AMORES LETALES

CAPÍTULO 3

Golden Panther.

Mayo 2020 (Quebec-Canadá)

Mila.

—Estamos a veinte minutos de la mansión —responde mi amigo acelerando.

—¿Cómo qué nos atacaron? ¿Dónde? y ¿Cómo? —pregunto.

—L-os mu-y des-... —Camilo nos intenta informar, pero no se le escucha del todo claro.

No se le entiende muy bien pues hay mucho ruido, solo se escuchan disparos y gritos haciéndonos entender que están en guerra de armas y necesitan nuestra ayuda. 

Todo por la morena.

Todo por Atalía. 

—Camilo habla claro ¿dónde están? —cuestiono.

—¡En el casino, en el maldito casino Mila!

Frank y yo compartimos miradas de sombro al escuchar que se metieron con algo tan intocable para la familia. El casino Golden Panther fue fundado por mi bisabuelo junto a su hermano gemelo, luego paso a ser de mi abuelo, ahora lo maneja mi tío y en un futuro el dueño será alguno de mis hermanos.

Era obvio que Lucio no se quedaría de brazos cruzados. No nos toma desprevenidos, pues ya lo esperábamos, pero jamas pensé que se atrevería a meterse con el casino, todos los relacionados con la mafia dorada saben que el Golden Panther es como una reliquia para los O'Connor.

Tengo que admitir, fue una buena jugada meterse con el casino, pero no el mejor plan tratándose de nosotros, espero tenga idea del peso que conlleva tenernos de enemigos y el tamaño de sus malas decisiones.

—¿Ustedes dónde se encuentran? —pregunta con más claridad aunque el ruido no disipa.

—Ya vamos para allá —responde Frank antes de colgar y pisa el acelerador—. Mila sabes que tu tío me va a picar en pedacitos y se los va a dar como almuerzo a Blue.

—Si no llegamos lo más pronto posible, lo mas probable es que si.

Estamos aproximadamente a una hora del Golden Panther, las posibilidades de no llegar antes de que todo acabe son altas y si no llegamos a tiempo estaremos en más problemas.

El camino se me hace eterno pasando entre las calles de Quebec aunque vamos a una velocidad apresurada, pasamos entre los carros, nos metemos por callejones y nos saltamos algunos semáforos en rojo.

Después de casi media hora nos vamos acercando al casino, tomo las armas de emergencia y el no escuchar un solo ruido me pone atenta.

Mierda...

No es que quisiera llegar a un enfrentamiento del cual nadie me asegura que saldré viva, lo preocupante es el no haber estado para apoyar a mi tío y el resto del equipo como siempre lo hemos hecho. Todos damos la vida por todos, siempre nos apoyamos y nadie nunca está solo.

Frank estaciona la camioneta, me bajo y pongo todos mis sentidos alerta apuntando con mi fusil M16. Al llegar a la entrada solo está un guardia que identificado con el nombre de Mario.

—Señorita —me saluda— el jefe los está esperando.

—Gracias.

Respiro con más tranquilidad después de un largo rato sin hacerlo, está con vida, sano y salvo, solo espero que el resto también lo este. Liam solo estuvo un día pero causo un sin fin de problemas, espero no llegue vivo.

Cuando pasamos las dos puertas doradas con grabado gigante que dice Golden Panther y una pantera mostrando unos filosos colmillos lo primero que me topo es un montón de cuerpos sin vida, ensangrentados y llenos de balas.