CAPÍTULO 6

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Los Martinelli.

Mayo 2020 (Spiez-Suiza)

Mila.

—Primero quiero que se presenten. Necesito conocer a cada uno de ustedes, sus habilidades, fortalezas y cuales son sus especialidades—. Donato habla dándole un sorbo a su bebida.

Es la primera vez que nos presentamos ante alguien, nunca fue necesario pues las únicas personas que tenían conocimiento de nosotros eran los pertenecientes de la mafia dorada porque con ella crecimos. Ahora el empeño de todos por años para ser un incógnito llegó a su fin.

Estamos apunto de revelar nuestras identidades a personas en las cuales aún no confío del todo. Siempre hicimos nuestro mayor esfuerzo para que nadie tuviera idea de nuestro físico; la OSSEM sabe que existimos para proteger la mafia dorada pero nada más.

Sé que no soy la única debatiéndose entre sí darles tan valiosa información o no. Miro a mi tío quien asiente lentamente confirmando que podemos decir la verdad, pero la habitación se inunda en un profundo silencio. Nadie está dispuesto a hablar.

—Entiendo que no nos quieran dar esa información porque somos una amenaza, pero ustedes también lo son para nosotros y aún así vamos a poner a nuestro hermano en sus manos—. El Martinelli mayor se pone de pie con tan imponente figura haciendo que tenga mejor vista a sus músculos bien trabajados —Si no sé cuáles son sus habilidades me queda muy complicado terminar de trazar un plan perfecto.

—Si quieren poner a su hermano en nuestras manos es su problema, pero no vamos a darles información que tanto nos ha costado ocultar. Estar aquí frente a frente ya es un riesgo —Deidre responde sin titubear.

El suspiro de Donato me hace entender que lo estamos sacando de casilla y su mirada recae en Callum y luego en Camilo.

—Las cosas son así, si no hablan no hay plan y si no hay plan de rescate para Piero ustedes no entran en territorio italiano. Antes de que alcancen a poner los dos pies en mi país tendrán una bala en el cráneo— su amenaza por alguna razón no me asusta —Esto no fue lo que acordamos.

Como supuse, Callum ya había hablado y cuadrado todo esto perfectamente con los Martinelli.

—Chicos— habla mi tío— está bien, ellos necesitan saber quiénes son ustedes para que todo salga como queremos. Tranquilos, no nos pueden traicionar porque lo prometieron y un Martinelli jamás rompe una promesa.

—¿Qué fue lo que acordaron? —pregunta Colin demostrando tranquilidad. Algún día lo voy a entender.

—Que ustedes iban a cooperar sin poner resistencia y sin hacer tantas preguntas —le responde Carlo con aún más calma. Eso me pone impaciente, el que esté moviendo mis dedos en la mesa me lo confirma.

—¿Y por qué haríamos eso? Se ve que ya saben de nosotros —habla de nuevo mi hermano.

—Para su beneficio —dice Donato— y Callum no dijo nada personal de ustedes solo que eran un equipo bastante completo y eficiente— su forma de hablar transmite seguridad —solo necesito saber lo que les pedí, nada más que información primordial.

La sala vuelve a quedar en un silencio que arrasa con todo atisbo de paz en mi interior. Lo necesitamos, si no entramos a Italia es casi imposible dar una buena guerra.

No creo del todo sus palabras, se que saben algo más de nosotros, tal vez no un historial completo pero si algo básico. Me dijo que era su estrella por algo.

Tomo valentía y decido hablar. Ellos ya deben tener conocimiento sobre mí, más de lo que esperaba admitir.

—Mila O'connor, soy francotiradora, experta en peleas, artes marciales, manejo todo tipo de armas, informática y robótica, tengo conocimiento en explosivos y número uno en torturas.

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