Capítulo 2

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Pantalones blancos, jersey verde y las botas negras. Me había rizado el pelo. Guarde en el bolso las llaves y el móvil. Me bañé en colonia.

-¿Dónde tienes el bolso?

- En mi cama.

-Vale.

Mi madre subió las escaleras. A saber para que quería ver mi bolso, tan sólo espero que haya superado la fase en la cual me controlaba todo antes de salir y después de llegar. En aquella época dudaba si fumaba o si bebía, tarde como diez meses en que entendiera que ni fumaba ni bebía. Ella paso una mala época causada por una preocupación innecesaria y para mi también fue una mala época en la cual me sentía como si un búho me vigilase las veinticuatro horas y si algun día hacia algo fuera de lo normal era como si cometiera un grave error. Termine de echarme brillo en los labios y luego solté un beso en el aire. Subí las escaleras con alegría. Mama estaba sentada en el borde de la cama observando como entraba en la habitación.

- No pagues con la tarjeta.

- No creo que haya ningún banco abierto para sacar dinero.

Era extraño que yo pronunciará esa frase que sonaba tanto a persona mayor pero desde hace unos días era lo que era, una persona adulta a la cual se le tomaría en cuenta más la opinión o eso pensaba.

- Te he metido algo de dinero.

- Mama..

- Sh.- puso su dedo sobre mis labios, callandome- Aún quiero costear algunos de los caprichos de mi niña.- Cerró los ojos y me dejo sola en la habitación.

Intentaba ponerme en el lugar de mi madre. Intentar entender como se sentía. Intentar entender como era sentir que uno de tus hijos hace las maletas y se va y la otra puede hacer lo mismo sólo que de momento no me ha llegado la hora de echar a volar. La situación cambiaba en casa demasiado deprisa desde hace un tiempo atras y de los cuatro los únicos que no estábamos preparados éramos los tres que nos quedábamos en casa. Suspire tan fuerte como pude no quería llorar, no quería pensar en que mi hermano se iría de casa. Me dejé caer sobre la cama. Intentado controlar la respiración. El y yo siempre hemos estado separados por unas cosas u otras, pero ahora que las cosas iban a mejor, que nos tratábamos como hermanos, que confiabamos el uno en el otro. Ahora esto que tanto he querido tenía los días contados. Apreté los ojos con más fuerza. Notaba como mis ojos se inundaban de lágrimas, pero no las dejé salir. Respire con ganas. Me levanté de la cama recogí el bolso y me puse la chaqueta de cuero de color marrón. Cogí el iPad de la mesilla. Di al play y la música comenzó antes de que me pusiera los cascos. Salí de mi cuarto cruce el pasillo y con mis nudillos llamé a la puerta del cuarto de mi madre.

-Mama me voy.

- Vale..- Hizo una pausa- Diviértete.

- Gracias.- Susurre casi sin aliento.

El día era frío. Las temperaturas habían bajado demasiado desde esta mañana. Me intenté subir más la cremallera de la cazadora pero no pude. Mi casa estaba a sólo cinco minutos de la parada donde había quedado con Allysa. Quizás me tocaba esperarla, los autobuses no es que lleven un horario fijo de viajes y menos cuando son las fechas en las que estamos. "Sono gio solo" cubrieron mis oídos. Canté la canción. Estaba sola por la calle. Y si, aunque lo hacía fatal, me encantaba cantar por la calle. Olvidarme del resto y a veces de mi misma y dejarme llevar por los acordes de la melodía y por las palabras de la canción. El volumen de mi canto desafinado aumentaba con cada paso. Y casi a la vez aumentaron el número de mis pasos, la rapidez de ellos y el entusiasmo que ponía al andar. A escasos metros de que llegara a la parada de bus me llego un whatsapp de Allysa. <<Llegaré en tres minutos perdón el retraso, creo que al tío este le tocó el carné en una tómbola>> Me pare en seco. Algo que no me gustaba hacer pero que siempre hacia cuando tenía que contestar o mandar un mensaje algo largo. <<No pasa nada a mi me quedan un par de minutos por llegar. Quizás lleguemos a la par>> Volví a guardar el móvil en el bolso y me concentre en la música. La canción había cambiado ahora era "Spaces".

Siete años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora