—Sunny, quisiera conversar sobre algo.
Cuatro años han pasado desde entonces.
—Yo sé que este no es el momento, pero... Quisiera pedirte disculpas.
Ambos se encontraban en el cementerio, sentados en frente de la tumba de Mari, donde se hallaba una maceta con una flor blanca, extraña y exótica. No se la veía por todas partes, era una flor parecida a la que estaba en el cuarto de la difunta abuela de Basil.
Que descanse en paz, por cierto.
A los chicos les dieron de alta, recuperaron sus amigos a pesar de la verdad; los tres no estaban convencidos al principio, más bien, les cayó como balde de agua helada aquella noticia. Cada uno tenía una expresión distinta: Hero bajó la cabeza, Aubrey miraba con horror y Kel solo estaba asustado, calmado y tratando de tranquilizar a todos si algo saliera fuera de control.
Como la rabia de Aubrey, al saber que Sunny no fue capaz de dirigir alguna palabra sobre lo que pasó en verdad hace años.
Tenía todo el derecho, porque Mari era una hermana mayor para ella, la única que la hacía sentir como si fuese perteneciente a una familia a causa de sus padres con su matrimonio disfuncional.
Como la indiferencia de Hero, el cual no habló con Sunny durante horas y trataba de evitar a todos, solo quería reflexionar.
Tenía todo el derecho, porque se culpaba por el suicidio de Mari, pensando que él nunca fue suficiente para ella y que jamás le dio suficiente apoyo, cayendo en desesperación y maltratando verbalmente a Kel aquella vez.
Sin duda los que más se demoraron en aceptarlo fueron Aubrey y Hero, los más afectados por la muerte de Mari.
Kel, por su parte, trató de unir nuevamente al grupo. Fracasó al inicio, pero horas después Aubrey y Hero abrazaron a Sunny, con lágrimas en sus ojos.
No fue su culpa, fue un accidente. Fue un impulso de estrés y desesperación, no fue consciente de lo que hizo.
Y seguramente Mari ha de pensar lo mismo.
Todo eso pasó el día anterior, por lo que Basil y Sunny salieron juntos a visitar a la fallecida. Lo que nos lleva al presente.
Sunny cargaba un parche en el ojo, Basil unas cuantas vendas y curitas por su rostro. Realmente se la re vivieron esa noche.
—No teníamos que dudar de ellos, no tuvimos que mentir. —Recalcó.
Sunny apretó sus labios, arrepentido.
—Pero fue... Muy valiente de tu parte decir todo eso. —Suspiró.— Yo... Yo no habría podido haber hecho eso. Gracias.
Hubo un largo silencio, ni siquiera era uno cómodo. Hace cuatro años que ambos no entablaban una conversación íntima, ni graciosa, ni triste. Ya no eran los de antes.
Quizás la confianza se desvaneció de a poco, tal vez Sunny, después de lo sucedido, quizo evitar a Basil a toda costa por motivo del horror que le hizo cometer. No lo sabía, tampoco quería saberlo, el rubio estaba conforme con que las cosas se hayan calmado y que ya no tendrían que ocultarlo nunca más.
Pero no era excusa de que aún extrañaba el pasado.
Al pensarlo, se abrazó a sí mismo.
Muchas cosas pasaron desde entonces; él se hizo más inseguro, obteniendo un optimismo tóxico. Más asocial, más ansioso, más cohibido. Él sabía que no era el de antes, y sabía que con Sunny era igual.
Sunny era... Más frío de lo normal, más seco, más serio.
Cuando lo vio por primera vez después de tanto tiempo sin ratro de él, Basil solo sintió pánico y un ataque de ansiedad se le presentó también, no obstante, en el momento trató de ocultarlo. La presencia de Sunny no era la vibra calmante que él sentía, ni siquiera su silencio era parecido al de antes.
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Tulipanes || Sunflower
FanfictionDonde Basil quería sorprender a su grupo de amigos, así que Sunny le ayudará a darles flores a cada uno de ellos, justo siete días antes de su recital junto a Mari. ❝ No son ni de tamaño grande, ni tampoco pequeño. Tampoco son extravagantes ni muy p...