— ¡Estoy en casa! — Fujisaki escuchó a Gojo desde la cocina. Se alejó de las verduras que estaba cocinando para recibir a su pareja.
Habían comenzado a vivir juntos luego de que terminaron su tercer año en la academia. Tenían una muy buena dinámica a pesar de que ninguno de los dos pasaba demasiado tiempo en casa por causa de su trabajo, aun así disfrutaban las tardes en las que se quedaban juntos en su hogar
— ¡Bienvenido, amor! — se secaba las manos en su camino al recibidor. — ¿Trajiste los...? — le había pedido a Gojo solamente cebollines, pero él había vuelto con un niño de unos siete años. — Hola. — endulzó su tono para hablar con el menor.
— Hola. — murmuró el niño evadiendo la vista de la mujer frente a él.
— ¿Cuál es tu nombre? — la castaña se agachó para quedar a su altura.
— Megumi Fushiguro.
— ¿Puedo llamarte Megumi? — él asintió. — Yo soy Sayumi Fujisaki, puedes llamarme Sayumi. — la castaña tenía mucho más tacto que Gojo para tratar con niños. — ¿Por qué no vas a ponerte algo más cómodo en el cuarto de invitados mientras preparamos la cena? — él asintió de nuevo y se dirigió con su pequeña mochila a la habitación que la mayor señaló.
— Eres muy buena con los niños, amor. — comentó Gojo cuando Megumi se había ido.
— Creí que traerías verduras, Satoru. — murmuró.
— Tengo una muy buena explicación. — aseguró poniendo las manos sobre los hombros de su pareja mientras tomaba aire para contarle todo.
Sayu no podía negar que tenía una buena explicación. Había intervenido en los negocios de la familia Zenin y se había acercado a Megumi para explotar su potencial como hechicero.
— ¿Se quedará con nosotros? — preguntó cuando Gojo terminó de contarle la historia.
— Solo si estás de acuerdo.
— Por supuesto que estoy de acuerdo, es solo un niño. Si podemos ayudarlo, lo haremos. — estaba concentrada en la cena mientras analizaba toda la situación.
— Me encanta esa parte de ti. — la abrazó por la espalda mientras la más baja movía la comida en la sartén. — Eres tan buena persona, Sayu — le hizo cosquillas con su rostro el cuello.
Se dio la vuelta para dejar un rápido beso en los labios del más alto, pero se separó de forma repentina.
— No lo obligaste a venir o algo así, ¿cierto?
— ¡Por supuesto que no, Sayu! — agitó los brazos sobre su cabeza. — Necesitaba un tutor y le pregunté si quería venir, no secuestre a un niño por la calle y lo traje a casa.
— Está bien, aun estoy pensando en todo esto. — se limpió las manos y apagó el fuego de la estufa. — Iré a llamarlo para cenar, ¿puedes poner la mesa?
Satoru asintió y ella avanzó hasta la habitación de invitados, solo entró cuando el menor le dio permiso, a pesar de que él estaba en su casa quería respetar la privacidad del menor. Lo encontró sentado sobre la cama con las manos cruzadas sobre su regazo.
— ¿Quieres venir a cenar? — le sonrió con amabilidad, pero el menor apenas se movió de la cama. Sayumi caminó hasta él y se sentó a su lado. — Imagino que estás confundido, todo en tu vida cambió muy rápido, ¿no es así? — Megumi asintió. — Aun eres muy joven, por ahora deja que Satoru y yo nos preocupemos de las cosas de adultos. — le dedicó una mirada compasiva.
— Gracias. — Meguimi pensó que si aquella hubiera sido quien se acercara a él todo habría sido menos difícil de procesar. — ¿Qué hay para cenar? — preguntó cabizbajo.
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Te Recuerdo - Satoru Gojo
Fanfic" No perdía ni un solo detalle del rostro de la castaña, le encantaba la forma en que sus ojos amielados se entrecerraban cuando sonreía y como se formaban pequeñas líneas alrededor de sus labios. Era imposible que se olvidara de aquellos gestos cua...