No me puedo creer que mañana me vaya de aquí. En Madrid tengo a mis amigos, a mi familia, a mi novio... Tengo todo lo que soy.
Normalmente me voy a Cáceres un par de semanas en verano pero este año es diferente. Mis padres se tienen que mudar allí por asuntos de trabajo durante ocho meses, ocho largos meses.
Lo bueno es que la casa es bastante grande y allí conozco a bastante gente pero nos va a ser lo mismo que aquí.
Esta tarde he quedado con todos mis amigos para despedirme, seguramente se me escape alguna lágrima.
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Ya eran las cinco y a las seis tenía que estar en el coche de camino al pueblo de mis padres.
En cuanto los vi los abracé a todos muy fuerte y me fui despidiendo de ellos uno por uno.
Ángela era una de mis mejores amigas, era algo tímida. Era bastante guapa, como no rubia con ojos verdes.
- Te voy a echar mucho de menos- le dije.
- Y yo a ti, te voy a llamar siempre que pueda- se despidió con lágrimas en los ojos y nos dimos un fuerte abrazo.
El siguiente era Ángel, nos conocíamos de hace tres o cuatro años, después que al resto. Era rubio, no muy alto y con los ojos marrones pero era bastante mono.
Me dijo alguna de sus bromas que siempre me hacían reir y nos dimos un fuerte abrazo al igual que con Alberto. Alberto era bastante alto, moreno y con ojos verdes. Era muy majo y todas las chicas estaban detrás de él.
La siguiente fue Paula. Es una chica morena, no muy alta con los ojos de color miel es muy extrovertida y esta algo loca pero a pesar de todo es una de mis mejores amigas.
Nos dimos un fuerte abrazo y nos dijimos cosas parecidas a la conversación con Ángela pero como no metiendo alguna gracia entre medias.
Me quedaba una persona. Una de las más importantes para mi. Rodrigo.
Él era mi novio, era moreno con ojos de color miel pero tenían una forma que los hacían especiales. Era alto, no muy tímido pero tampoco excesivamente extrovertido.
- ¿De verdad te tienes que ir?- me preguntó.
- Sí, no puedo quedarme aquí- respondí agachando la cabeza y a punto de llorar.
- Te voy a echar mucho de menos- me dijo.
- Y yo a ti- respondí sin poder evitar que un par de lágrimas cayeran por mis mejillas.
Nos despedimos con un dulce beso en los labios y me alejé cabizbaja de donde se encontraban desde entonces unas de las personas más importantes para mi.
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Ya habían dado las seis, me despedí de toda mi familia y me dispuse a entrar al coche.
Mis padres no estaban tristes por ir allí y mi hermana estaba con una gran somrisa en la boca pero a mi se me veía mal. Supongo que será por la edad o por otro motivo pero me sentía vacía.
De tanto llorar tenía los ojos cansados, así que decidí dormirme para que se me hiciera el viaja más corto y ameno. Poco a poco fui cerrando los ojos hasta que me dormí.
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Foto de Sofía al principio del capítulo
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Amor de verano
RomanceSofía es una chica alta morena y de unos 16 años. Vive en Madrid pero en vacaciones se va al pueblo de sus padres que está en Cáceres. Allí le ocurrirán cosas inesperadas y nuevas para ella.