1.Haciendo las maletas

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Narra _____:

Me levanté por un fuerte sonido y vi a una de mis compañeras con un vaso de agua derramado y roto en el suelo.

-Jolín, menuda forma de despertarme en mi último día aquí-dije con tono sarcástico

-____ gírate un momento-dijo mi compañera observando estupefacta la ventana que había detras de mi

-¡Es Hagrid!-dije mientras miraba a Hagrid montado en un dragón enorme

-¿Quién?-dijo mi compañera más relajada

-La persona que me llevará a Hogwarts-lo saludé y abrí la ventana para poder hablar con él

-Dios mío, ______, estás preciosa. No te veía desde niña. Anda, ve preparando tu baul, nos vamos en dos horas.

-¿Cómo? Pues tendré que darme prisa.

Me fui corriendo al baño, me duché, cepille mi largo pelo castaño y me vestí con mi reservado uniforme de Hogwarts. Abrí mi enorme baul y coloqué toda mi ropa, mis libros, mis marcos con fotos mías y de mis compañeras, mis productos de higiene y por último... Las preciadas cartas que papá me enviaba todos los días y las que yo respondía con mucha emoción. En verdad, no quería irme por una parte, ya que tenía que abandonar todo mi pasado aquí. Vale, solo eran dos años pero habían sido los más bonitos de mi vida. La gente aquí era diferente, era amable, detallista y muy cariñosa. Pero, por otra parte quería regresar a Hogwarts y ver a los tontos de George y Fred, a Hagrid y sobre todo a mi padre.

Dejé de pensar en todo aquello y me fui al baño a ponerme un poco de rímel para levantarme las pestañas ya que los ojos se me cerraban solos. Observe el color de mi cicatriz en mi muñeca, hoy estaba azul. Quería preguntarle a papá desde hace tiempo el porque cambia de color mi dichosa cicatriz en forma de media luna. Salí del baño y cogí mi baul, me coloqué la barita en el calcetín que llevaba debajo de la túnica y amarré la jaula de mi queridísima lechuza, Lightmoon. Lo sé, era un nombre raro, pero sus plumas blancas y en algunos lados plateadas me recordaban a la luz de la luna. Si, suena cursi, pero esque me encanta esa lechuza.

Después de cogerlo todo de la habitación me fui a la sala común de mi casa, Souple. Me despedí de mis compañeras y me regalaron un libro de hechizos. Me puse a llorar por su amabilidad. Siempre habían sido las mejores. Salí de la sala común y me fui a buscar a Hagrid. Se encontraba en uno de los pasillos hablando con la directora, Madame Maxim. A lo visto estaban hablando amablemente, lo cual era un poco raro. Me acerqué y dejaron de hablar.

-¿Ya estás lista pequeña?

-Claro-sonreí.

-Bueno, señorita Dumbledore. Ha sido un placer contar con usted todo este tiempo pero me temo que ya es hora de despedirnos. ¿No cree?-dijo mi exdirectora.

-Así es. Para mi también ha sido un placer formar parte de esta grande y maravillosa escuela.

-En fin, le deseo mucha suerte y salude a su padre de mi parte.

-Lo haré-nos abrazamos y nos despedimos. Al irme con Hagrid de camino hacia su dragón oí de lejos la voz de Maxime ''Eres una maga grandiosa. Te irá bien''.

Sonreí ligeramente sin mostrar los dientes y seguí caminando junto a Hagrid a través del largo pasillo.

-¿Cómo te sientes?

-Bien, en realidad me alegra volver a Hogwarts. Pero me noto triste ya que tengo que despedirme de todo mi pasado.

-Bueno, allí también estarás bien y recuerda, cualquier problema vienes a buscarme. Te presento, éste es Tommy, un dragón colacuerno-dijo mientras nos encontramos delante de aquel enorme dragón.

-Hagrid...¿Esto es seguro?-dije con una mueca mientras él ataba mis cosas al lomo de aquel dragón

-Claro, Tommy está adiestrado, venga, sube.

-De acuerdo...

Nos subimos y me agarré a Hagrid tan fuerte que me dolían los dedos. Tenía mucho miedo, no me fiaba un pelo de los dragones. Pero debía confiar en Hagrid. Hagrid agarró con sus manazas la cuerda que rodeaba el cuello de aquel dragón, la estiró y despegamos. Al cabo de dos horas llegamos a Hogwarts. Aterrizamos enfrente de la puerta principal donde me esperaba mi padre. Bajé corriendo del dragón y abracé a mi padre con muchísima fuerza.

-Mi niña-susurró mi padre entre sollozos

-Papá...-susurré llorando de alegría-te he echado tanto de menos...

-Y yo a ti hijita...

Mi padre me ayudó a coger mis cosas y entramos al castillo. Lo recordaba tal y como era. Tan bonito, con escaleras que se movían, con pasillos llenos de cuadros...

-Ven, vamos al comedor, el sombrero elegirá tu casa. Aunque ya sospecharás cual es ¿no?

-Espero que Gryffindor...-susurré

Entré siguiendo a mi padre. Estaba tan nerviosa que ni me había dado cuenta de que Hagrid se había llevado mis cosas. Me quedé enfrente de la silla en la que posteriormente me iba a sentar para saber mi casa y mi padre subió a la mesa de los profesores para hablar.

-Hola a todos. Y buenos días. Hoy, se integrará a Hogwarts una alumna nueva de tercer curso procediente de Beauxbatons. Ella es mi hija-la gente empezó a susurrar cosas y noté como un ardor subía hasta mis mejillas-¡Callaos!-ordenó mi padre-Ahora vamos a ver a que casa pertenecerá durante el resto de cursos. Adelante ____.

Me senté en la silla y una profesora, la cual no recordaba su nombre, colocó el sombrero sobre mi cabeza.

-Mira por donde, una Dumbledore. Eres una gran maga, como tu padre. Eres expectacular pero sencilla. Honesta...Mmm... Eso son características de... ¡Gryffindor!

-Puf...-suspiré tranquila.

Me levanté y me dirigí a la mesa de Gryffindor. Cuando estaba a punto de llegar donde habían sitios libres alguien me agarró el brazo y me estiró. Me giré y me encontré con Fred y George. Sonreí y los abracé a los dos. Los conocí de pequeña, cuando venía a hacerle visitas a mi padre. Ellos jugaban conmigo y haciamos juntos travesuras.

-¡Wow!¡Cómo has crecido! Estás guapísima-dijo Fred mientras se separaba de George para hacerme un hueco entre ellos.

-Gracias. Vosotros también estáis fantásticos.

-No más que tú, tranquila. Ja, ja-dijo Fred

-Ja,ja,ja que va.

Los maestros anunciaron que ya podiamos comer y nos pusimos manos a la obra. Yo estaba muerta de hambre y comí bastante. Al terminar me subí a mi habitación y encontré mis cosas allí junto a una nota de Hagrid: ''Espero que estés contenta con la casa que te ha tocado. Aquí están tus cosas. Nos vemos pronto. Besos, Hagrid.''. Este hombre era el mejor. Puse mis cosas sobre la mesilla de noche y me senté en la cama a leer un libro. Quería relajarme un poco. El alboroto de las mudanzas puede conmigo. Una voz me distrajo de mi lectura.

-Hola, ¿eres la hija de Dumbledore, no?-me giré y vi a una niña con una bufanda de Gryffindor, no muy alta, delgada y con el pelo castaño clarito.

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