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Los días que siguieron al incidente, Seonghwa se las arregló para escabullirse al límite del río, esperando volver a encontrarle.

Y no le sorprendió no hacerlo. Después de todo parecía que el chico se había llevado un buen susto.

Pero no perdió la esperanza y siguió viniendo día tras día.

No fue hasta el día en que el solsticio de verano llegó que volvió a verlo.

Esa noche fue más tarde de lo normal, después de todo tenía que estar presente en la llegada de los nuevos miembros.

Fue al lugar al que acostumbraba sin mayores expectativas, pasada la media noche. Pero agradece haberlo hecho.

Reconoció ese cabello azul a la distancia, sentado con la espalda apoyada en el tronco de un árbol. Parecía estar dormido pues tenía los ojos cerrados.

Pero no lo estaba pues apenas escuchó movimiento, abrió sus orbes y miró en su dirección.

Sin levantarse del piso, el chico gateó hasta que se acercó a la orilla del río que los separaba y él también se apresuró a acercarse con el corazón sumamente acelerado al ver la mueca contrariada en el rostro del contrario.

-¿E-estás bien?- fue lo que dijo el peli azul con una voz temblorosa.

Aquella fue la primera vez que oía su voz y quedó completamente encantado con ella; el melodioso y suave sonido que quedaría grabado en su memoria por toda la eternidad.

Asintió como pudo, intentando acercarse aún más para ver si podía sentir algo más que lo dejara igual de encantado que aquel melodioso sonido. Pero se detuvo al escuchar el balbuceo del otro.

-Y-yo... lo siento tanto. Juro que no quería hacerlo, lo juro- se escuchaba tan arrepentido que a Seonghwa se le apretó el corazón.

-Está bien. De verdad. Sé que fue un accidente...- intentó calmarlo, transmitiéndole con su mirada la sinceridad de su declaración.

El agua asintió, soltando un suspiro tembloroso.

Al notar con la limitada luz de la luna las gotas de sudor que corrían por sus sienes y el pequeño temblor de sus hombros, el pelirrojo pudo deducir que algo no andaba bien con el otro.

-¿Tú... estás bien?- preguntó con cierta preocupación.

Vio como el otro asintió suavemente con los ojos cerrados -Es solo que... hace mucho calor. Así que creo que lo mejor es que... me vaya.

Se levantó con algo de dificultad. Seonghwa estuvo apunto de lanzarse al otro lado para ayudarlo cuando lo vio trastabillar, sin importarle nada más que aquello.

-¡Espera!- intentó detenerlo antes de que se alejara aún más.

Por suerte logró que el otro lo mirara por sobre el hombro.

-¿Podemos volver a vernos?- consultó lo que lo estaba carcomiendo por dentro.

El de ropas blancas pareció pensarlo un poco, pero luego de unos segundos terminó asintiendo antes de retomar su camino.

Seonghwa estaba tan emocionado por la respuesta, que no fue hasta después de dar unos saltitos en su lugar y sonreír mirando hacia el cielo que cayó en cuenta de que no acordaron cuando.

Pero estaba acostumbrado a los encuentros furtivos, así que vendría todos los días hasta que pasara. De alguna manera así era más emocionante.

BURN OUT | SEONGJOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora