Salimos a escondidas de la habitación y sigilosamente de la sala común.
-¿Se puede saber dónde vais?-dijo una voz detrás de nosotros
-¡Shh!-exclamé
-No, no me callo, os puede pasar algo-dijo la Señora Gorda que vigilaba la sala común de Gryffindor
-Usted tranquila, volveremos pronto ¡Pero a callar!-dijo Harry
-Venga chicos, tenemos poco tiempo-dijo Hermione
Bajamos las escaleras sin hacer un mínimo sonido y llegamos a la entrada principal de Hogwarts.
-Jope, está cerrada-dije empujándola
-No hay problema-dijo Hermione muy segura-¡Alohomora!-exclamó mientras apuntaba con su varita a la cerradura de la puerta. De repente esta se abrió abriéndonos el paso al exterior
-¡Muy bien! No me acordaba de ese hechizo...-le dije a Hermione sonriendo
-Venga chicos, con cuidado-dijo Harry saliendo él primero y haciendo un gesto con la mano para que lo siguiéramos
Travesamos la zona llena de césped húmedo por la temperatura y revisamos todos los alrededores.
-Aquí no hay nada...-dije preocupada-¿Dónde se habrá metido este chico?
De repente tras un árbol vimos un gran destello de luz seguido de un grito ''¡Déjame!''.
-Tiene que ser él, ¡corred!-dijo Harry sobresaltado
Lo seguimos hasta donde, unos segundos antes, había aparecido un destello de luz. Lo que vi fue demasiado fuerte para mi. En el suelo se encontraba Viktor con sangre en la cara debida a la obertura de su ceja. Pero lo que le estaba atacando no era un dementor... Sino el profesor Snape.
-¡¿Se puede saber que está haciendo?!-dije alterada mientras sacaba la varita de mi calcetín
-Más te vale no entrometerte jovencita-me regañó el profesor
Le lancé una mirada rápida a Harry indicándole que sacara su varita y este se dió cuenta de mi aviso sacando de inmediato de debajo de su capa su varita.
-Relajaos, no os querreis meter en líos... El señor Viktor ha sido castigado por mi cuenta por incumplir las normas de la escuela ya que estaba fuera de esta tras la ordén de no poder salir.
-¡¿Pero que forma de castigarlo es esa?! ¡¿A caso está loco?!-dije resignada
-En ningún momento le he faltado el respeto señorita Dumbledore...-dijo con toda la tranquilidad el profesor Snake
Yo y Hermione ayudamos a Viktor a levantarse mientras Ron y Harry seguían apuntando de forma amenazante al profesor con sus varitas.
-¿Estás bien?-le pregunté con dulzura
-Sí, estoy bien... Tranquila-dijo Viktor intentando no preocuparme
-Esto no quedará así que quede claro-dije mirando al profesor- venga chicos entremos en la escuela.
Llegamos a la entrada de Hogwarts apresuradamente principalmente porque Viktor estaba perdiendo mucha sangre y porque estaba lleno de dementores.
-¿Se puede saber que hacéis fuera de la escuela? ¿Qué os parece si un dementor os hubiera atacado? Podríais haber muerto-dijo muy enfadada la profesora Mc Gonagall- ¡Venga, pasad!
-Perdone de verdad profesora...-dijo Harry
-¡¿Qué os perdone?! De eso nada señor Potter. Esto os supone 50 puntos menos para Gryffindor-dijo la profesora muy cabreada
-¿Cincuenta puntos?-dijo Ron sorprendido
-Por cada uno-dijo la profesora
-Pero profesora, usted no lo entiende. No puede...-dije tristemente
-No me diga lo que no puedo hacer señorita Dumbledore-dijo interrumpiendome- y usted... Señor Krum ¿Qué le ha pasado en la ceja?
-Eso es lo que tratamos de explicar profesora...-dijo Harry
-Señorita Dumbledore, señor Potter acompañen al señor Krum a la enfermeria. Y ustedes dos-dijo mirando fijamente a Ron y a Hermione- me van a contar eso que ha sucedido tan extraño como para que el señor Krum se abriera la ceja
Harry, Viktor y yo nos dirigimos a la enfermería rápidamente para que Viktor no perdiera más sangre. Al llegar nos encontramos con la señora Pomfrey.
-Chicos, ¿que os ha pasado?-preguntó amablemente
-Se resbaló con una baldosa húmeda y se cayó-dijo Harry nervioso
-Bueno, a ver que podemos hacer... Pasa por aquí-dijo la enfermera Pomfrey no muy convencida de la historia de Harry
Al pasar a la enfermería nos encontramos con una visita no muy agradable. Malfoy se encontraba sentado en una de las camillas con el pantalón roto por la parte de la rodilla dándole visión a una herida ensangrentada. ¿En que lios se habría metido? Beh, que más da.
Me fije en los chicos que me acompañaban y Harry estaba ayudando a la señora Pomfrey a curar la herida de Viktor. Dios mío... Son los dos tan buenos, tan dulces... Pero solo son mis amigos.
-______, quédate tú con él. Yo voy con la señora Pomfrey a buscar las cosas necesarias para coser la herida.
-De acuerdo.
Tomé una gasa y empecé a quitarle la sangre de la cara a Viktor.
-¿Por qué te atacó?-le pregunté mientras le quitaba la sangre de la mejilla
-¿Realmente? No lo sé-dijo confuso-estaba entrenando fuera cuando oí sonar el aviso de que entráramos a la escuela porque había dementores sueltos. Entonces... ¡Ah!
-Perdón-dije con cara de preocupación
-Tranquila-dijo sonriendo
-Bueno, y entonces... ¿Qué?
-Entonces apareció él con un gran rasguño en la pierna y estaba como furioso. Me empezó a gritar diciéndome que entrara en la escuela. Yo cogí mis cosas, la escoba, las pelotas y mi capa. Pero cuando me giré le vi apuntándome con su varita. Me lanzó un hechizo y me caí al suelo. Me golpeé en la ceja y me hice esta herida-dijo señalándose la ceja-y aparecisteis vosotros y bueno... Me salvasteis la vida-dijo mientras me cojía la mano y sonreía amablemente
-Ejem-dijo la señora Pomfrey a mis espaladas. Yo separé mi mano rápidamente de la de Viktor y noté como ardían mis mejillas-Bien Viktor, esto te va a doler un poco.
-No pasa nada-dijo Viktor con cara de angustia
La señora Pomfrey empezó a coser la herida de Viktor. Yo me fui a la puerta de la enfermería para no verlo ya que esas cosas me provocan dolor solo de mirarlo. De repente oí gritos en la aula de defensa contra las artes oscuras.
-¡De-de acu-cu-er-do-do, lo ha-ha-ré! Déjame-me en paz.