Morís

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Me despierto en mi cama de nuevo pero soy consciente de que no ha sido un sueño,

los rayos de luz entran por mi ventana obligándome ha abrir los ojos, es tarde, debería estar ya en clases con mi tutor, nunca he ido al colegio o al instituto, no tengo apenas amigos, mi vida se basa en mi casita o los jardines,

la soledad llegado un punto se puede disfrutar, leyendo mayoritariamente...

pero hay momentos en los que acomodarte y simplemente pensar es lo mejor;

- Buenos dias Alex -

la voz de mi padre tan serena y ronca me pilla de improviso, aparto la mirada de la ventana y me giro para verle, se encuentra en batín con una taza de café en la mano

- Padre, ayer un chico muy raro me persiguió y casi me mata -

me aferro a él

- tuve miedo de morir -

las palabras al salir de mi cabeza produjeron escalofrios, morir, como una palabra tan simple puede hacerme sentir tan débil

- tranquila hija mia, ya todo esta bien, el no te hará nada -

dijo seguro de si mismo

- él sabe lo que hace -

no quiero pensar que relación tiene mi padre con ese asesino, pero ese beso, eso no lo puedo dejar pasar, algo tan simple con un beso pudiera hacerme sentir tanto y sin saber quien es, corresponderle,

Me encantaría decirselo a alguien, pero no tengo amigos, ¿que hacía yo cuando me ocurría esto?

A cierto, algo tan extraño jamás me ha ocurrido

- Gracias papá -

le digo mientras me alejo de él y me levanto de la cama, da igual cuanto duerma, siempre necesitaré una razón para levantarme o no me moveré, mi razón suele ser el desayuno, el aroma a tostadas con mantequilla me atrae y el zumo recién hecho hace que mi mañana no pudiese empezar mejor.

Como mi padre pensó que no me encontraría bien, canceló todas mis clases, hay hace un buen día, creo que me pasearé un rato por los patios,

son tan hermosos, no son las flores lo que lo hacen así, las flores son hermosas pero algún día se marchitará, como nosotros las personas, lo que me gusta de él es la esencia de la vida que lo rodea, algunas veces he llegado a pensar que la naturaleza crece para invadir al hombre, somos como una enfermedad en la tierra, solo la destrozamos y ellos nos quieren eliminar, yo no me opondría, no es mi planeta.

Un gato se acerca a mis piernas y se frota contra ellas, es muy hermoso, es blanco al completo y muy pequeño, me pregunto de dónde habrá salido, este patio es privado y exclusivo de mi padre, nadie puede entrar

- ¡Morís vuelve! -

Grita la voz de un niño, siguiendo sus gritos me acerco al lugar de dónde proviene la voz, en la muralla de hierro que rodea el patio hay un pequeño agujero en el suelo, supongo que por ahí entró el pequeño gato

- Tranquilo, me he traido a el gatito blanco en brazos ¿lo buscabas? -

Él no dice nada, creo que me tiene miedo

- Bueno me tendré que quedar con Morís... -

- E-espera - Dice nervioso - es mio, por favor no le haga daño -

Su voz daba a entender que estaba muy asustado yo dejé pasar al gato al otro lado, creí que entonces se marcharía, pero no oi pasos que indicaran que se hubiese ido

- ¿por qué te asusto?- dije

- Porque estás al otro lado de la muralla, me puedes matar si solamente se te antoja, mi vida está en tus manos -

- No sé de que hablas, yo nunca haría daño a nadie, nunca he salido de esta muralla -

-Pero si sólo lleva aquí tres años - dice confuso

- No créeme llevo aquí toda mi vida-

- ... si tu lo dices-

- ¿cómo te llamas?-

- Steve, ¿y tú?

- Alex, hija de ... - no sé si sería buena idea decirle quien era mi padre

-¿qué? No se escucha muy bien -

- Alex, me llamo Alex-

- Encantado entonces, nos volveremos a ver-

Y esta vez si noté como se iba, era curioso, ¿por qué razón nunca salí? Además aquel chiquillo era adorable, se notaba en su voz su sinceridad e inocencia

Es la hora de comer, decido volver ya a casa papá me estará esperando, al volver paso cerca de la pared donde ocurrió todo, la sangre no se ha borrado, me pregunto que habrá sido de aquel chico, llego al comedor con esos pensamientos aún en mi mente, y mi padre me recibe con una cara algo extrañada

- Hija... tu ropa...-

Al fijarme, me doy cuenta que el gatito blanco se había encargado de llenarla de arena y arañarla, ahora si que no me olvidaría de él

- me cai en unos rosales padre -

Él no dijo nada más, nos sentamos en la mesa y hablamos de literatura e historia, no recuerdo hablar de muchos más temas con mi padre, una de las ventajas de leer, no quedarme en blanco al hablar con él sobre literatura.

La tarde la paso estudiando algunos temas que no he dado hoy con el profesor, se me da bien estudiar, me concentro y no tardo mucho pero es tan aburrido...

Al llegar la noche, después de cenar, me asomo por la ventana pegada a mi cama, la noche oscura sólo es iluminada por la luna, escojo una de mis numerosas novelas y me pongo a leer, al terminar es tan tarde que solo recuerdo las últimas líneas leidas antes de quedarme profundamente dormida

La vida es muchas veces una comedia, pero también es una tragedia muchas veces. Y otras una farsa siempre.

La ciudad de hierro PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora