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—Listón morado, floreros celestes, luces led blancas, mariposas doradas, velas olor vainilla, anillos con cuarzos rosas, jaulas blancas y ..., y... ¡Rayos! —repentinamente una columna de cemento apareció en medio de mi camino haciendo que tire mi lista de compras—, muro quítate de mi camino, no logro recordar que me hace falta y tu intento de obstruirme el paso no es de mucha ayuda, lista —me dirigí al pedazo de papel como si pudiera entenderme— quédate dónde estás primero debo encontrar mi teléfono.

Necesitaba a aprovechar cada segundo del día, el siguiente fin de semana le pediría a Michelle ser mi novia y todo tendría que ser perfecto, no es como que ella no lo supiera, pero aun así tenía que sorprenderla. Habíamos estado hablando sobre formalizar nuestra relación, pero dado que ninguna de las dos quería hacer una pedida que quizás fracasaría decidimos pedirnos mutuamente ser pareja; ella se encargaría de la ropa y las invitaciones mientras que yo de la decoración y de buscar el lugar, sitio que por cierto aún no tengo listo.

—Me parece que se te cayó —un joven frente a mí me extendió su mano con mi lista entre los dedos.

— ¡Alexander! —lo abracé sin siquiera detenerme a pensarlo.

—Cat, me alegra que me recuerdes —se separó de mí y pude ver cómo sus mejillas estaban tintadas por un leve rosa, no había cambiado en nada —, toma, por poco la piso.

—De haberlo hecho hubiera perdido la cabeza.

—Si puedo preguntar...

Lo interrumpí —Claro que puedes, deja de ser tan formal, fuiste la única persona que ha logrado tener a mi mejor amigo casi tan perdido como yo lo estoy en mi carta astral.

Bajo su mirada, lo incomodé.

— ¿Para qué son tantas cosas? —preguntó intentando restarle importancia a mi comentario.

—El sábado me casaré con Ragnor —intenté guiñarle el ojo dejándole en claro que era broma.

— ¡Wow! Pensé que su relación amistad-odio solo era eso.

Fue obvio que no lo captó, necesito pulir mis habilidades con los ojos.

—Era broma, en realidad formalizaré mi relación con mi novia.

«No puedes decir que es tu novia si aún no se lo haz preguntado Cat» me regañé mentalmente.

— ¡Felicidades!, bueno fue un gusto verte, pero debo tomar el tren.

—Pensé que ya no lo usabas, hace un mes que no te veo.

—Si ya sabes, he estado corriendo entre el trabajo y la universidad, espera —pausó, había notado que por error revelé que lo había encontrado antes — ¿me habías visto antes?

—No —frunció el ceño, arréglalo Cat— bueno algunas veces, pero no estaba segura que eras tú.

Asintió —¿Tomas la misma línea?

efímero | malecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora