La ciudad de hierro PAUSADA

Steve

Llevo semanas desde que el gatito blanco entró en los patios y no paro de preguntarme porque he pasado toda mi vida sin salir de estas murallas, mis recuerdos marcan una vida perfecta sin salir de aquí, pero mi mente dice que no, algo está muy mal en mí.

Todo esto pasa en mi cabeza durante la clase de historia moderna, me la sé demasiado bien ya que es una asignatura que me encanta;

En el siglo XXI la sociedad estaba desequilibrada ya que los ricos eran muy ricos mientras que los pobres eran muy pobres, la situación iba cada vez peor y los de una buena, no extraordianaria pero buena, posición económica estaban empezando a empobrecer, y los representantes de cada país mas poderoso de cada continente se te reunieron para arreglar la situación aunque el ansia de poder acabó con ellos y pelearon hasta la muerte,

el único superviviente fue el tatatatatatatatatarabuelo de mi padre, se dice que consiguió mantener contenta a la población y tuvo ministros y sirvientes muy rápido, y su secreto de gobierno lo transmiten de generación en generación; actualmente mi padre es el que gobierna el mundo, tiene centrales por todas partes que controlan los territorios y todos son felices

Cada vez que pienso la historia la digo exactamente igual, lo he comprobado escribiéndola y siempre igual, con los mismos detalles, puntos y comas, he llegado a pensar que será memoria fotográfica, sino le buscase una lógica daría miedo,

Un soldado entra con un mensaje para mí, estoy algo extrañada y escucho ansiosa

- Un chiquillo dice conocerla señorita Alex, le han torturado pero niega a retirar lo que ha dicho -

Antes de que acabe la frase estoy corriendo hacia la zona de entrenamiento donde los guardias trabajan, en efecto vi al capitan riendo mientras, pude percibir la figura de un chico de no más de 18 años,

mucho más de lo que esperaba, a lo mejor su voz era dulce como la de un niño, pero estoy segura de que era Steve; nadie más conocia mi nombre en el exterior del castillo, y era un intruso de fuera,estaba amarrado con unas esposas a la pared tanto manos como pies,

aunque nuestra sociedad era muy tecnológicamente avanzada dentro de los maltratos se daban antiguos métodos los cuales consideraban más dolorosos, el capitan limpiaba su látigo de sangre

- para !! -

grite muy fuerte, la cara del capitan al mirarme por un momento se estremeció pero al rato dejó el látigo

- Al señor no le agradará esto... señorita - dijo el capitán sin mirarme con una voz ronca y profunda

- si se entera créame, su vida correrá peligro -

El rio - No has cambiado tanto Alex - y se fue sin decir nada más

Sin entender lo que había dicho corrí hacia el lugar donde se encontraba el muchacho, había recibido muchos latigazos en la cara pecho brazos y piernas, su expresión no era de dolor, simplemente seria, su cuerpo estaba lleno de cicatrices antiguas parece que no había sido la primera vez que se había metido en problemas,

su sangre estaba impregnada en la pared, le pedí a un soldado que se acercara y con mucha facilidad cortó las esposas que tenía el niño con una daga eléctrica, y el cayó al suelo, con dificultad se levantó y pude ver su rostro, tenía ojos de color avellana complementado con unos cabellos rubios, era fuerte y tenía las manos destrozadas con lo que supuse que ya estaba trabajando seguramente en el campo, sus ropas era harapos, creía que había perdido la conciencia y lo cargué en brazos hasta mi habitación

- Alex... gracias por salvar a Morís... - y entonces si que se desmayó

Narrado por Steve

Desperté en en el cuarto de Alex, o eso creo, ella me estaba curando las heridas

-¿cómo sabías que era yo? - preguntó

-simple, nadie me habría salvado mas que la chica con la que hablé - dije con los ojos cerrados

- ¿por qué te trataron así? - dijo algo asustada

Ella era hermosa, tenía unos oscuros cabellos azabache y unos ojos azul claro, tenía un vago recuerdo suyo pero no logro encajarla en ningún sitio

- porque pueden y porque no debería haber venido - dije despreocupado, pero un paño con algo parecido a alcohol me hizo dar un leve gritito, ella rio, vale yo también rei por lo patético que se escuchó, pero ella volvió al tema

- No deben hacer eso aunque puedan... no tienen derecho - dijo algo furioso

- Los derechos dan igual actualmente no estamos pudriendo como sociedad, espero que todos los infelices que nos corrompen se vuelan ceniza antes que yo - ella me miró extrañada y yo sonreí

- No estaré entre los "poderosos" pero eso no evitará que mi cultura se entorpezca - dije con aires de grandeza - todo me lo enseñó mi padre - ella sonrió tierna - tiene que ser un gran hombre - y entonces dije - se lo llevaron - empecé a llorar como un niñato de 6 años, pero no podía soportarlo

En el pueblo se llevaban cada 3 meses a un hombre, los de detras de la muralla de hierro, llamados los "guerreros de metal", todo parece muy primitivo y antiguo en nuestro pueblo ya que ellos se llevaron toda la tecnología que pudieron, uno de los capturados fue mi padre, yo seguí creyendo que era una recompensa o algo que llevara tortura, pero cuando el espia que enviamos hace meses volvió contó que los transformaban o algo así

Antes de que el espía acabara de contar una bala le entró en la cabeza, dejando lo que hubiese descubierto en su memoria, fue algo tipo "eso le pasará al próximo que lo intente"

Y aquí estaba yo aquí ahora, cuando me calmé, le conté con detalle todo lo de mi pueblo y los guerreros de metal

Narradora Alex

No me lo podía creer, pero un niño, un niño llorando, eso era la cosa mas inocente del mundo, no podía mentir

- Nos vamos de aquí- dije con decisión

 

- ¡qué! Si a tí te ven salir te dejaran sin cenar o algo así a mi me cortan el cuello por raptarte - dijo temblando - y sigo herido - señalando su tableta, reí por lo egocéntrico que era

- todo esto es muy raro para mi Steve, necesito saber más pero no puedo ir así como así... tu me ayudarás -

- ¿a qué? -

- a prepararme para el viaje hacia donde sea que se ha ido mi padre - ahora que lo pienso él se fue la mañana que llegó Steve ¿acaso sabía de esto?

- te quedas a dormir Steve... al amancer nos vamos de aquí, hay muchas cosas que preparar asi que... vamos!! - dije con tanta emoción que parecía una niña

- Alex... ¿cuantos años tienes?-

-16-

- juraría que acaba de escuchar a una niña de 5 años gritar "vamos" como si jugara el pilla pilla en vez de una de 16 diciendo que se escaparía de la ciudad de hierro - ambos reimos

- asi la llamamos en el pueblo - dijo algo pensativo

- alex nos tenemos que quedar mas tiempo, esto no es un juego y ahora enserio- dijo mirándome - estaremos por una semana o dos semanas preparándolo- habla con mucha seguridad, cada vez dudaba más que tuviera 13 años

-hoy fiesta de pijamas- dije - todo lo que una fiesta puede ser prepararnos para huir - él rio - mantengamos obviamente esto en secreto, el plan digo, tu consígueme una habitación, reinas en esta inmensidad de palacio - habló mientras iba señalando todo

- vale - y corriendo pedí que prepararan una habitación, encuanto volví miré e Steve

- Steve... ¿quieres ser mi amigo? -

- desde que salvaste a Morís lo eres - y su sonrisa cálida me hizo reir, mi primer mejor amigo.