O5 | Cactus.

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—¡Ustedes dos! —Kel señaló al dúo.

—¿E-Eh? —Basil se asustó.— ¿Pasó algo, Kel?

El grupo de amigos estaba en el escondite secreto, más que todo para jugar. Kel y Mari se hallaban en los asientos que quedaban detrás del lago, mientras que los cuatro niños estaban paseándose por el terreno.

El moreno, por su parte, estaba molesto desde la mañana. Nadie sabía el por qué y tampoco era de Kel amargarse; ese chico era feliz todo el tiempo.

—¡Ustedes dos, no han planeado darme mi flor aún!

Ah... Con que era esa la razón. Basil suspiró, pensó que era culpa de él la causa de que Kel no le ha hablado por bastante tiempo. Era de esperarse que el castaño se diera cuenta, todos ya recibieron su respectivo presente menos él.

—¡Basil, Sunny! ¿Ya le dieron la flor a Kel? —Se acercó Aubrey.

Kel, al escuchar esa pregunta se enojó un poco más. —¡Aún no, por eso les estoy hablando! —Exclamó.

—A-Aún no lo he pensado junto a Sunny... —El rubio se tocó la cabeza, nervioso.— Tendría que ir a mi casa.

—Deberías considerar su personalidad desastrosa. —Habló Aubrey.— ¿Existe alguna flor que represente a una "caca de persona"? —Sugirió, entre burlas.

—¡No empieces, cabeza de chorlito!

—¿Cabeza de chorlito? —Repitió, indignada.— Mira quién habla, parece que tienes un peinado de pulpo y nadie te ha dicho nada por pena.

Por otro lado, Sunny estaba mirando todo el drama que se presentaba delante de él. No evitó sonreír un poco por lo divertido que era verlos discutir.

Basil notó el gesto del pálido, no pudo evadir el sentimiento de nerviosismo y a la vez una pequeña clase de... ¿Cosquillas estomacales? No lo sabía, y tampoco quería prestarle mucha atención por motivo de que en frente de ellos había una discusión inmadura de por medio.

—H-Hey Kel, ¿y si me acompañas a mi casa para darte tu flor?

—¡Por supuesto que sí!

—¿También puedo ir? —Cuestionó la pelinegra.

—No, tú no. —Contestó el moreno.

Basil se tapó el rostro, estos dos no tenían remedio y nadie los podía parar.

Empezaron a jalarse el pelo, sin embargo, Hero se interpuso entre su pelea y levantó a Kel desde su camiseta. —Oigan, ¿qué sucede? Mari y yo vimos todo este escenario y por poco ustedes hacen guerra.

—¡Pero si todo fue por Kel! —Exclamó la chica.

—Sunny. —Intervino Mari también.— Tú que ves todo desde lejos, ¿quién empezó?

Estaba entre la espada y la pared.

Se demoró un poco reflexionando, ¿a quién debería escoger? Aubrey inició desde su insulto de "caca de persona", Kel en cambio fue inmaduro de su parte en seguirle el juego y burlarse de ella también.

Sin embargo, los dos podrían reaccionar de distinta manera ante la confesión del pálido. Aubrey podría enojarse y dejar de hablarle durante horas, Kel podría sentirse indignado pero él lo entendería luego de unos minutos

¿Kel o Aubrey?

Sunny señaló a Kel.

—¿Huh? —Se quejó el nombrado, estando todavía por los aires debido al agarre de Hero. Sunny lo miró, neutral. Si mentía era por algo. —Ehm... Sí, lo lamento, yo inicié. —Declaró, aún así siendo mentira.

Hero lo felicitó por su honestidad, bajándolo. Él se esperaba a que su hermano menor no aceptara lo que había dicho Sunny. Aubrey estaba satisfecha y orgullosa, era de esperarse. Aún tenían once años y la mentalidad de ellos no era de consciencia todavía.

—Muy bien, ¿entonces vamos? —Kel se acercó a Basil.

—Sí, vamos. —El rubio sonrió.

El grupo se separó, los mayores fueron al supermercado y los cuatro sobrantes fueron a la casa de Basil; Aubrey y Kel corriendo para ganar una carrera y Basil con Sunny caminando por detrás.

Cabe recalcar que no hablaron durante todo el recorrido, pero no era malo. Ambos estaban bien con un silencio profundo mientras estén acompañados del uno al otro.

Basil no paraba de mirar la mano suelta de Sunny, era la primera vez que se aterraba tanto en estrechar su mano con la suya, ¿qué le estaba pasando? Siempre era él el que iniciaba un agarre.

Sunny se percató, por lo que el azabache decidió coger su mano y unirla, con delicadeza.

No se miraron, no se dirigieron la palabra; solo era el momento de presenciar el tacto inocente que tenían entre ambos.

Claro, hasta Basil empezó a rezar a que no le sudara la mano por los nervios.

—¡Vamos Basil! —El grito de Kel lo disipó de su concentración.

Los dos llegaron justo después de la pelinegra y el moreno, los cuales estaban sudando por el cansancio. Era Kel el que había corrido más rápido, como siempre.

Él era un muchacho con potencial atlético, mucho más que Hero cuando jugaba el basketball. Tenía un gusto tremendo por los deportes y todos en el grupo pensaban que sería el más fuerte de todos cuando creciera.

Sorprendentemente, Kel destacaba en eso. No como sus notas de colegio o su actitud despistada, no hay que juzgar un libro por su portada.

—Bien, Aubrey, Sunny. —Habló Basil, acercándose a varias macetas.— Descríbanme a Kel.

—Tont-

—¡Cosas buenas! —Aclaró, interrumpiendo a la chica.

—Fuerte. —Dijo Sunny.

—Ehm... ¿Energético?

—¡E-Esperen, ya no es necesario!

Basil sacó una maceta que contenía una planta redonda con varias formas y espinas.

—¡Wow! ¿Cómo se llaman esan flor? Es muy cool y espinozo. —Cuestionó Kel.

—Bueno, Kel... Esto es un cactus. Es más una planta que flor, y es gracioso que preguntes, porque me recuerdan a ti. —Sonrió.

—Porque... ¿Son capullos? —Aubrey intervino.

—¡Hey!

—Bueno... Algo, pero es más porque los cactus son robustos y flexibles a la naturaleza.

Dicho esto, el rubio entregó el cactus al moreno.

—No necesitan mucho cuidado y pueden sobrevivir a situaciones imposibles. —Paró un segundo.— Lo que quiero decir es que... ¡Hasta tú puedes cuidar de un cactus, Kel!

—¡Wow, genial! Son increíbles.

—Evita tocar sus pinch-

De repente un grito de dolor se presentó en Kel y una carcajada de parte de Aubrey.

¡Eso era bueno! Ya estaban todos los de su grupo con cada flor que los identificaba, sin embargo, faltaba una persona.

Sunny.

Quedan dos días antes de su recital.

Tulipanes || SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora