EP6: and i'm dancin' on to your heartbeat

359 59 8
                                    

Joshua y Seokmin habían llegado al departamento del mayor entre risas divertidas, pues las miradas confundidas de sus amigos, sentados sin saber lo que ocurría, aún estaban grabadas en sus mentes.

Sabían que no debían meterse en sus vidas, y no lo habían hecho... al menos no de manera directa. Y es que los otros cinco ya estaban un poco cansados de lo que estaba pasando. No de sus amigos, sino de su sufrimiento.

Los conocían de años, sabían que eran personas alegres, que se emocionaban con facilidad, que reían y jugaban a cada rato. Y ahora... ahora esa chispa se apagaba cada vez que se veían, parecían más cerrados, como si no pudieran volver a sonreír, como si estuvieran en peligro cuando no era así.

Por eso Moonbyul les había enviado aquel mensaje. Era momento de incitarlos a dar el siguiente paso, o mínimo a que lo intentaran

–Esas partituras sí existen, ¿cierto? –Preguntó Seokmin cuando se quitaron sus abrigos y los dejaron en la entrada. Joshua le prestó las pantuflas rosas con huellas de perrito que tanto le gustaban. Sonrió con emoción cuando las tuvo puestas, haciendo que el mayor lo mirara con cierta ternura, aunque él no lo notó.

–Por supuesto que son reales –respondió al final, tomándolo de la mano con un poco mas de confianza y llevándolo a la cocina–. ¿Quieres café? Hacía mucho frío afuera.

Seokmin asintió y le ayudó a preparar todo. Aunque tuvieron que soltarse de las manos, aquella sensación que dejaron en el otro seguía haciendo que su cuerpo se sintiera cálido y que un curioso hormigueo los acompañara mientras se movían de un lado al otro.

Joshua veía de reojo al menor, sintiendo mariposas en el estómago; miraba la manera en la que Seokmin se movía en su departamento después de tantas veces en los últimos dos meses en las que había ido allí, y recordó que él actuaba de la misma manera cuando iba a la casa del menor.

Un sonrojo invadió su rostro al dejar que su mente volar quizás más de lo debido, así que sólo agachó la cabeza, ocultándolo, mientras el agua en la tetera comenzaba a hervir.

Minutos después ambos estaban sentados en la barra que separaba la cocina de la sala. Joshua hablaba con emoción y libertad sobre las partituras frente a ellos. Se había acostumbrado a conversar de esa manera, pues Seokmin le brindaba la seguridad que muchas otras personas no cuando se ponía a hablar por horas (si no lo detenían) sobre cualquier cosa que le apasionara.

Le encantaba la manera en la que ambos se miraban cuando pasaban tiempo así, sólo ellos dos, dejando que el tiempo volara a su alrededor, mientras conversaciones fluían, a veces con sentido, otras no.

Poco les importaba si reían más alto de lo normal, si hacían un mal chiste, si "por error" sus manos hacían contacto con las contrarias o las sostenían, entrelazando sus dedos, pretendiendo no darse cuenta. 

Aquello ya comenzaba a ser normal entre ellos.

Habían dejado de ocultar ciertas cosas como sonrisas, miradas o palabras entre ellos. Dejaron de tener inconveniente alguno en que sus cuerpos estuvieran más y más cerca con el pasar de los minutos, o que sus ojos conectaran por varios minutos, sin querer separarlos. Habían llegado a la conclusión de que ya no podían seguir ocultando su gusto que, para su suerte, era completamente mutuo.

Y aquella noche, mientras las tazas vacías de café y las partituras quedaban de lado, dejaron que todo a su alrededor dejara de tener importancia, no cuando sus rostros comenzaban a acercarse cada vez más, cuando aquel brillo de cientos de estrellas en los ojos contrarios pudieron volver a ser apreciados, justo como la primera noche. No cuando, después de tanto tempo, sus labios se rozaron al principio, antes de que Joshua tomara la iniciativa de unirlos por fin.

Symphony || Seoksoo, Wonhui, JeongcheolhoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora