Shuji Hanma.

719 102 52
                                    


Shuji Hanma es un joven de 16 años, miembro actual de la pandilla Moebius, es una persona bastante despreocupada sobre el bienestar de los demás, no le interesa nadie, ni siquiera el, buscando diversión en peleas o haciéndole daños a los demás, eso le da felicidad y la adrenalina que el tanto desea.

[...]

Azami se levantaba adolorida, podía sentir como si un elefante le hubiera pasado por encima una y otra vez hasta hacerlas trizas, como pudo se sentó en la cama y noto como las luces entraban por la ventana de la habitación, ese viento cálido y frío a la vez la hizo suspirar

—Que carajos paso? — se preguntaba a si misma, mientras su visita se iba acomodando poco a poco —Espera... Esta no es mi habitación.—

La pelirroja se alarmó levemente, mirándose el cuerpo y viendo que estaba llena de ventajesy con una ropa que no era de ella.

—Pero que mierda... — se destapó y pudo ver que tenía unos pantalones grises junto a una camisa semi-abierta, su ropa se hallaba en un costado en una mesa de luz.  —Donde estoy.... Es cierto, Hanma me golpeo hasta que me desmaye— pensó en voz alta, cuando la puerta se abrió de repente.

—No fue mi intención golpearte hasta que te desmayaras, pero no sabias que eras mujer y además, peleas demasiado bien. — Hanma entró a la habitación, con una taza de te y una barra de cereal.

—Que carajo.... — Azami solo se quedó perpleja, siguiéndolo con la mirada y notando que se sentó en los pies de la cama. —como llegue a acá? Y donde estoy?— pregunto mientras se alejaba de El un poco.

—Primero, tranquila, segundo, estamos en mi casa, esta un poco lejos de la ciudad, y te traje yo— este le dio la taza de te, se ve que tenía algún tipo de planta dentro. —No te asustes, no te haré nada... Por ahora. — dijo con una gran  sonrisa.

—¿Por ahora?— esta agarro la taza de te y la dejó en la mesa que estaba alado de ella 

—Claro, si me das lo que quiero puede que te deje lib... — antes de que hanma pudiera terminar la frase, Azami derramó el líquido de la taza.

Para poder Safarse de esta, la pelirroja se lanzó encima de el y rompio la taza, apuntando el filo de esta en el cuello del chico, el cual se sorprendió un poco pero sonrió.

—Oye, tranquila — río mientras la veía de arriba a abajo —Eres mala eh.. Te sienta bien mi ropa, aunque te verias mejor sin ella—

—¿tu ropa? Acaso tu me sacaste la Ropa?— pregunto mientras hacia presión en su pecho para que no se levantara.

—Uh... No ya quisiera, mi abuela fue la que te cambio, no me dejó ni tocarte desde que llegaste— Sonrió cínicamente  mientras libraba sus manos, tomando a la chica desde la cintura para ponerse encima de ella y bloquear sus movimientos, al igual que hizo ella. 

—desgraciado— debido al movimiento brusco sintió un profundo dolor en el estomago —Ahh... —

—No deberías de moverte, no es bueno para ti— este se acercó al rostro de la chica, ambos podían sentír la respiración del otro.

—Mira quien dice... El que me golpeo hasta que perdí la conciencia y casi me mata— Dijo enfurecida, corriendo su cara hacia el otro lado.

—No sabía que la ToMan tenía una mujer— este vio el cuello de la chica y sonrio, dándole un pequeño beso mientras salia de encima de ella, Sentandose a un costado de la cama

—Nadie lo sabe, imbécil. —Esta al sentir el beso le dio un pequeño escalofrío, haciendo que se sentará del lado contrario, sin quitarle la vista de encima.

—Oh.... Entonces soy el unico que sabe ese secretito?... Interesante— Río, acomodandose el cabello. —Esto será muy divertido—

—si no lo cuentas sería maravilloso pero... En gente como tu no se puede confiar. — Suspiro mientras llevaba sus manos hacía sus ojos, para refregarlos.

—Oh no... Creeme que llegaste en un momento ideal para mi, justo  buscaba una fuente de entretenimiento, y parece que la encontré— No quitaba esa sonrisa de tu rostro, sin decir más agarro a la chica del tobillo y la embujo hacia el, agarrandole ambos brazos con una mano y la otra la llevaba a su rostro, acariciandolo.

—Vuelveme a tocar, y te juro que de aquí No sales vivo Hanma. —  Azami corrió su rostro, tratando de sacar la mano de el.

—Tranquila Cariño, no te voy a hacer nada malo, solo buscó una adrenalina nueva y parece que la encontré contigo— este soltó sus brazos, dejando libre a Azami.

—Puedes irte bien al infierno. — respondió esta en un tono cortante

—Entonces ven conmigo— dijo entre risas, entregándole ropa más a su talla a la pelirroja.

—Esto de quien es? — pregunto extrañada.

—De mi hermana— respondió Hanma —Se mudó hace unos meses pero dejó algo de ropa para cuando viniera a visitar, vistete.— antes de que Azami pudiera decirle algo, este salió de la habitación cerrando la puerta.

Azami miro la ropa por unos segundos, aun no entendía bien la situación ¿acaso sería un juguete? ¿Un informante? No podía pedirle ayuda a nadie, ya que nadie sabían dónde estaba ni si identidad real, ahora su vida estaba en manos del Dios de la muerte.

—Que linda te ves con esa ropa— Hanma estaba sentado en su motocicleta, esperando a que Azami saliera.

—Hmm... Ni creas que por lo que has echo me olvidaré de lo que hiciste. — esta había salido con un vestido blanco hasta las rodillas de flores y sus botas del uniforme, en una bolsa llevaba su uniforme y el buso.

—No haré de cuenta que lo hagas, yo tampoco lo haría pero, te llevaré a la ciudad. — Dijo hanma.

La chica suspiro y se subió en la moto, esta arrancó y comenzó a ver el paisaje a su alrededor, sinceramente era bastante tranquilo, era un lugar hermoso para estar con alguien, con cualquiera excepto hanma. Al cabo de unos momentos llegaron a la ciudad, este  paro su motocicleta en el callejón donde la habían atacado.

—Bueno, este es un hasta pronto, mi fueguito.. — dijo en un tono burlon, viendo como la chica se bajaba.

—¿fueguito? ¿Eres idiota o que?— respondió mientras se bajaba de la moto y tomaba distancia —Que vas a querer ahora?—

—Tu cabello me recuerda al fuego, ardiente pero calienta.— río, ojeando a al chica de arriba a abajo. —Quiero seguir viendote, no te pido más, si lo haces, prometo no decir nada. —

—Eso es una petición... Fácil.. — susurro un poco, pensando cuidadosa mente su respuesta. —Esta bien... Nada más? —

—con vete ya soy más que feliz— e ste sonrió y volvió a encender su moto —Nos veremos pronto cariño— este tomó camino, su moto se mezcló con la multitud y desapareció.

—Ah... En que mierda me meti— suspira cansada, aun estaba adolorida pero tenía que llegará a su casa.

Al cabo de unos 20 minutos llegó a su casa, su tia no había notado su ausencia, así que simplemente se fue  su habitación, entrando y tirándose en su cama.

—Esto será una pescadilla. — suspiro mientras tapaba su rostro con una de sus almohadas.

[...]

Espero que este halla sido de su agrado, muchas gracias por leer!

doble vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora