elia? Es que una cosa es ella y otra nosotros, somos diferentes.

—La única diferencia es que ella es una y nosotros somos dos. Ella a nuestros ojos está loca y nosotros a los de quienes amamos también.

—Wow que profunda eres. —Se asombró Álex.

—¿Qué profunda? ¿Qué dices? Si yo estaba leyendo en alto un fanfic de Wattpad. —Contestó Maddie. —Oye los piropos de ayer no funcionaron, ¿te parece si hoy les cantamos algo?

Y, evitando sus impulsos de matarla, Álex asintió ante la propuesta con las venas de su cabeza escribiendo "Muere".

Para cantarles una canción necesitaban instrumentos, que aunque no supieran tocarlos, quedaban bien de adorno. Fueron al aula de música pero se encontraron con un minúsculo obstáculo: la malvada momia sin vendas de la profesora de música. Cuenta la leyenda, si la miras a los ojos te petrifica como Medusa.

—No. —Dijo la profesora y su voz resonó tanto en el instituto que hasta un niño evitó pegarle un bocado a su sándwich por miedo.

—Pero si ni siquiera hemos entrado a su aula. —Habló Maddie detrás de la puerta.

La profesora de música (llamémosla Satania porque parecía la mismísima hija de Satán), no quiso ayudar a nuestros amados Álex y Maddie así que llegó Súper Kelly por la ventana para salvar a nuestros héroes.

—¿Qué hace un pollo aquí? —Preguntó Satania.

—Cokmaewa mo kikishinderu. —Amenazó Kelly lentamente echándole una mirada desafiante.

—¿¡Nani?!

Kelly sonrió de lado (más que de manera seductora tipo Radio Rebel, de manera amenazante), y miró fijamente a Satania antes de saltar encima suya. Picotazos, arañazos y muchas cosas bonitas (caquitas de pollo) fueron los ingredientes principales para dejar K.O. a Satania.

Kelly abrió la puerta para que Maddie y Álex pudieran entrar al aula y estos la acariciaron.

Kelly desapareció en la distancia como la heroína que era.

—Vale, ¿qué instrumento cogemos? —Preguntó Maddie.

—Yo qué voy a saber, solo sé tocar el triángulo y a las muy malas las maracas. —Respondió Álex.

—Pues coge una de esas que ya cojo yo una guitarra y la aprendo a tocar por el camino.

—¿Y la letra?

—También me la invento por el camino, date prisa que solo nos quedan 5 minutos de patio. —Discutían mientras bajaban las escaleras.

¿Cómo fueron capaces de aprender a tocar instrumentos, idear una canción completa y afinar sus voces en menos de 2 minutos? Ay no sé, lo hicieron porque quiero y porque puedo, todo lo tenéis que cuestionar.

Fueron lentamente hacia el grupo donde estaban Yeray e Irene, mientras Álex tocaba las maracas y el triángulo a la vez, y Maddie tocaba a guitarra la canción Over Again de One Direction perfectamente bien, aunque nunca hubiera tocado un solo instrumento antes en su vida.

—Oh Yera-ay. —Comenzó Alex. —Hazme caso ya-a, por favor no puedo aguanta-ar má-ás.

—Por favor Irene. —Continuó Maddie. —Ya sabes que hacerme, no me dejes con las ganas de besa-arte.

No llegaron al estribillo ya que Yeray comenzó a reírse a carcajadas y a Irene le empezaron a sangrar los oídos al punto de desmayarse.

—Creo que no ha funcionado. —Comentó Maddie.

—Hasta Kelly me lo ha dicho por WhatsApp. —Dijo Álex.

Kelly: Cock pena dais.

Otra misión fallida, pero eso no los detendrá. ¿Es acoso? Sí. ¿Debéis hacer algo de lo que leáis en este libro? No. Y una vez advertidos no me hago responsable de los daños colaterales que puede ocasionar esta historia.

Si os está gustando la historia hasta ahora id buscándoos un terapeuta.

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MISIÓN CONQUISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora