Llevaba tres horas en la sala reservada, todo un reto para mi. Me levante del sillón rojo, la verdad es que no era el plan que hubiera imaginado como perfecto, y estar en una sala con esas personas que no me terminaban de caer del todo bien no era el plan perfecto. Tampoco había sido de mi agrado como el chico que me había gustado hasta el verano se daba besos y caricias con su novia delante de mis narices, menos me gustaba yo aquella noche, menos me gusta estar con una falsa sonrisa. Abandone la sala y se que en ella nadie me echaría de menos quizás ahora empezaba la buena fiesta ya que mi asuncia seria para ellos motivo suficiente de celebración. Llegue a la sala inferior, la pista principal de la discoteca y entre cuerpo de adultos y jóvenes me fui abriendo paso hasta llegar a la barra. Cuando llegue me deje caer apoyada en una pequeña parte.
- ¿Que te pongo guapa? - Se acerco un camarero alto, fuerte y con una sonrisa amplia.
- Una coca-cola
- ¿Y compañía? - Note como su ojo derecho intentaba disimular un guiño que había captado perfectamente.
- Ya tengo demasiada, ¿no ves como esta la sala?
El, para mi suerte, capto la indirecta.
- Vaya, delegada, no me esperaba verte aquí.- Una voz ronca, que reconocía demasiado bien cubrió mi nuca.
- James, futuro doctor, no creía que los médicos bebieran, ¿no dicen que es malo para la salud? - Hice mis maniobras para poderle ver la cara
- Coca-cola.- Alzo su copa y luego miro a los sillones del fondo.- ¿vienes?
Asenti la cabeza a la vez que cogía la coca-cola, James me tendió la mano, no era el primer gesto caballeroso que veía de su parte en clase ya había observado como dejaba pasar a los profesores, como siempre sujetaba la puerta aun que llevase prisa. Sabia que mi mano estaba fría pero cuando mi piel rozo la suya para juntarse sentí una electricidad que nunca antes había sentido, su piel era suave pero su mano fuerte me agarraba con ganas dandome la confianza de que nunca me iba a caer si el era el que sujetaba mi mano. Levante la mirada de la unión de nuestras manos y bajo la mala calidad de las luces la discoteca pude ver como sus ojos pequeños pero grandes, marrones tan intensos que los confudia mas de una vez con un negro completo, esos ojos me miraba a mi. ¿Habria sentido el también el calambre de nuestras manos al juntarse? El aparto la mirada y se centro en los sillones, yo solo me deje guiar por el, por una vez en mucho tiempo me sentía sin miedo.
Llegamos al sillón negro que rodeaba una mesa de plata decorada hoy con detalles rojos. El se aparto para dejarme pasa, musite un gracias que solo nosotros dos pudimos escuchar, me senté en el medio del sillón.
- ¿te molesto? - Pregunto cuando se sentó a mi lado.
- No, para nada.- Me aparte un mechón que rozaba mi rostros.- Así no tendré que gritar tanto.
Colocó su mano derecha al lado de su bolsillo y podía notar como su dedo pequeño rozaba escasos centímetros de pierna. Y diablos, me gustaba. Me mordi el labio, no sabía que me estaba ocurriendo aquella noche y menos con el, sentía como la electricidad me incitaba a juntarme a el. Era cierto que el era atractivo, y no sólo eso. Quizás se podría definir como el chico que toda madre quisiera para su hija. Mierda. Me mordi el labio aún más fuerte. Quería hacerme daño, pensar en dolor y dejar de ver a James como algo más que un amigo.
- ¿Y bien?
-¿Ah?
- Intento sacar conversación. -Sonrió. - Como todos estos meses en clase.
-Bueno en clase la mayoría de las veces estoy pendiente de otras cosas.
- Lo sé. -Dio un trago y luego sonrió. - Lo se muy bien
- ¿A que viene?
- Te he visto en clase. Normalmente atiendes, otras veces piensas en tu cosas mirando por la ventana, y sonríes aún que no quieras. -Me miro y sonrió.
¿Por que hacia eso conmigo? ¿Estaba jugando conmigo a un juego? Si quería que me enamorara de el, si quería hacerme caer, que parara ya porque sabía que me iba a perder, y no quería. Carraspe, aparte la mirada a la nada.
- Puede ser.
- ¿Y que haces aquí?
- Hablar contigo.
Y soltó una carcajada.
- Antes de estar conmigo
- Ah. Antes, morirme del asco. ¿Y tu?
- Ver como mis amigos ligaban
- Ah. -Eso no fue justamente lo que quería escuchar, y si sus labios ya habían probados otros esta noche. -Y tu también, he de suponer...
- No. -Dio un trago a su bebida- ¿Y tu?
- Estaba en una sala reservada viendo como gente desagradable se ponía hasta el punto de olvidarse de su propio nombre.
-El plan perfecto. -Sonrió, maldije su sonrisa mientras observaba como se expandia por su rostro como se volvía más humano, pero seguía siendo un Dios del olympo. - Parece que todo indicaba a que teniamos que encontrarnos
-Contando que después de meses en clase es la primera vez que hablamos.
-Las cosas. -Puso su mano en mi muslo, una corriente eléctrica se descargó sobre mi, ¿que poder tenía sobre mi? ¿Que me hacía? No lo se, simplemente quería más de el. - En las discotecas cambian, es un ambiente distinto, totalmente.
La garganta me ardía mientras que su mano seguía en mi muslo, rozando mi piel a través de la fina capa de la media, para colmo se tuvo que mudecer los labios ¿Era necesario James? Trague de mi coca cola necesitaba algo que me calmara ese ardor. Pero no era eso lo hacía, me ardía más. Carraspee dos veces lo más disimulado que pude pero el ardor seguía ahi. Note como su mano me apretaba con algo más de fuerza. 《¿A que juegas? ¿A prometerme amor esta noche y jurarme desamor mañana? No se a que juegas, no quiero ser tu juguete》
- ¿Todo bien?
- No
- ¿Te pasa algo?. -Se inclinó y con la mano libre me retiró un mecho y lo puso con cuidado detrás de mi oreja
《Me pasas tu, que no se que haces, no quiero que lo hagas pero tampoco que dejes de hacerlo. Amame pero no lo hagas me produces algo que no puedo y quizás no quiero controlar》Mi interior se había convertido en un ir y venir de pensamiento, deseos que me mataban.
-Creo que me tengo que ir ya. - Di un último sorbo a la copa. - Demasiada fiesta por hoy
- Los trenes están cerrados los autobuses también lo mismo pasa con el metro. -Miro la pantalla del móvil. - Queda una hora. No te voy a dejar tirada. Me voy contigo.
-No hace falta me pido un taxi.
-Soy demasiado cabezón.
-Tenemos un problema, yo también lo soy.Hola♡
Bueno, por fin estoy de vuelta los examenes me han dejado súper matada y por fin he podido volver a coger la novela. Espero que os guste este capítulo puede haber fallos ya que lo he ido escribiendo a diferentes horas y días y la motivación e inspiración varían mucho. Así que nada, decirme que os parece y dejar comentarios sobre que os parece James y todo lo que podáis comentar que me encantar leerlos.
Muchos besos, espero volver a vernos pronto♡♡
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Siete años.
Romantizm¿Caprichos del destino? Si. A veces nos olvidamos que somos solo personas que giran al son de la Tierra. Que a veces tenemos demasiadas cosas en nuestra mente que se nos olvida que tenemos un destino y hasta que llegamos a el pasamos un periodo llam...