WHAT A TIME
—Feliz cumpleaños, por cierto. — dice el pelinegro mayor mirando al niño de ojos azules el cual asiente con una pequeña sonrisa apenas notable.
—Gracias. — susurra jugando con una piedra y la mirada baja haciendo que el mayor se muerda el labio nervioso y sin saber muy bien qué decir.
—No estás disfrutando la fiesta. — dice cerrando los ojos por un momento al escuchar lo estúpido que sonó eso, pero ya lo había dicho.
—No me gustan las fiestas, se lo dije a mi mamá. —dice aún en un tono de voz baja mientras levanta la mirada un poco dudoso.
— Betty a veces hace ese tipo de cosas, pero lo hace con buena intención. — dice intentando defender un poco a la rubia ya que él pasó por eso.
— Yo lo sé, pero no tengo ánimos. — admite ya hablando un poco fuerte haciendo que el morocho mayor asienta igual jugando con piedras.
—Tu mamá está preocupada por ti, se que no nos conocemos pero me puedes decir si te ocurre algo.— dice Jughead intentando ser de apoyo ya que le recordaba mucho a él.
—Estoy bien. — miente un poco fingiendo una sonrisa haciendo que el pelinegro asienta sabiendo que el niño castaño no quiere hablar.
—Mis padres se separaron cuando yo tenía catorce años y se que puede ser difícil. — dice intentando que el pequeño morocho entre en confianza.
—No me importa lo de mamá y Archie.— admite sorprendiendo a el pelinegro mayor por su sinceridad tan sin filtro. Como la de él.
Jughead solo asiente dándose cuenta que él no quiere hablar y lo mejor solo sería hacerle compañía en silencio sin molestar.
La rubia llega al patio y suelta un suspiro nervioso al ver a los dos peliengros sentados en silencio.
—Ellos merecen saber la verdad. — dice Alice poniéndose al lado de su hija la cual asiente con los ojos cristalizados sin saber que decir.
—Tengo miedo.Jughead y Nick me van a odiar. — dice en un tono bajo mientras su mirada está fija en ellos.
—Él es su padre y merece saberlo, y sabes que mi niño merece un padre.— dice mientras mira a su nieto con una sonrisa sintiendo paz.
—Yo tenía dieciocho años y estaba muy asustada, pensé que jamás volvería a verlo y que iba a saber como salir adelante. — admite bajando la mirada con las lágrimas que amenazan con salir.
—Aún hay oportunidad, porque la verdad sale a la luz siempre. — dice Alice antes de volver entrar a la casa déjanos a su hija pensando.
La rubia solo asiente mirando aún la escena sintiendo un nudo en la garganta y sus manos temblar.
Las mentiras no se quedan enterradas y ellos ya deberías de saberlo.
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—Ya nos vamos a ir, solo que Maddy se quedó dormida y no quiero despertarla, estuvo despierta todo el día. — dice el pelinegro mientras se sienta a lado de la rubia.
—No hay problema. —responde la mujer de cabello dorado con la mirada baja mientras juega con sus manos y mira al chico sentarse al lado de ella en silencio.
—¿Estás bien?. — pregunta al ver cómo ella parecía perdida mirando el suelo de madera fijamente.
—Me dijiste que no querías tener hijos. — suelta evitando la pregunta mientras se acomodarla verlo a los ojos poniéndose nerviosa.