nuevas amistades

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La noche era fría y solitaria, Azami se encontraba caminando con su mirada baja y las manos en sus bolsillos, inmersa en sus pensamientos daba pasos cortos, arrastrando los pies, parecía un zombie.

—Vaya...debi abrigarme mas— pensó, dando un largo suspiro mientras trataba de avanzar. Por el rabillo del ojo esta pudo notar una figura masculina siguiendola, no parecía ser tan alto es más parecía ser más bajo que ella, esta siguió caminando ignorando a la figura pero, pareciera que a donde fuera esta la seguía.

—¿Hnmm?— Se dio vuelta rápidamente, quedando mirando a aquella sombra fijamente, sintió como este le devolvía la mirada. —¿Que quieres?— pregunto en voz baja, sin obtener respuestas simplemente se quedó quiera. La persona comenzo a acercarse a ella a pasos lentos, tambaleándose para los costados, por un momento pensó que era una persona borracha pero cuando esta se detuvo debajo de un foco pudo distinguirlo, era el chico con el que había peleado el otro día.

—¿Haru?— pregunto el niño, sus ojos parecían estar vacíos, Yasu se acercó lentamente a ella, cuando quedaba a pocos metros le dedicó una calidad sonrisa —Si, eres tu— agregó.

—Ah, eres tú— contesto la chica, sin bajar la Guardia le dedicó una sonrisa.

—¿Quien pensaste que era?— pregunto El chico de desordenados cabellos negros mientras la miraba fijamente.

—Nadie en especial—Respondió rápidamente, soltando un suspiro.

—Oh... Esta bien ¿Puedes venir conmigo?— pregunto el Niño, entre cerrando los ojos mientras le es tiraba una de sus manos.

—¿A donde?— pregunto dudosamente, mirando la mano del chico.

—No te preocupes, no te haré nada, te ganaste mi respeto el día que peleamos—Dijo Yasu, agarrando el brazo de la chica arrastrandola con el, internándose cada vez más en las calles oscuras. Estos llevaban un ratito caminando sin intercambiar ninguna palabra, parecía que a ninguno le gustaba hablar, mezclándose entre las pocas personas que habían en la calle a esas horas pasaron desparcibidos, parecía que nadie les prestaba atención.

—Llegamos— dijo el chico, deteniéndose enfrente de uno de los tantos casinos de Tokyo, sin decir más entró con la chica, guiandola por los pasillos llenos de gente, mujeres con vestidos ajustados y elegantes acompañando a hombres y alguna que otra persona, en el aire se podía sentir el olor al Cigarrillo y los gritos de felicidad de la gente que ganaba y perdía dinero, era un agujero para gente Rica.

—¿Que hacemos aquí?— pregunto la pelirroja, levemente confundida mientras miraba a su alrededor, esos ambientes no eran de su agrado, El joven no le brindó respuestas algunas, simplemente seguía caminando entre las mesas y máquinas.

Azami simplemente lo seguía mirando, resignandose siguio caminando, llegando a una puerta Bordo, con pequeños encajes dorados y dos guardas en la puerta, estos vieron a Yasu y le abrieron sin decir nada. El chico giro levemente la cabeza, mirando a la pelirroja, con una señal este la hizo entrar, haciendo que las puertas se cerrarán detrás de ella.

—¡Yasu, volviste!— Dijo una chica, acercándose al peli negro para abrazarlo —Y veo que trajiste compañia— agregó con una sonrisa coqueta, acercándose a la pelirroja.

—Es Haru, Aiko— contestó el peli negro, caminando hacia uno de los sillones para sentarse.

—Oh, un gusto Haru, soy Aiko— Dijo mientras mantenía esa sonrisa coqueta, tomando un mechón del cabello de la chica para enredarlo en sus dedos.

doble vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora