O3 | Rosas.

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—Esto estará complicado... —Habló Basil, algo desconcertado por la situación.— ¡Necesitamos una flor específica para Hero! ¿Pero sabes cuál es el problema?

Sunny negó.

—¡Que Hero es todas las cosas en una sola persona! —Levantó sus manos hacia su cara para taparla, del estrés, para luego soltar un quejido.— ¡Dios!

Basil era la persona adecuada para describir a todos sus amigos, pero esta vez tenía razón, Hero era uno en un millón. Además, sabía cocinar. ¿Qué clase de ser humano era? Aparte de caballeroso, ser todo lo contrario del desastroso de Kel y responsable.

Wow...

Era alguien de admirar.

Hero era todo un hombre para su corta edad, si se lo ponía a pensar. Su madre ha de estar completamente orgullosa de él.

Sunny estaba seguro que el moreno decidió ser mejor persona para impresionar a Mari, eso no cabe duda alguna; cambiando actitudes negativas por una persona que amas y quieres cuidar. Por ello, no había mucho de qué hablar mal de Hero, se terminó acostumbrando a la personalidad que tiene ahora.

Su única debilidad era el exagerado temor hacia las arañas.

Aparte de todo esto, es sereno, calmado, tolerante y todo un Romeo. Ayuda a todos sin cuestionarlo mucho, es una persona que puedes contar, especialmente si necesitas cuidados.

¿Lo peor de todo esto? Es que también es guapo. Hero era todo un combo completo 2x1 de McDonalds. Era imposible encontrarse a alguien así en la vida, su hermana tenía suerte.

Reflexionando todo esto... ¿Quizás rosas mezcladas de distintos significados funcione?

El pelinegro quedó viendo las distintas macetas de rosas que tenía Basil. El rubio notó que Sunny estaba fijándose mucho en esa área.

—¿Pasó algo?

El pálido señaló las rosas. Habían de distintos colores: blancos, rojos, azules, amarillos, rosados y naranjas. Era una infinidad de ellas, inimaginable la cantidad de colores que podían existir aparte de estas.

—¡C-Creo que ya entiendo! —Exclamó.— ¿Quieres darle una maceta mezclada de rosas?

Sunny asintió.

—¡Por supuesto! Como Hero es todo en uno... ¡Podríamos darle todas las rosas en uno!

De repente, el de ojos celestesse levantó a agarrarle ambas manos a Sunny con delicadeza. —¡Sunny! ¡Eres increíble!

El mencionado solo se sonrojó un poco, volteando la mirada para evitar contacto visual.

—¡Muy bien, empecemos!

Aunque no lo pareciera, se llevaron una hora entera en decifrar qué clase de rosas llevarle al mayor del grupo. Desgraciadamente no podían llevarle como cinco macetas de distintas rosas, así que decidieron hacer un ramo de cada rosa de color que veían que se identificaba con Hero, según Basil.

Ya estaba hecho, el segundo paso era encontrarlo. Aún era de día, por lo que debería estar en casa o en el parque acompañando a Kel a jugar basket. A la final acordaron en visitar el parque del pueblo.

Basil llevó el ramo, Sunny lo acompañaba como siempre. Al salir de la casa del rubio, éste se dispuso a hablar.

—¿Qué tal te está yendo con las clases de violín, Sunny?

—Más o menos. —Respondió en seco.

¿Habló? Dios mío.

No debería impresionarle tanto a Basil, ya lo había escuchado el día anterior contestándole a su hermana. Era momento de no echarlo a perder o este chico no le dirigiría la palabra jamás.

Pensar tanto hizo en eso que se pusiera nervioso.

—¿P-Por qué dices eso? —Titubeó, rezándole al de arriba a que Sunny le replicara, aunque sea una pizca de palabra.

El pelinegro se abrazó a sí mismo.

—Me quita tiempo contigo. —Murmuró, pero Basil escuchó lo suficientemente bien como para haber reaccionado confuso ante eso, a la vez, ansioso.

Dios, era peor de lo que esperaba. ¿Qué significaba eso? ¡Por el amor de las flores! ¿¡Qué debía responder ante eso!? Por un lado, Sunny jamás en la poca vida que han tenido le ha hablado por más de cinco segundos, por otro lado, ¿cómo le haría para que no dejase de hacerlo?

Escuchar su voz era extremadamente extraño, pero era tal y como el rubio se lo imaginaba. Calmante.

Debía de contestar antes de que sea demasiado tarde.

—P-Pero ya falta poco, ¿no estás nervioso? —Hizo una pausa al ver que el otro no respondió.— Estoy seguro que lo harás bien, ¡confío en ti, Sunny!

—Sí.

Auch, como que hace frío, ¿no?

Por suerte para Basil, se encontraron con Hero a la vuelta de la esquina. Se dirigía a su casa, ¡qué buena casualidad! Para no incomodarse con el silencio después de aquella conversación, decidió llamar a Hero a que viniera. El mayor hizo caso y se dirigió a los niños.

—Hola, ¿necesitan algo?

Con tan solo verlo, Sunny y Basil se dieron cuenta que el rayo del sol le beneficiaba claramente su rostro como para que Hero se viera totalmente un husbando, sobretodo el viento que zarandeaba su cabello y la luz que reflejaba sus ojos castaños oscuros.

Wow...

Sunny fue el primero que reaccionó, pegándole un pequeño puñete al brazo de Basil para que volviera a la realidad.

—Oh, ¡Es para ti, Hero!

—¿Un ramo de rosas? —Cogió la ofrenda del menor.— ¿Y cómo así tantos colores? —Rió.

—¡Me alegra que preguntaras! —Contestó con alegría.— Cada rosa tiene su significado y también depende del color. —Comenzó a explicar.— Las rosadas significan admiración, las naranjas pasión, amarillas simbolizan amistad... ¡Y la lista sigue! Es todo lo que eres tú, Hero. Eres todas las rosas, solo que... —Su mano topó su nuca.— No tengo más colores que las que están en el ramo.

—Aún así, es increíble que piensen de mí de esa manera. ¿Cómo se los agradecería? —Sonrió.

—¡N-No es necesario!

—Claro que lo es, vamos a tu casa Sunny, les prepararé un bocadillo.

Wow...

Tulipanes || SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora