En una sala del monte olimpo se encontraban hablando dos figuras. La primera, con aspecto recio y omnipotente, se hallaba sentada en su trono. La otra, estaba totalmente cubierta por las sombras.
-Nos encontramos ante una crisis. - Habló zeus, rey de los dioses.
- Solo hay una solución, pero conoces bien los riesgos. - Esta vez fue la sombra la que intervino. Tenia una voz grave y potente, acostumbrada a dar ordenes y que no se desobedecieran.
-¡Es inaceptable, no puedo permitirlo! ¡La historia podria repetirse!
- Sabes que no hay otra opción. Además, ya han pasado muchos años y si no intervenimos el equilibrio entre ambos mundos podría romperse finalmente y tu reinado caería, - Rió siniestramente - y eres demasiado egoista para permitirlo ¿verdad? Es muy facil observarlo todo desde tu privilegiada posición pero a la hora de la verdad no eres mas que un cobarde. - Escupió las ultimas palabras cómo si de veneno se tratase.
- ¡Cállate! - Zeus apretó los puños con impotencia. Él mismo sabía que era la única solución pero no quería que ocurriera lo de la otra vez. No quería admitirlo, pero a el también le había entristecido la muerte de aquella humana. Desde entonces, entre el mundo humano y el divino habian acaecido multiples disputas. En estos momentos el mundo se encotraba en un estado de paz engañosa, pero esta pronto se romperá y los humanos declararán la guerra a los dioses.
- La paz solo ha sido posible gracias a la clara desventaja de los humanos, pero como bien sabes, hace poco su pequeño cerebro llego a la conclusión de jamás podrían vencernos y empezaron a reclutar al pueblo mágico. Y a pesar de tu soberbia y cegera, los dioses no son invencibles, y es posible que si la mayoría de los seres mágicos se vuelven contra nosotros no podamos vencerlos. - Como respuesta zeus solo gruñó algo inteligible, sin embargo, la figura misteriosa lo tomó como un buen presagio pues continuó hablando para convencerlo del todo. - Tenemos que conseguir que estos seres se unan a nuestro bando para poder asegurarnos la victoria. Estoy seguro de que podemos convencer a la mayoría, y serían suficientes para acobardar a los humanos y acabar con esta molestia.
El dios no parecia estar del todo conforme.
- Pero hay que ir con cuidado ya que son criaturas en su mayoria peligrosas y no podemos permitirnos ninguna baja.Ante esto la otra persona tan solo río despreocupadamente como si de un juego de niños se tratase.
- No habrá peligro. Si te quedas mas tranquilo prestaré un poco de mi poder para controlar los suyos y que nadie vuelva a descontrolarse como la ultima vez.
Al dios del trueno no pareció agradarle mucho que la sombra se involucrara en sus asuntos, pero sabía que era mejor tenerlo como amigo que como enemigo. Al final, pareció acceder, no sin todavía un poco de recelo ante el plan que iban a llevar a cabo.
- Esta bien, pero como nos pase algo será tu culpa.
Estas palabras parecieron agradar sumamente a la otra figura que decidió que ya habia cumplido su cometido y se desvaneció en el aire.
- Iré a llamar a los otros dioses, - susurró zeus una vez estuvo solo. - La academia vuelve a abrirse, y esta vez, habrá nuevos integrantes.
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Y llegaron ellas (kamigami no asobi fanfic) (Pausada)
FanfictionHace muchos años una tragedia aconteció en el instituto de los dioses y cada uno desapareció. Sin embargo los demonios del pasado vuelven para atormentarlos y debido a ellos una guerra se está fraguando entre el mundo humano y los dioses. La única s...