CAPÍTULO1

14 3 2
                                    

Actualidad.

Desperté desorientada y con la respiración pesada. Había tenido ese maldito sueño de nuevo. Creía que había superado el miedo al lobo que aparecía en él, pero, cada vez que el sueño se repetía, yo despertaba asustada.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme la cara. Miré mi reflejo en el espejo, tenía ojeras bajo los ojos y mi cara delataba la falta de sueño. Hacía dos meses que había comenzado a padecer insomnio y, las pocas noches que lograba dormir, tenía pesadillas.

Bajé a la cocina y me preparé un café, busqué mis apuntes de clases y me senté en la sala junto a la chimenea.

Llevaba casi una hora sentada en la sala, cuando mi madre bajó de su habitación. Ella también tenía un aspecto más cansino que de lo normal, la mujer que había sido tan risueña algunos meses atrás, hoy luchaba por mantener la sonrisa cada vez que me miraba. Y no la culpaba, yo era bastante consiente de que mi rostro era el vivo recuerdo de mi padre.

-¿otra vez con insomnio? – preguntó al pasar por la sala.

Por lo general, mi madre despertaba antes que yo, pero, últimamente, con la falta de sueño, solía encontrarme despierta cuando bajaba a desayunar.

-Tuve una pesadilla – murmuré, mientras subrayaba algo en mis apuntes.

-¿Hiciste los ejercicios que Elsa te recomendó? – preguntó, mientras se servía el café.

-Los olvidé- mentí.

Elsa era la psicóloga a la que había empezado a concurrir por el insomnio que padecía por las noches. Según ella, mis pesadillas estaban relacionadas directamente con la desaparición de mi padre, por lo que me había recomendado algunos ejercicios de respiración para hacer por las noches, antes de irme a la cama. La verdad era que los había realizado las primeras noches y no me habían servido de nada, así que deje de perder tiempo con ellos.

-Brenda, tienes que hacer un esfuerzo – dijo, al tiempo que se acercaba para sentarse a mi lado. – Yo sé que es difícil, pero - suspiró – solo te pido que lo intentes-

-Lo sé, lo siento –

Sabía que mi madre hacía lo posible para que ambas superáramos lo que nos estaba pasando, pero simplemente, yo no quería asumir que mi padre ya no estuviera con nosotras.

-Tengo que trabajar – dijo, colocándose el abrigo – nos vemos más tarde – me besó en las sienes y salió de casa.

Media hora más tarde yo salía de casa y me dirigía hacía el colegio. El invierno aún no comenzaba, pero el frío había llegado antes de lo esperado. El invierno siempre había sido mi estación del año favorita, era en el tiempo en que mi padre y yo solíamos pasar por la cafetería, después de clases, y teníamos largas charlas mientras bebíamos café.

Avancé por la acera cubierta de nieve en dirección al colegio, pero, me detuve al sentir algo. Había tenido esa sensación una sola vez en mi vida, y la experiencia no era nada que mereciera la pena recordar. Giré sobre mí misma para observar a mi alrededor, los coches y las personas pasaban con mucha prisa, como cada mañana, nada fuera de lo normal. Sin embargo, yo sentía que algo me estaba llamando, que algo me atraía de manera inexplicable.

Clavé la vista en la cafetería que se encontraba al otro lado de la calle. En una de las mesas, había un chico que me observaba fijamente y, de alguna forma inexplicable, supe que era él quien me provocaba lo que yo estaba sintiendo en ese momento.

Retomé mi camino, esta vez, con mucha más prisa que antes. Sabía, que cualquiera que me provocara ese tipo de sensaciones, no podía traer nada bueno a mi vida. Escuché como la puerta de la cafetería se cerraba, miré por sobre mi hombro y vi como el chico había salido y comenzaba a avanzar en la misma dirección que yo.

Mi ansiedad aumentó cuando pude visualizar las verjas del colegio, me apresuré a atravesarlas y, cuando ya estuve dentro de la masa de estudiantes, me atreví a mirar hacia atrás. No vi a nadie, pero seguía teniendo ese llamado extraño dentro de mí. Era como algo muy familiar, pero a la vez, desconocido.

Jamás hubiera imaginado que, en este punto, mi vida iba a dar un giro drástico.

***************************************************************************************************

Hola : )

Espero que les guste, este es mi primer libro. Comenten qué les pareció

Clanes: El inicio de la revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora